Cómo marcará un papa estadounidense la relación de la Iglesia con Trump
Tensa bajo Francisco por desacuerdos en inmigración y valores, ahora el vínculo enfrenta un nuevo capítulo. Su alineamiento con las reformas de Francisco y su nacionalidad podrían facilitar el diálogo, pero las diferencias ideológicas y la polarización católica en EE.UU. auguran tensiones.
08/05/2025 | 14:34Redacción Cadena 3
La elección del cardenal Robert Francis Prevost como Papa, el primer estadounidense en la historia de la Iglesia Católica, marca un punto de inflexión en las relaciones entre el Vaticano y el presidente Donald Trump, cuya segunda administración comenzó en enero de 2025.
Durante el pontificado de Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025, la relación con Trump fue tensa, marcada por desacuerdos sobre inmigración, cambio climático y valores conservadores.
Con Prevost, un agustino de 69 años alineado con el legado reformista de Francisco, pero con raíces en EE.UU. y América Latina, surgen nuevas preguntas sobre cómo evolucionará esta dinámica.
Antecedentes
Una relación conflictiva con Francisco
El papa Francisco, un jesuita argentino, y Donald Trump, un presidente populista no católico que se identifica como cristiano no denominacional, mantuvieron una relación compleja desde 2015, cuando Trump anunció su primera candidatura presidencial.
Francisco criticó públicamente las políticas de Trump, especialmente su plan de construir un muro en la frontera con México, y declaró en 2016 que “una persona que solo piensa en construir muros y no puentes no es cristiana”, reveló Foreign Policy.
En 2019, calificó la construcción del muro como un acto de “miedo que nos vuelve locos” (The Washington Post).
En 2024, Francisco criticó tanto a Trump como a Kamala Harris, argumentando que las deportaciones masivas de Trump y las políticas proaborto de Harris eran contrarias a la vida (Newsweek).
Trump, por directamente, intensificó las tensiones. En diciembre de 2024, nombró a Brian Burch, presidente de CatholicVote y crítico de Francisco, como embajador ante la Santa Sede, un gesto visto como provocador.
Burch acusó a Francisco de causar “confusión” al permitir bendiciones condicionales a parejas del mismo sexo, alineándose con la derecha católica estadounidense que veía al Papa como demasiado progresista.
Además, figuras católicas pro-Trump, como el exsacerdote Frank Pavone y el obispo Joseph Strickland, enfrentaron sanciones vaticanas, lo que algunos interpretaron como represalias políticas.
A pesar de estos roces, Trump cultivó un fuerte apoyo entre los católicos estadounidenses, especialmente los conservadores. Según Pew Research, el 53% de los católicos en EE.UU. se identifican o apoyan al Partido Republicano en 2024, frente al 37% en 2014.
Su promesa de derogar Roe v. Wade, defender la libertad religiosa y promover valores tradicionales atrajo a este electorado, a pesar de sus desencuentros con Francisco. Trump asistió al funeral de Francisco el 26 de abril de 2025, un gesto diplomático que no disipó las tensiones.
Un episodio controvertido ocurrió el 3 de mayo de 2025, cuando Trump publicó una imagen generada por IA de sí mismo vestido como Papa en Truth Social y cuentas oficiales de la Casa Blanca, durante el período de luto por Francisco.
La imagen, que acompañaba un comentario previo de Trump bromeando que “le gustaría ser Papa”, fue condenada por líderes católicos como el cardenal Timothy Dolan, quien la calificó de “no buena”, y el obispo Thomas Paprocki, quien exigió una disculpa por “burlarse de Dios, la Iglesia y el papado”.
La New York State Catholic Conference la describió como una ofensa durante el solemne período de Novemdiales.
Sin embargo, aliados de Trump, como el senador Lindsey Graham y el vicepresidente JD Vance, católico converso, defendieron el gesto como humorístico.
El contexto del Papa Prevost
Ahora, la elección de Robert Francis Prevost, un cardenal nacido en Chicago con ciudadanía peruana y experiencia misionera en América Latina, introduce una nueva dinámica.
Prevost, nombrado cardenal por Francisco en 2023 y prefecto del Dicasterio para los Obispos, es un aliado del legado de Francisco, con un enfoque en la sinodalidad, la justicia social y los pobres.
Su origen estadounidense, sin embargo, plantea interrogantes sobre cómo gestionará las relaciones con Trump, cuya administración incluye católicos conservadores prominentes como el secretario de Estado Marco Rubio y el propio Vance.
Prevost, descrito como discreto y dialogante, tiene experiencia en mediar conflictos, como durante su tiempo en la diócesis de Chiclayo, Perú, donde enfrentó crisis políticas.
Sin embargo, su candidatura enfrentó críticas por acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales en Chiclayo, desmentidas por la diócesis y el periodista Pedro Salinas.
Estas acusaciones, aunque no probadas, reflejan la sensibilidad del tema en EE.UU., donde los escándalos de abuso han dañado la credibilidad de la Iglesia.