El elocuente profundo silencio de la tumba de Jorge Luis Borges
El escritor argentino está enterrado en el cementerio de Plainpalais de Ginebra, en Suiza, donde murió en 1986.
09/12/2025 | 12:54Redacción Cadena 3
Ginebra, 9 diciembre (Enviado Especial NA)- La mañana de Ginebra se cernía gris y silenciosa sobre el cementerio de Plainpalais, en este diciembre particularmente frío, pero aún sin nieve. Me acerqué a este refugio de historia discreta, con una mezcla de reverencia y curiosidad intelectual, iba a ver, no a una tumba, sino a un símbolo de la literatura argentina: la tumba de Jorge Luis Borges.
Finalmente, allí estaba, no un fastuoso mausoleo, que uno podría imaginar correspondería a semejante escritor, sino una lápida clavada en el suelo, sobria, sencilla, quizás demasiado, pero con una potencia descomunal, tal vez producto de la figura que yace debajo de ella.
El silencio era profundo en ese universo de árboles y senderos, más cercanos a un parque, que a un cementerio. En ese instante, el mundo pareció aquietarse; las campanas lejanas y el murmullo de la ciudad se volvieron irrelevantes. Estaba a solas con el universo cifrado de Borges, dispuesto a volcar la experiencia en la Agencia Noticias Argentinas.
Observé detenidamente los detalles, traté de descifrar los escritos, los símbolos. Eran líneas toscas, casi primitivas, pero cargadas de la violencia y el honor de un pasado mítico. Se palpitaba el espíritu de Borges, el erudito ciego, señalando el ataque vikingo de Lindisfarne: una alegoría perfecta de la discordia interior, de la tensión entre el criollo marcial y el inglés libresco que lo habitaban. La historia, en su versión más brutal y sajona, se había convertido en un epitafio.
Me quedaba claro que la última morada de Jorge Luis Borges no es una simple lápida, sino un monumento cifrado que condensaba la rica urdimbre de su vida y su vasta obra. Este singular trozo de piedra, esconde una compleja amalgama de referencias que van desde antiguas lenguas nórdicas hasta profundos grabados de estirpe sajona y vikinga.
El minucioso rastreo y la descodificación de estos elementos enigmáticos han sido emprendidos por el investigador argentino Martín Hadis, cuyo trabajo se plasmó en el libro Siete guerreros nortumbrios.
Siete Guerreros y la Mano de Kodama
El título de la obra de Hadis alude a la figura central esculpida en la lápida por el artista argentino Eduardo Longato, siguiendo el diseño concebido por la viuda del escritor, María Kodama.
Hadis describe la obra como un artefacto con "muchos niveles de significado", destacando que la elección de cada símbolo cumple "con creces el objetivo de recordarlo", pues todos están íntimamente ligados a la historia personal de Borges y a sus fuentes literarias más preciadas.
Los siete guerreros fueron reproducidos a partir de una lápida del siglo IX, hallada en Inglaterra, que conmemora un ataque vikingo al monasterio de Lindisfarne, en Nortumbria, en el año 793.
La Dualidad y la Cruz Celta
El frente de la lápida exhibe el nombre grabado del célebre escritor junto a una potente frase en inglés antiguo, extraída del poema sajón sobre la Batalla de Maldon, traducida como "y que no temieran" (and ne forhtedon ná).
Según Hadis, esta referencia bélica y sajona captaba la íntima discordia de los linajes del autor: "El combate de Maldon, a Borges le recordaba la íntima discordia entre sus dos linajes, el inglés, culto y erudito, por un lado, y el criollo y marcial, por otro. Y encontrar algo bélico y sajón al mismo tiempo fue como cerrar esa discordia".
Complementando el anverso, una cruz celta evoca la cruz de Gosforth (erigida en Inglaterra en el siglo X por descendientes vikingos), cuya columna de cuatro metros contiene escenas de tradiciones paganas y cristianas. Este símbolo remite a la continua búsqueda de certeza religiosa del escritor: "Esto remite al cristianismo anglosajón de Borges, que no fue un hombre de fe pero continuó buscando una certeza religiosa hasta el fin de sus días. Era agnóstico pero no ateo y así se convirtió en un peregrino de muchas religiones", reflexiona Hadis.
La Saga Nórdica y el Amor Secreto
El reverso de la lápida completa el tapiz simbólico con un barco vikingo y dos inscripciones lapidarias:
Una frase en escandinavo antiguo: "Él toma la espada Gram y la coloca entre ellos desenvainada", pasaje extraído de la Volsunga Saga, un texto islandés del siglo XIII que narra la épica del héroe germánico Sigurd, tema recurrente en la obra borgeana.
El navío vikingo: Inspirado en las "piedras ilustradas" de la isla sueca de Gotland, simboliza el "viaje a la eternidad".
La dedicatoria íntima: "De Ulrica a Javier Otárola", que corresponde a los nombres de los personajes de su cuento "Ulrica" y que Borges y Kodama utilizaban discretamente para referirse el uno al otro.
En suma, su tumba no es más que el reflejo de lo que fue su vida, sin estridencias, sin pompa, solamente lo justo y necesario para sostener ese reflejo hacia la eternidad y dejar un mensaje cifrado, que define su propia existencia. #AgenciaNA.
Lectura rápida
¿Dónde está enterrado Jorge Luis Borges?
En el cementerio de Plainpalais, en Ginebra, Suiza.
¿Quién es el autor del libro sobre la tumba de Borges?
El investigador argentino Martín Hadis.
¿Qué simboliza la lápida de Borges?
Es un monumento cifrado que condensa la rica urdimbre de su vida y obra.
¿Qué representa la cruz celta en la lápida?
Evoca la cruz de Gosforth y simboliza la búsqueda de certeza religiosa de Borges.
¿Qué frase en inglés antiguo está grabada en la lápida?
"Y que no temieran" (and ne forhtedon ná).
[Fuente: Noticias Argentinas]





