Falleció Melina González, la muchacha que reclamaba por una ley de muerte digna
Dejó de existir en la tarde de la víspera en el Hospital Garraham, en Capital Federal. Donó sus órganos para que se investigara el mal que la había postrado, el síndrome de neurofibromatosis. Desde el viernes estaba sedada profundamente.
02/03/2011 | 07:19Redacción Cadena 3
A las 17.17 de la víspera falleció Melina González, la chica de 19 años que pidió ser sedada para no sufrir más y cuyo caso fue planteado como una bandera por sus familiares a favor de una ley que permita la muerte digna.
Días antes, el Comité de Bioética del Hospital Garraham había accedido de la chica y la sedó profundamente hasta esperar el final.
La joven, que donó su cuerpo para avanzar en la investigación de la enfermedad que le arrebató la vida, fue despedida durante la tarde de la víspera por su familia y amigos.
Después de un mes de espera, finalmente el viernes pasado, el Comité de Bioética del nosocomio accedió al pedido de la adolescente de 19 años que padecía síndrome de neurofibromatosis y la sedó profundamente hasta esperar el final.
Melina no quería sufrir más los fuertes dolores corporales que la aquejaban. Estaba pesando sólo 20 kilos y su cuerpo estaba casi en su totalidad paralizado.
Ayer, su madre, Susana Bustamante, en diálogo con Cadena 3 había planteado la intención de Melina de que el Congreso de la Nación trate la ley de muerte digna para los enfermos terminales.
La neurofibromatosis son trastornos genéticos del sistema nervioso que afectan principalmente al desarrollo y crecimiento de los tejidos de las células neurales (nerviosas). Estos trastornos ocasionan tumores que crecen en los nervios y producen otras anormalidades tales como cambios en la piel y deformidades en los huesos, además de intensos dolores.
“La enfermedad se dio en la gestación por mutación espontánea: significa que cuando estaba embarazada, el ojo que lee los datos con los que venimos, leyó mal un código. Melina tiene muchos desordenes en su cuerpo y además padece cáncer maligno”, había dicho la madre de la muchacha.





