Quiénes eran los milaneses que fallecieron en el accidente aéreo en Brescia
Un ultraligero se estrellaó en Italia, causando la muerte del abogado Sergio Ravaglia y su compañera Anna Maria De Stefano. La Fiscalía investiga el accidente sin caja negra ni rastreo.
23/07/2025 | 15:09Redacción Cadena 3
Un ultraligero se estrelló en la tangenziale de Fenili Belasi, a las afueras de Brescia, dejando un saldo trágico: la muerte de Sergio Ravaglia, un respetado abogado penalista milanés de 75 años, y su compañera Anna Maria De Stefano, de 50 años.
El impacto, seguido de un incendio, carbonizó a ambos ocupantes, dejando solo restos de cenizas, fragmentos de metal y una vela de paracaídas extendida sobre el asfalto.
Un testigo relató que el avión perdió altura repentinamente, giró sobre sí mismo y cayó en picada. "Parecía estable, volaba bajo, pero de pronto perdió el control", afirmó.
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Europa. Tragedia aérea en Italia: dos muertos al estrellarse un avión en una autopista
Las víctimas fueron identificadas como Sergio Ravaglia, un abogado milanés de 75 años, y Anna Maria De Stefano, de 60 años, quienes fallecieron carbonizados tras el impacto.
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Las llamas envolvieron el aparato tras el choque, sin dar posibilidad de salvación. Ravaglia había despegado desde Gragnano Trebbiense, en Piacenza, sin presentar un plan de vuelo, y su destino es aún desconocido. La Fiscalía de Brescia abrió una investigación por homicidio culposo, aunque las pesquisas serán complejas, ya que los ultraligeros no cuentan con caja negra ni rastreo, un «vacío normativo» señalado por el fiscal Francesco Prete.
Sergio Ravaglia: un abogado de prestigio y amante del vuelo
Sergio Ravaglia era una figura destacada del foro milanés. Desde finales de los años 70, trabajó en casos emblemáticos como Mani Pulite, defendiendo a figuras clave como Giuseppe Berlini, brazo derecho de Raul Gardini, además de procesos como Parmalat y el naufragio de la Costa Concordia, donde representó a miembros de la tripulación. Discreto y meticuloso, prefería el trabajo en el estudio y las salas de tribunales antes que los reflectores. "Nunca una palabra de más, pero siempre la justa", recordó la abogada Manuela Cigna, quien colaboró con él durante casi 30 años.
Hace una década, Ravaglia fundó su propio despacho, buscando un ritmo más tranquilo para dedicarse a sus pasiones: sus nietos, los automóviles y el vuelo. Había obtenido su licencia de piloto y adquirido el ultraligero. Su amor por los motores venía de lejos; en su juventud participó en carreras, siempre con prudencia. Deja una hija con dos nietos y un hijo, tras haber perdido a su esposa hace más de diez años por una enfermedad degenerativa. "Se fue un pedazo de corazón", lamentó Cigna.
Anna Maria De Stefano: compañera en la vida y en el cielo
Anna Maria, de 50 años, compartía con Ravaglia la pasión por el vuelo y una vida sencilla. A menudo lo acompañaba en sus escapadas aéreas, disfrutando del silencio de las alturas. No se sabe si ayer volaban por placer o por un compromiso familiar, pero estaban juntos, presumiblemente felices, en el momento del accidente.
Ravaglia no buscaba titulares, pero su legado como un profesional digno y competente, que marcó algunas de las causas judiciales más relevantes de Italia, perdurará. La tragedia deja un vacío inmenso entre quienes lo conocieron, tanto en lo personal como en lo profesional.




