Aumenta a cinco el número de muertos en Bolivia por bloqueos impulsados por Morales

La situación en Bolivia se tornó crítica con el reciente aumento a cinco decesos relacionados con los bloqueos de caminos realizados por simpatizantes del expresidente Evo Morales. En la dirección del Instituto de Investigaciones Forenses, Ana Katherine Ramírez, comunicó oficialmente la confirmación de cinco víctimas mortales, incluyendo a tres policías y un bombero policial en Llallagua, además de un civil de una comunidad rural de Cochabamba.

El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, ratificó los cinco decesos, exacerbando la preocupación tras el fallecimiento de la última víctima por manipular un explosivo en uno de los puntos de bloqueo en la región de Cochabamba. La autoridad confirmó, en declaraciones a la prensa, que "son cuatro muertes confirmadas de miembros de la Policía boliviana y un civil".

Ríos responsabilizó directamente a Evo Morales por la crisis, dado que el exmandatario busca habilitarse para las elecciones del próximo 17 de agosto pese a la prohibición constitucional de la reelección. Este miércoles, Bolivia vivió una jornada marcada por la tensión política y social durante un intento de desbloqueo en Llallagua, en Potosí.

La magnitud de los incidentes llevó al presidente Luis Arce a reafirmar que no renunciará a su cargo, comprometiéndose a restaurar la calma en el país utilizando todas las herramientas constitucionales a su disposición. Los enfrentamientos surgieron cuando un grupo de seguidores de Morales emboscó a un contingente policial enviado a despejar un importante camino bloqueado desde hace más de diez días.

El subteniente Carlos Apata Tola fue una de las víctimas fatales, mientras que otro policía, Jorge Barrozo Rodríguez, también fue confirmado como muerto, y su compañero, el capitán Daynor Miranda, permanece hospitalizado tras ser herido. Jhonny Aguilera, viceministro de Régimen Interior, acusó que lo ocurrido fue una "emboscada criminal".

Aguilera mencionó que la Policía boliviana actuó usando solamente gases lacrimógenos frente a la violencia desatada. Las redes sociales difundieron imágenes de policías agredidos y vehículos oficiales vandalizados. En medio del caos, un autobús que transportó efectivos fue incendiado por los bloqueadores.

Al mediodía, el presidente Arce anunció el despliegue de fuerzas policiales y militares para recuperar el control de las carreteras vitales que comunican el occidente con el oriente del país, resaltando que fue una decisión impulsada por un "clamor popular" ante las repercusiones económicas que causan los bloqueos.

Mientras tanto, Evo Morales desestimó haber convocado directamente las protestas, aunque comentó que son "imparables" y instó al Gobierno a atender las demandas del pueblo. Los grupos que apoyan a Morales buscan su habilitación como candidato para las elecciones de 2025 y demandan la renuncia del presidente Arce.

Sin embargo, muchas comunidades decidieron unirse a los operativos de desbloqueo, arraigadas en situaciones de escasez y desgaste por el aislamiento a causa de los bloqueos. Un habitante afirmó: "Estamos atrapados desde hace más de una semana. No hay comida, no hay transporte, no hay trabajo. No queremos más violencia".

El efecto de los bloqueos afecta no solo a Potosí, sino también a departamentos como Oruro y Cochabamba, generando riesgos de desabastecimiento de alimentos y combustibles, a medida que la Confederación de Transportistas y gremios comerciales advirtieron sobre la escasez inminente de productos esenciales.

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