Cómo el diseño neuroincluyente puede transformar tu hogar y bienestar

El hogar se considera un refugio, un lugar donde escapar del ajetreo diario y encontrar paz. Sin embargo, el diseño de nuestros espacios puede influir significativamente en nuestra salud mental. El concepto de diseño neuroincluyente ha comenzado a ganar popularidad, ya que se ha demostrado que ayuda a aliviar los síntomas de diversas condiciones de neurodesarrollo, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADHD), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el autismo y la dificultad de aprendizaje.

El diseño neuroincluyente, también conocido como diseño sensorial inclusivo o diseño que afirma la neurodiversidad, se centra en crear espacios que apoyen la diversidad de sistemas nerviosos humanos. Según Anita Yokota, terapeuta licenciada y diseñadora de interiores, este enfoque implica diseñar un hogar que funcione en armonía con el cerebro y el cuerpo, evitando la sobrecarga sensorial.

La diseñadora principal Jill Croka, quien tiene experiencia en psicoterapia, enfatiza que el diseño neuroincluyente se basa en la facilidad de uso y la satisfacción general en todos los niveles. Este enfoque es especialmente beneficioso para aquellos con sistemas nerviosos sensibles, como las personas con ADHD, ansiedad o autismo, quienes pueden sentirse abrumados por el desorden, el ruido o la estimulación constante.

Además, los adolescentes y niños también se benefician de este tipo de diseño, ya que procesan la información sensorial de manera más intensa y requieren entornos que les ayuden a regular su atención y emociones. Sarah Barnard, diseñadora de interiores, señala que el diseño neuroincluyente no solo se limita a quienes tienen condiciones diagnosticadas, sino que puede aplicarse en áreas de alto estrés en cualquier hogar.

Los beneficios del diseño neuroincluyente son numerosos. Al crear un espacio que incorpore estos principios, se puede esperar una mejor regulación emocional, rutinas diarias más efectivas y una reducción de la fatiga por decisiones. Barnard destaca que este tipo de diseño ayuda a las personas a sentirse seguras y apoyadas, ofreciendo personalización ambiental y experiencias adaptadas a sus necesidades.

Para implementar el diseño neuroincluyente en el hogar, se pueden seguir varios pasos:

• Evaluar el hogar: Realizar una evaluación honesta de cómo los espacios afectan nuestras emociones. Preguntarse si se prefiere un ambiente luminoso o uno más acogedor.
• Disminuir la sobrecarga: Limpiar superficies y establecer zonas de organización simples para permitir que el cerebro respire.
• Reducir el ruido: Considerar mejoras como aislamiento acústico o ventanas de triple panel si el ruido es un problema.
• Incorporar elementos naturales: El diseño biofílico, que incluye elementos naturales, puede ser muy beneficioso. Yokota sugiere usar texturas naturales y plantas para calmar los sentidos.
• Agregar color intencional: Introducir color en áreas donde se necesita enfoque o energía, creando zonas con propósitos claros.
• Incluir iluminación adecuada: La iluminación cálida por la noche ayuda a calmar el cuerpo, mientras que la luz más brillante durante el día fomenta la concentración.
• Considerar la estimulación sensorial: Integrar texturas diversas en el espacio puede enriquecer la experiencia táctil.

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