El mundo dolarizado de Massa, Malena y sus amigos

Adrián Simioni

Se armó mucho revuelo por un contrato del gobierno que parece hecho a medida del llamado "Rey del Cloro", un empresario cercano al matrimonio de Sergio Massa y Malena Galmarini.

Estamos hablando de Mauricio Filiberti, dueño de la empresa Transclor y proveedor clave de Aysa, la empresa estatal que distribuye el agua en el Gran Buenos Aires y donde Massa puso de presidenta a su esposa.

Malena le está por adjudicar al "Rey del Cloro" un contrato gigantesco para que este empresario provea un clarificador del agua y opere la planta de Aysa donde se realiza ese proceso. El diputado Ricardo López Murphy y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, denunciaron que la licitación está amañada, que hay un posible sobreprecio y que el proceso se armó de modo tal que haya un solo oferente: Filiberti, que también es uno de los dueños de Edenor, la distribuidora de luz del Gran Buenos Aires que compró hace un año con otros dos grandes amigos de Massa: Daniel Vila y José Luis Manzano.

Ahora la duda es si la denuncia bastará para frenar el contrato. En todo caso, será la Justicia la que tendrá que decir si hay un delito o no.

Pero hay dos cosas que son muy llamativas y que no hace falta que la Justicia indague, porque están expuestas, nadie las niega.

Una es el monto del contrato: nada menos que 127 millones de dólares, sólo para proveer el clarificador (apenas uno de los químicos que usa Aysa) y operar una planta por sólo tres años.

Para comparar: según sus propios números, en los primeros cuatro meses de este año Aysa les facturó en total a sus clientes el equivalente a 61 millones de dólares. Supongamos que mantiene el ritmo: en todo un año facturará 180 millones, apenas un 50% más que lo que le va a pagar Filiberti para que provea sólo un clarificador de agua durante sólo tres años.

La otra cosa que queda expuesta es para el asombro: el contrato está en dólares contantes y sonantes. O sea que el ministro de la inflación, su esposa y el amigo empresario no confían nada en el peso y se ven venir una devaluación. Se ve que para ellos es imposible firmar un en Argentina un contrato a tres años sin dolarizarlo. Con una ventaja extra: Aysa, como es una empresa del Estado, además de cubrir su brutal déficit con la maquinita de imprimir pesos inflacionarios, tiene acceso privilegiado e ilimitado a los dólares oficiales del Banco Central con los que se va a cobrar Filiberti si el contrato se firma.

Todo raro. Hace menos de dos meses Massa despotricó contra la dolarización que había propuesto Milei. Ante la Unión Industrial dijo que la dolarización implicaría salarios de 100 dólares y un dólar a 1.900 pesos. Y, con todo dramatismo, sostuvo que lo que estaba en juego ante esa opción era "un modelo de desarrollo o un modelo de especulación financiera".

Está clarísimo. Massa está en contra de la dolarización. Excepto cuando se trata de la dolarización de los contratistas del Estado que arreglan con su esposa.