Descenso de temperaturas: familias vuelven a usar estufas y calefactores
Las bajas temperaturas obligan a encender estufas, pero el monóxido de carbono puede ser silencioso. Prevenir es esencial. Dra. Fernanda del Valle Saravia advierte sobre riesgos y prevención en el hogar.
25/05/2025 | 00:12Redacción Cadena 3
Con el descenso de las temperaturas, muchas familias han vuelto a encender estufas y calefactores tras varios meses de inactividad. En este contexto, es crucial tomar precauciones para evitar el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono, un gas que resulta imperceptible, ya que carece de olor, color y sabor. Su acumulación en espacios cerrados puede afectar gravemente la salud.
El uso de dispositivos que funcionan con combustibles aumenta durante esta época del año, así como la tendencia de mantener puertas y ventanas cerradas para conservar el calor. Esta combinación eleva el riesgo de acumulación de monóxido de carbono (CO).
La Dra. Fernanda del Valle Saravia, médica de Boreal Salud (MP 9869), explicó que “cualquier artefacto que utilice combustible, como gas, petróleo, carbón, kerosene, nafta, madera y plásticos, puede generar monóxido de carbono al quemarse en condiciones de escaso oxígeno y ventilación inadecuada. En el hogar, calefones, termotanques, calderas, estufas, braseros, salamandras y hornos, entre otros, son las principales fuentes de este gas”.
En Argentina, se registran aproximadamente 200 muertes anuales por intoxicación con monóxido de carbono y se estiman cerca de 40,000 casos clínicos, la mayoría de los cuales son prevenibles, según la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica.
Para prevenir la intoxicación por CO, es fundamental tener en cuenta ciertos consejos. Primero, revisar periódicamente las instalaciones de gas es esencial. Asegurarse de que estufas y calefactores funcionen correctamente es crucial. Si la llama es amarilla o anaranjada, o si hay manchas de hollín, se debe contactar a un gasista matriculado.
Segundo, ventilar los ambientes todos los días es vital. A pesar de las bajas temperaturas, permitir la entrada de aire fresco es clave. Abrir puertas y ventanas al menos una vez al día ayuda a renovar el oxígeno y evitar la acumulación de gases tóxicos.
Tercero, no dejar encendidos los artefactos durante el descanso. Dormir con una estufa encendida es un alto riesgo, ya que puede liberar monóxido de carbono, dificultando la detección de síntomas.
Cualquier hogar debería instalar detectores de monóxido de carbono, dispositivos económicos que permiten detectar el gas de manera anticipada. Se recomienda colocarlos en espacios cerrados donde haya artefactos a combustión y verificar que estén funcionando correctamente.
Finalmente, reconocer los síntomas de intoxicación, como dolor de cabeza, mareos, náuseas y debilidad, es fundamental para actuar a tiempo. Ante cualquier sospecha, es crucial acudir de inmediato al centro médico más cercano. “Los más vulnerables suelen ser los niños, embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias”, añadieron desde Boreal Salud.
El monóxido de carbono no muestra señales evidentes hasta que ya impacta en el organismo. Por ello, la prevención es la mejor solución: revisar instalaciones, ventilar, utilizar detectores y estar alerta a síntomas son medidas claves para vivir la temporada de frío con seguridad y resguardar la salud familiar.
[Fuente: Noticias Argentinas]