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Animales silvestres escapan de la brutalidad de los cárteles en el noroeste mexicano

Un refugio en Culiacán se ve obligado a trasladar a tigres, jaguares y elefantes debido a la violencia de los cárteles. Veterinarios alertan sobre el impacto en estos animales en peligro.

20/05/2025 | 22:12Redacción Cadena 3

FOTO: Tigres, jaguares o elefantes también huyen de la violencia de los cárteles en el noroeste de México

CULIACÁN, México (AP) — Un grupo de veterinarios realizó el martes por la mañana la carga de pesadas cajas metálicas en semirremolques. El inventario incluyó tigres, monos, jaguares, elefantes y leones, quienes son las últimas víctimas del conflicto entre facciones del Cártel de Sinaloa que azotan la ciudad de Culiacán, en el noroeste de México.

Desde hace años, animales exóticos confiscados a narcotraficantes y aquellos rescatados de circos habitan en un pequeño refugio en las afueras de la capital de Sinaloa. Sin embargo, la violencia desatada desde septiembre del año pasado entre grupos rivales ha puesto a los cuidadores del Santuario Ostok en una situación crítica, enfrentando ataques, amenazas de muerte y la interrupción de suministros esenciales para el bienestar de cerca de 700 animales.

Ante esta situación, la organización decidió actúa y se marcha de Culiacán, trasladando a los animales hacia el sur del estado en un esfuerzo por escapar de los enfrentamientos. Sin embargo, el temor persiste, ya que el conflicto es cada vez más intenso en la región.

“Nunca habíamos llegado a esos niveles de violencia”, aseguró Ernesto Zazueta, presidente del Santuario Ostok. “Estamos muy preocupados por el futuro de los animales que llegan aquí para tener una mejor vida”.

Lucha interna dentro del cártel

La situación de violencia se intensificó hace ocho meses, cuando dos facciones rivales del Cártel de Sinaloa comenzaron a disputarse el territorio tras la captura de un importante líder del cártel, Ismael “El Mayo” Zambada, y de uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Ambos fueron detenidos y acusados de diversos delitos en Estados Unidos.

Desde entonces, seguidores de ambos grupos iniciaron una lucha por el poder que se convirtió en un desafío cotidiano para los habitantes de Culiacán, una ciudad que crucemente había logrado evitar lo peor de la violencia en México gracias al control absoluto del Cártel de Sinaloa sobre el área.

“Ahora que se incrementó la guerra entre las facciones del cártel, la población civil lo está resintiendo”, destacó el analista de seguridad David Saucedo, quien señaló que se han incrementado el cobro de extorsiones y secuestros para financiar la lucha interna.

Zazueta, el director del santuario, indicó que su salida de la ciudad refleja la penetración de la violencia en todos los aspectos de la vida.

Durante el proceso de carga de los animales, quienes se mostraban nerviosos, los cuidadores hicieron lo posible por tranquilizarlos. En un momento, uno de ellos acariciaba un elefante mientras susurraba: “Voy a estar contigo. Nadie te va a hacer daño”.

Veterinarios y animales se trasladaron por la autopista hacia la ciudad costera de Mazatlán, donde tenían planeado alojar a los ejemplares en una reserva natural.

Este movimiento se llevó a cabo tras meses de preparación y entrenamiento de los animales. La decisión de trasladar el santuario fue una medida desesperada, pues la proximidad al enfrentamiento de Jesús María, un bastión de Los Chapitos, presionó para la acción.

Sin lugares seguros

En los días de mayor violencia, el personal del santuario narra cómo el sonido de los disparos y el rugido de los helicópteros provoca pánico entre los animales. Ocasionalmente, los enfrentamientos impiden la llegada de los trabajadores y algunos animales pasan días sin alimentación. Dos animales han muerto a causa de estas circunstancias, según información proporcionada por Zazueta.

La situación se complica debido a que un número creciente de estos animales provienen de narcotraficantes que los han abandonado en áreas rurales. Un tigre de Bengala fue encontrado encadenado en una plaza, atrapado en medio de un tiroteo, mientras que se ha informado que algunos jefes de cárteles alimentan a sus leones con los cuerpos de sus enemigos.

Diego García, trabajador del refugio, se ocupa de rescatar a esos animales. Recibe amenazas anónimas regularmente, y teme ser atacado por rescatar a las mascotas de jefes del narcotráfico. Además, el refugio ha recibido advertencias de quemar el lugar y asesinar a los animales si no se cumplen con demandas económicas.

“No hay un lugar seguro en estos momentos”, afirmó García, una sensación compartida por muchos en esta ciudad de un millón de habitantes donde padres revisan las noticias sobre tiroteos al amanecer para saber si es seguro enviar a sus hijos a la escuela.

Las calles de Culiacán están marcadas por la violencia, con casas acribilladas y cadáveres encontrados en puentes. Por las noches, la ciudad se transforma en un desierto, con comercios cerrados y muchos habitantes desempleados.

“Mi hijo, mi hijo, estoy a tu lado, no te dejaré solo”, sollozaba una madre al lado de la carretera mientras observaba el cuerpo de su hijo, rodeado de casquillos de bala. “¿Por qué no hacen nada?”, clamaba con desesperación.

Hacia un nuevo refugio

En febrero, mientras conducía un vehículo del santuario, García fue obligado a bajar por un hombre armado que le robó el camión y los medicamentos para los animales. Lo dejó temblando en el camino.

El punto de quiebre para el Santuario Ostok ocurrió en marzo, cuando una elefanta llamada Bireki sufrió una lesión en una pata y los veterinarios no encontraron especialistas dispuestos a atenderla en Culiacán.

“Decidimos que no podíamos permanecer aquí. No podemos arriesgarnos a que algo similar vuelva a ocurrir”, añadió Zazueta, señalando que la situación para el bienestar animal era insostenible.

Ahora, algunos temen que la ofensiva gubernamental contra los cárteles provoque más resistencia de los criminales, como ha pasado en el pasado, según lo advirtió Saucedo.

Zazueta criticó la falta de respuesta del gobierno local a las peticiones de ayuda en recientes meses. La oficina del gobernador de Sinaloa no ha emitido comentarios al respecto.

El santuario trasladó a los animales sin anunciarlo públicamente, por el temor a represalias por parte de las autoridades y los cárteles, pero se espera que encuentren paz en Mazatlán tras años de conflicto.

García, el trabajador del santuario, no ve el futuro con optimismo. Si bien desea ser positivo, ha visto cómo la violencia se expande como un cáncer. Mazatlán, aunque no es perfecto, es más estable, y las condiciones en Culiacán son insostenibles.

[Fuente: AP]

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