Un terremoto en Myanmar revela secretos sobre fallas geológicas antiguas
Un terremoto de magnitud 7.7 en Myanmar expuso cómo las fallas maduras pueden liberar su energía de manera más efectiva, lo que podría cambiar las predicciones sobre temblores en zonas como la falla de San Andrés.
16/12/2025 | 20:12Redacción Cadena 3
El potente terremoto que azotó Myanmar el 28 de marzo de 2025, brindó a los investigadores una oportunidad única para observar el comportamiento de algunos de los sistemas de fallas más peligrosos del planeta, incluyendo aquellos similares a la falla de San Andrés en California. Este evento sísmico, que alcanzó una magnitud de 7.7, se produjo a lo largo de una falla geológica inusualmente recta y "madura", creando condiciones casi ideales para examinar cómo se libera la energía durante una ruptura continental importante.
Los científicos han enfrentado dificultades para estudiar terremotos que se comportan de manera tan predecible. El evento en Myanmar se destacó porque su geometría de falla eliminó muchas de las complicaciones que normalmente oscurecen cómo se mueve la energía sísmica a través de la Tierra.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad de Nuevo México se centró en entender cómo se comportan las fallas maduras durante grandes terremotos, prestando especial atención a un fenómeno debatido conocido como el "déficit de deslizamiento superficial". En muchos terremotos, el movimiento en la superficie es mucho menor que el que ocurre en las profundidades. Esta discrepancia ha generado preguntas sobre si parte de la energía se absorbe en las rocas circundantes o simplemente no se detecta.
Al analizar detenidamente el terremoto de Myanmar, los investigadores buscaron determinar cómo se mueve la energía a lo largo de un sistema de fallas antiguo y relativamente simple, y si el movimiento profundo se transfiere completamente a la superficie.
El estudio, titulado "Mecanismos de fallas maduras revelados por el altamente eficiente terremoto de Mandalay 2025", fue publicado en Nature Communications. Fue liderado por el profesor asistente Eric Lindsey, quien trabajó junto a colaboradores de Taiwán y Myanmar.
Debido a que Myanmar se encuentra actualmente afectado por un conflicto armado y el terremoto causó más daños a la infraestructura, los investigadores no pudieron realizar investigaciones en el terreno de manera rápida. En su lugar, recurrieron a observaciones satelitales para recopilar los datos necesarios para su análisis.
"Utilizamos dos tecnologías satelitales principales: la correlación de imágenes ópticas (usando satélites Sentinel-2) para rastrear cómo se movieron los píxeles en las fotos satelitales entre dos imágenes tomadas antes y después del terremoto, y el radar de apertura sintética interferométrico (InSAR) utilizando satélites Sentinel-1, que mide el cambio en la distancia al suelo desde el satélite entre dos pasadas consecutivas. Estas herramientas nos permitieron medir los desplazamientos del suelo con una precisión increíble sin poner un pie en la zona de peligro", explicó Lindsey.
InSAR funciona como una versión sofisticada de "encuentra las diferencias", utilizando señales de radar para detectar cambios extremadamente pequeños en la superficie de la Tierra desde la órbita. A medida que un satélite orbita el planeta, envía ondas de radar hacia el suelo y registra las señales de retorno.
"Al comparar el tiempo que tarda la señal en rebotar de vuelta al satélite desde cada punto en el suelo, podemos detectar cambios en la elevación o posición del suelo hasta una fracción de pulgada. Esto nos permite mapear exactamente cómo se deformó la Tierra en un área de cientos de millas de ancho, de día o de noche, y a través de nubes", añadió Lindsey.
Este enfoque permitió al equipo reconstruir el impacto del terremoto en una región enorme con notable precisión.
La ruptura causada por el terremoto de Myanmar se extendió por casi 500 kilómetros. Para visualizar esa escala, es similar a una grieta que se extiende desde Albuquerque hasta Denver, con el suelo a cada lado deslizándose repentinamente uno frente al otro entre 10 y 15 pies.
"La mayoría de los terremotos que estudiamos rompen segmentos de falla mucho más cortos, quizás de 30 a 60 millas de largo. Es increíblemente raro y científicamente significativo observar una ruptura que sea tan larga, continua y recta", comentó Lindsey.
Tal ruptura larga y continua proporcionó a los científicos un experimento natural excepcional.
El terremoto ocurrió a lo largo de la falla de Sagaing, que es una falla de deslizamiento. En este tipo de falla, los dos lados se mueven horizontalmente uno al lado del otro, similar a coches que se rozan en una carretera.
