Hasta Pepe se dio cuenta

Julio Perotti

En abril pasado, habíamos planteado que ciertas expresiones de miembros del oficialismo en las que vaticinan tiempos con “calles regadas de sangre y muertos” si no gana el kirchnerismo, constituía una herida sobre a un régimen democrático en el que todos debemos ir a votar con libertad de conciencia.

No es nuevo esto de que el peronismo en la oposición es capaz de provocar graves daños.

Como será, que se reconocía como un gran logro que Mauricio Macri rompió un estigma: que ningún presidente no peronista podía completar su mandato en Argentina.

Hagamos un poco de historia: los únicos cuatro jefes de Estado no peronistas elegidos democrática desde el surgimiento de esa fuerza fueron del histórico rival, la Unión Cívica Radical (UCR).

Dos de ellos fueron derrocados por golpes militares: Arturo Frondizi en 1962 y Arturo Illia en 1966.

Y los otros dos Raúl Alfonsín (1983-1989) y Fernando de la Rúa (1999-2001), debieron dejar anticipadamente el poder en medio de una crisis económica que les limó su poder político.

La salida de De la Rúa quedó inmortalizada con la salida del helicóptero presidencial desde la Casa Rosada.

¿Qué vemos hoy? Un operativo de pinzas, que lidera la propia Cristina Fernández de Kirchner, para opacar la sucesión de Alberto Fernández y, de esa manera, deslegitimar a quien sea su sucesor.

Esto parte del supuesto de que el kirchnerismo va a tener que volver a su rol opositor.

Y que, el que venga, lo haría en un proceso electoral en que uno de los principales actores, en este caso Cristina Fernández, está proscripta.

Hay un elemento más: las decisiones económicas que está tomando Alberto Fernández, o mejor Sergio Massa, que son vistas por la oposición como bombas de fragmentación preparadas para explotar después del 10 de diciembre, cuando deba asumir el nuevo presidente.

Una maquinita emitiendo sin parar a punto que hay que importar billetes, una inflación récord en el mundo, niveles de pobreza que superan al 50 por ciento de la población, trabajadores formales que, por primera vez en la historia, son pobres.

Esta es apenas una enumeración rápida.

Soluciones no parece que vayan a aparecer de acá a fin de año.

Es “agua y ajo¨. Aguantar y jo…

Me quedo, al final, con expresiones de un gran amigo de nuestro programa, José “Pepe” Mujica…

Mujica pronosticó una derrota del peronismo, aunque dijo que “va a seguir existiendo”.

Y añadió: El peronismo “va a seguir existiendo”.

“Ha aguantado dictaduras y sigue estando. Y no quisiera tener al peronismo en contra, porque como oposición... ¡Dios me libre!”.

Hasta Pepe se dio cuenta de que lo que viene, en la Argentina, no es fácil. Si no, más bien lo contrario.