Macri en España, apuntes en segundo plano
28/02/2017 | 10:45Redacción Cadena 3
Mauricio Macri y su comitiva regresaron a Argentina repletos de comprensión y cariño, como el que corresponde a dos culturas tan cercanas en el afecto y en la historia, pero también con las agendas cargadas de deberes y recomendaciones que los españoles consideran necesarias para que las inversiones prometidas no se queden en el limbo.
A modo de resumen de estos intensos días vividos en Madrid, me permito destacar algunos puntos de mayor o menor transcendencia, unos con un interesante recorrido a futuro, otros como meras anécdotas, que no fueron reflejadas por las coberturas periodísticas.
Confianza, seguridad juridica y gobernabilidad
Son las tres condiciones que concretamente el mundo empresarial español puso sobre las mesas donde se celebraron los encuentros bilaterales.
La confianza ha quedado muy recompuesta tras esta gira, la seguridad jurídica requerirá de más medidas que las tomadas por el gobierno Macri hasta el momento y la gobernabilidad parece asentada, aunque falta despejar el enigma que se abre con las elecciones de octubre.
Letizia y Juliana, el duelo que no fue
La Reina de España y la primera dama argentina se llevaron solamente los titulares vinculados a los diferentes modelos que lucieron en las audiencias agendadas.
Lo que los medios resaltaron como un combate de estilismos fue un enfoque superfluo que impidió constatar lo más importante: el fuerte vínculo de amistad que establecieron ambas en las horas compartidas. Tanto Letizia como Juliana fueron exitosas profesionales independientes antes de pasar a cumplir sus respectivas funciones institucionales. Son mujeres capacitadas para que sus agendas tengan más contenido que el de meras consortes.
Valorar el rol femenino en la sociedad actual es una lucha con muchos escollos y aquí pudo haberse perdido una oportunidad para dar un paso adelante en la igualdad de género, complementando a la indiscutible representatividad de sus respectivos maridos.
Arte argentino en un entorno de crisis
Galeristas y artistas plásticos argentinos desembarcaron con enjundia en ARCO, la principal feria del arte contemporáneo español. El esfuerzo es loable por cuanto instala un matiz cultural por el que también se pretende identificar al país, además del cine, la literatura y la música.
Pero habrá que advertir que en la sociedad española no hay muchos coleccionistas y que el mercado del arte no ha escapado a la crisis que lleva una década golpeándonos. Si se toma a España como puerta de entrada al mercado europeo, entonces sí, las posibilidades de éxito se incrementan notablemente.
Sillones cómodos, anfitriones amigos
Macri mantuvo dos conversaciones públicas donde pudo exponer sus principios ideológicos y las líneas de acción de su gobierno,
En una de esas charlas, Juan Luis Cebrían, presidente del grupo Prisa y organizador de la jornada sobre inversiones en Argentina, mostró su apoyo sin fisuras a la nueva etapa abierta en nuestro país, sin salirse del guión del amable anfitrión.
Más desaprovachado pareció el encuentro con Mario Vargas Llosa, quien resultó un Zavalita condescendiente que ni siquiera se atrevió a pedirle opinión sobre Trump. Aunque se reconocieron mutua amistad, el Nobel peruano tampoco llevó a Macri a temas personales que hubieran ensalzado la charla y estimulado a la gran concurrencia que abandonó el auditorio de la Casa de América algo decepcionada.
Incómoda vanguardia
El cóctel con el que la delegación argentina agasajó a los Reyes en el Palacio de El Pardo el jueves por la noche, se enmarcaba como una continuidad de la agenda de trabajo, en un plan, eso sí, más relajado. Es decir, que españoles y argentinos seguirían charlando y conociéndose, amenizados por las creaciones del chef argentino Javier Brichetto.
Cuando promediaba la noche, y en presencia de los Reyes y los esposos Macri, comenzó a tocar un conjunto traído de Buenos Aires, con un repertorio algo confuso, entre la cumbia y el pop. Tal era el desinterés de los presentes por esa actuación de discutible calidad, que el propio Jefe de Estado argentino subió al escenario para pedir silencio y respeto a los artistas, “si no me pongo a cantar yo”, bromeó. “Prefiero que cante el Presidente”, dijo al toque en voz baja un alto cargo público español, que por razones obvias no identificaremos.
Normalmente en España, en este tipo de recepciones se ejecuta una música instrumental suave, como fondo elegante de las conversaciones de los presentes. Una pretensión innovadora tiene que ser compatible con ese sabio refrán español: “allí donde fueres, haz lo que vieres”.