"Esto es justo como la falla de San Andrés en California", afirmó Lindsey. "También describimos la falla de Sagaing como 'madura', lo que significa que ha estado deslizándose de la misma manera durante millones de años. A lo largo de ese vasto tiempo, los bordes ásperos y las curvas en la falla se han desgastado. Debido a que es tan suave y recta, la ruptura del terremoto pudo viajar de manera muy eficiente a través de una gran distancia".
Esta larga historia de movimiento ha moldeado la falla en una estructura que permite que la energía sísmica se mueva con poca resistencia.
Durante décadas, los investigadores han observado que muchos terremotos muestran mucho menos movimiento en la superficie que en las profundidades, un fenómeno conocido como el "déficit de deslizamiento superficial".
"Encontramos que en el terremoto de Mandalay 2025, este déficit no existió. La enorme cantidad de deslizamiento que ocurrió a millas de profundidad se transfirió al 100% a la superficie", explicó Lindsey.
Este resultado contrasta marcadamente con muchos terremotos recientes donde el movimiento en la superficie se redujo porque la energía se dispersó a través de redes de pequeñas fracturas en lugar de concentrarse en una sola falla.
"Esto demuestra que en fallas maduras y suaves, la energía está altamente concentrada y llega directamente a la superficie", dijo Lindsey. "Esto es significativo porque significa que el temblor del suelo cerca de la línea de falla podría ser más intenso de lo que nuestros modelos de riesgo actuales predicen para este tipo de fallas".
La investigación también reveló que la ruptura pudo conectar varios segmentos de falla en un único evento continuo de 500 km, atravesando límites que los científicos creían anteriormente que podrían detener un terremoto.
"Encontramos que la falla siguió un patrón histórico: se deslizó menos en áreas que habían experimentado terremotos en el siglo XX y se deslizó más en áreas que no habían roto desde el siglo XIX", comentó Lindsey. Este comportamiento se conoce como "predicción de deslizamiento" y sugiere que los científicos podrían estimar cuánto movimiento podría ocurrir en segmentos de falla que aún no se han roto.
Estos conocimientos podrían mejorar las previsiones a largo plazo de terremotos y los esfuerzos de preparación.
El estudio demuestra el creciente poder de la observación satelital. Incluso en una zona de conflicto donde el trabajo de campo tradicional no fue posible, los investigadores pudieron producir uno de los análisis más detallados de la mecánica de los terremotos hasta la fecha.
"Es un testimonio de cómo la colaboración científica global y el acceso abierto a datos (como las misiones Copernicus Sentinel) pueden ayudarnos a comprender los peligros naturales que afectan a millones de personas", concluyó Lindsey. "La importancia radica en la seguridad. Este terremoto nos mostró que las fallas maduras pueden ser mucho más eficientes en la transmisión de energía a la superficie que las más jóvenes, lo que tiene implicaciones directas sobre cómo construimos infraestructuras para soportar el 'Gran Terremoto' en los Estados Unidos".
Aplicando estos métodos más cerca de casa
Lindsey señaló que Nuevo México se encuentra en un sistema de fallas muy diferente conocido como el Rift del Río Grande, que se está separando en lugar de deslizarse lateralmente.
"Las técnicas de teledetección que perfeccionamos en este trabajo son las mismas que podemos usar para monitorear problemas de seguridad cerca de casa", explicó. Al utilizar InSAR para rastrear el hundimiento de la tierra causado por la disminución de acuíferos en Nuevo México, así como el lento movimiento del suelo relacionado con el rift y la inflación del cuerpo de magma profundo debajo de Socorro, los investigadores pueden ayudar a los funcionarios estatales a planificar mejor los riesgos futuros.
"Entender la física de las fallas 'maduras' nos ayuda a comprender la mecánica general de la corteza terrestre, lo que mejora los modelos de riesgo de terremotos a nivel global", concluyó Lindsey.
Lectura rápida
¿Qué ocurrió en Myanmar?
Un terremoto de magnitud 7.7 el 28 de marzo de 2025 reveló cómo las fallas maduras pueden liberar su energía de manera más efectiva.
¿Quién lideró la investigación?
La investigación fue liderada por el profesor Eric Lindsey de la Universidad de Nuevo México.
¿Cómo se realizó el estudio?
Se utilizaron observaciones satelitales debido a la imposibilidad de realizar investigaciones en el terreno por el conflicto armado en Myanmar.
¿Qué hallazgos se destacaron?
Se encontró que el déficit de deslizamiento superficial no existió en este terremoto, lo que significa que la energía se transfirió completamente a la superficie.
¿Por qué es importante este estudio?
Los resultados tienen implicaciones directas para la construcción de infraestructuras en zonas propensas a terremotos, como la falla de San Andrés.





