En el Parque Thays, la escultura 1201 de Pablo Siquier desafía la percepción en Buenos Aires
La escultura de hierro, instalada en 2013, se destaca como una de las piezas más enigmáticas del arte contemporáneo en el espacio público de Buenos Aires, capturando la atención de los transeúntes.
17/05/2025 | 19:54Redacción Cadena 3
Ubicada en el corazón del Parque Thays, en el barrio porteño de Recoleta, 1201 es una impresionante escultura de hierro creada por el renombrado artista argentino Pablo Siquier. Desde su instalación hace una década, esta obra ha fascinado a los visitantes por su complejidad visual, funcionando a la vez como mapa y laberinto. Su diseño abstracto refleja tanto la esencia de la ciudad como las intricadas estructuras mentales de sus habitantes.
Construida con hierro trefilado, 1201 no parece representar un objeto específico, pero su estructura está llena de conexiones y líneas que buscan captar la esencia intangible de Buenos Aires. Esta escultura desafía al espectador a detenerse y contemplar, ofreciendo una experiencia que supera la mera apreciación estética tradicional.
Concebida a partir de modelos digitales desarrollados por Siquier, la escultura fue armada con tecnología de precisión, cada componente ensamblado de manera milimétrica. Sin embargo, lo que transmite es una energía vibrante y cautivadora, como si la obra aguardara un instante para activarse. Ha sido interpretada como una representación física del inconsciente urbano, emergiendo desde el caos cotidiano que define la vida en la ciudad.
Además de su valor estético, 1201 convive con esculturas de generaciones anteriores, desafiando las expectativas del espectador al estar situada en un parque abierto en lugar de una galería. Esto genera un espacio donde el arte se convierte en entorno, invitando a experiencias compartidas. La obra no se erige solamente como un objeto de contemplación, sino que se integra en la cotidianidad de quienes la rodean.
En años recientes, 1201 ha adquirido un significado simbólico para diversos grupos de artistas, arquitectos y urbanistas, quienes la consideran un hito en el pensamiento visual contemporáneo. Cada visita a esta escultura es como asistir a un ritual de reflexión, capturando la tensión entre el orden y el caos que representa tanto la ciudad real como la imaginada.