Rappallini: “Hay que mejorar la competitividad y no correr tras la devaluación”
El titular de la Unión Industrial Argentina dijo a Cadena 3 que el problema del país es “la estructura interna de costos”. Pidió hacer una reforma fiscal y laboral. Señaló que la educación técnica es clave. Elogió a Corea del Sur.
19/05/2025 | 20:54Redacción Cadena 3
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Audio. Rappallini, de UIA: “Hay que ser más competitivos y no correr tras la devaluación”
La Argentina Hoy
En un contexto de cambios profundos en la economía argentina, Martín Rappallini, flamante presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), asumió hace apenas dos semanas el liderazgo de una de las organizaciones más influyentes del país.
Con una trayectoria de 30 años como industrial y una década al frente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires, Rappallini llega con un enfoque renovado, representando una generación de empresarios que busca adaptar la industria a los desafíos del siglo XXI.
En una entrevista con el ciclo "La Argentina, hoy" de Cadena 3, el empresario habló este lunes sobre los problemas estructurales del sector, las reformas necesarias y las oportunidades que tiene el país en un escenario global cada vez más competitivo.
Un cambio de paradigma económico
Rappallini asumió la presidencia de la UIA en un momento de transición. “Venimos de décadas de un modelo basado en inflación alta, donde los actores económicos funcionaban de otra manera. Ahora, con la inflación en baja y un proceso de estabilización, la competitividad y los costos internos pasan a ser el factor clave”, afirmó.
Para el industrial, la Argentina enfrenta un “costo argentino” que encarece toda la cadena de valor, desde la producción hasta la distribución, lo que pone al sector en desventaja frente a competidores globales.
Entre los problemas estructurales, destacó cinco pilares pendientes: presión fiscal duplicada en las últimas dos décadas, una normativa laboral desactualizada, un sistema financiero débil, deficiencias en educación y una infraestructura insuficiente. “Son temas que países como Brasil han trabajado, mientras que nosotros los tenemos como agenda pendiente”, señaló.
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El titular de la Sociedad Rural Argentina dijo a Cadena 3 que confía en que la administración de Milei tomará medidas para liberar trabas al sector agropecuario. Sobre las retenciones, afirmó: “Hay que apuntar a que sean cero”.
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Reformas urgentes: fiscal y laboral
Consultado sobre las prioridades para el sector, Rappallini no dudó: “Los dos vectores más importantes son la reforma fiscal y la modernización laboral”.
Los impuestos distorsivos, como ingresos brutos, tasas municipales, el impuesto al cheque y las retenciones a exportaciones de bienes con valor agregado son una pesada carga para las industrias que compiten globalmente. “Es como jugar un partido mundial con una mochila llena de piedras”, graficó.
Propuso estudiar una reforma del IVA que permita a las provincias competir entre sí, aunque reconoció que las menos favorecidas podrían necesitar ajustes para no perder recursos.
La modernización laboral también es clave para mejorar la productividad. “No se trata de inventar nada nuevo; es la agenda que tiene el mundo”, afirmó, destacando la necesidad de adaptar la legislación a las realidades actuales para que las empresas puedan ser más eficientes.
El contexto global y la industria argentina
En un mundo marcado por tensiones comerciales, como la guerra entre China y Estados Unidos, Rappallini subrayó la importancia estratégica de la industria. “La libertad de empresa es más vigente que nunca, pero el libre comercio está en debate. Estados Unidos se dio cuenta de que tercerizar producción a Asia debilitó su capacidad de innovación en 50 de 60 sectores donde eran líderes”, explicó. En este sentido, destacó iniciativas como los planes de repatriación de la producción de semiconductores en EE.UU., lo que refuerza la relevancia de mantener procesos productivos dentro del país.
Para Argentina, esto implica aprovechar sectores con ventajas comparativas, como la energía (con Vaca Muerta como protagonista), la minería, la agroindustria y la industria del conocimiento. Sin embargo, también defendió la industria tradicional -acero, aluminio, plásticos, textil y calzado-, que hoy soporta una carga impositiva desproporcionada: “Somos el 18% del PBI, pero aportamos el 30% de la recaudación del Estado”.
Desafíos sectoriales y oportunidades
El panorama industrial es heterogéneo. Sectores intensivos en mano de obra, como textil, calzado, metalmecánica y muebles, enfrentan dificultades por los costos laborales y la apertura a importaciones. En cambio, los sectores de capital intensivo, como minería y energía, muestran un fuerte crecimiento. “La actividad tuvo un rebote, pero es muy desigual. Estamos trabajando con el Gobierno para buscar soluciones, porque los sectores de mano de obra intensiva generan mucho empleo”, explicó Rappallini.
La logística, otro talón de Aquiles, también fue abordada. El costo de transportar mercadería en Argentina es elevado, comparable a mover un contenedor desde Francia a Chile. Soluciones como los bitrenes (camiones más largos) y la reactivación de los trenes requieren una inversión masiva en infraestructura, algo complicado en un país con un sistema financiero que representa apenas el 8% del PBI, frente al 90-100% de países como Brasil o Chile.
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Educación y tecnología: la clave del futuro
Rappallini puso énfasis en la educación como pilar para la competitividad. Inspirado en modelos como los Institutos Técnicos Superiores de Italia o el sistema dual alemán, abogó por una educación técnica diseñada junto a los empresarios, que garantice empleabilidad inmediata. “La riqueza de un país está en la capacidad de sus empresas y eso depende de las personas que trabajan en ellas”, afirmó.
La irrupción de la inteligencia artificial también plantea desafíos y oportunidades. “El mundo está cambiando a una velocidad exponencial. La Argentina tiene que adaptarse a estas tecnologías para no quedarse atrás”, advirtió, destacando la industria del conocimiento como un sector con gran potencial.
Tierra del Fuego y el debate sobre los subsidios
El reciente cambio en el régimen de promoción industrial en Tierra del Fuego generó controversia. Rappallini reconoció que el sistema, creado por razones geopolíticas hace más de 30 años, tiene un impacto en los costos de productos electrónicos, como celulares y computadoras, que terminan pagando los consumidores.
“Es un tema complejo. Hay productores, empleados y una decisión estratégica que debe actualizarse para minimizar costos y beneficiar al conjunto del país”, señaló.
Un nuevo consenso productivo
Rappallini se mostró optimista sobre un cambio de mentalidad en el país. Comparó la Argentina con Corea del Sur, un país con una población similar, pero con un sector privado tres veces más grande y un Estado mucho más eficiente. “Corea apostó a la industria, la tecnología y la capacitación. Nosotros tenemos que tomar ese camino, con un sector privado como motor y un foco colectivo en la competitividad”, afirmó.
Para desterrar el mote de “prebendaria” que algunos sectores le adjudican a la industria, Rappallini aclaró que el modelo anterior, basado en consumo y gasto público, no beneficiaba al sector, sino que lo cargaba de impuestos y restricciones. “Con la inflación en baja, los problemas estructurales quedan al descubierto. Ahora debemos alinearnos a criterios internacionales para competir”, insistió.
Diálogo y propuestas
Rappallini aseguró que su gestión se basará en el diálogo con el Gobierno y la presentación de propuestas concretas. “Hablaremos con el presidente, sus ministros y todos los actores necesarios. Pero también tenemos la responsabilidad de llevar soluciones”, afirmó.
Como recomendación final, sugirió el libro "Trust" de Francis Fukuyama, destacando que la confianza es la base para construir una sociedad competitiva y sustentable.
Entrevista de Sergio Suppo.