Descubren caída oculta de un nutriente cerebral que podría aumentar la ansiedad

Investigadores de la Universidad de California - Davis Health encontraron que las personas que padecen trastornos de ansiedad presentan niveles reducidos de colina en el cerebro. Este descubrimiento, publicado en la revista Molecular Psychiatry, sugiere que la colina, un nutriente esencial, podría desempeñar un papel importante en la regulación de la ansiedad.

El equipo analizó 25 estudios previos, comparando los niveles de neurometabolitos, que son sustancias químicas producidas durante el metabolismo cerebral, en 370 individuos con trastornos de ansiedad y 342 personas sin estos trastornos. Los resultados mostraron que los niveles de colina eran aproximadamente un 8% más bajos en aquellos con ansiedad, siendo esta reducción más notable en la corteza prefrontal, una región crucial para el pensamiento, la regulación emocional y la toma de decisiones.

El coautor del estudio, Jason Smucny, asistente de profesor en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento, destacó: "Este es el primer metaanálisis que muestra un patrón químico en el cerebro en trastornos de ansiedad. Sugiere que enfoques nutricionales, como la suplementación adecuada de colina, podrían ayudar a restaurar la química cerebral y mejorar los resultados para los pacientes".

La colina es fundamental para la salud de las membranas celulares y funciones cerebrales clave, incluyendo la memoria, el estado de ánimo y el control muscular. Dado que el cuerpo solo produce una pequeña cantidad de colina, la mayoría debe obtenerse a través de la dieta.

Los trastornos de ansiedad afectan aproximadamente al 30% de los adultos, y muchos de ellos no reciben el tratamiento adecuado. Richard Maddock, autor principal del estudio y psiquiatra, enfatizó que estos trastornos pueden ser debilitantes y que la mayoría de las personas no recibe la atención necesaria.

Los trastornos de ansiedad incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, los trastornos de ansiedad social y las fobias. Estos trastornos implican cambios en cómo diferentes partes del cerebro procesan el estrés y las amenazas potenciales. La amígdala, que ayuda a determinar si las situaciones son seguras o peligrosas, y la corteza prefrontal, que juega un papel en la planificación y la toma de decisiones, responden de manera diferente en personas con ansiedad.

Los desequilibrios químicos también contribuyen a la ansiedad. Por ejemplo, la norepinefrina, un químico involucrado en la respuesta de "lucha o huida", suele estar por encima de lo normal en estos trastornos. Normalmente, el cerebro puede distinguir entre desafíos cotidianos y situaciones realmente dañinas. Sin embargo, en los trastornos de ansiedad, incluso los estresores manejables pueden sentirse abrumadores.

Maddock y Smucny han estudiado la química cerebral y su papel en la salud mental utilizando un método de imagen no invasivo conocido como espectroscopia de resonancia magnética de protones (1H-MRS). Este enfoque mide los químicos presentes en el tejido cerebral, centrándose en la composición química en lugar de producir imágenes.

Los investigadores creen que la actividad elevada del sistema de lucha o huida en los trastornos de ansiedad podría aumentar la demanda de colina en el cerebro, lo que podría reducir sus niveles disponibles. Maddock advirtió que aún no se sabe si aumentar la colina en la dieta ayudará a reducir la ansiedad, y enfatizó que una dieta equilibrada es fundamental para la salud física y mental.

Alimentos que son buenas fuentes de colina incluyen el hígado de res, las yemas de huevo, la carne de res, el pollo, el pescado, la soja y la leche. Maddock sugirió que las personas con trastornos de ansiedad deberían revisar su dieta para asegurarse de que están obteniendo la cantidad diaria recomendada de colina, ya que investigaciones anteriores han mostrado que la mayoría de las personas en EE. UU., incluidos los niños, no alcanzan esta cantidad.

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