Las relaciones amorosas en tiempos modernos: duración y desafíos actuales
Una psicóloga analizó las tendencias actuales en el amor y cómo las relaciones fugaces se han vuelto más comunes en la vida moderna.
25/06/2025 | 10:35Redacción Cadena 3
Las relaciones amorosas son cada vez más efímeras y esto no es casual. La vida moderna, un incremento en la ansiedad y la presión de tenerlo todo, junto con la incapacidad de aceptar las diferencias, están profundizando la fragilidad de los vínculos amorosos.
Jacqueline Orellana Rosenberg, licenciada en Psicología, conversó con la agencia Noticias Argentinas sobre este fenómeno que observa con frecuencia en su consultorio. Según ella, hay una tendencia creciente hacia relaciones fugaces y vínulos poco sólidos, además de un notable malestar hacia las diferencias que cada individuo aporta al otro.
“La ansiedad actual se relaciona con la intolerancia a la falta, ya que deseamos tenerlo todo. Esto se traduce en la vida de pareja: buscamos fluidez, que el otro no cause interrupciones ni diferencias. Sin embargo, esto es simplemente imposible”, señaló Orellana Rosenberg.
Este patrón indica que muchas personas abordan el amor desde una perspectiva individual, esperando que la relación funcione sin conflictos. Sin embargo, el amor conlleva una pérdida, no como una carga, sino como un aspecto fundamental de la elección.
“El amor implica sacrificios”, opinó Orellana Rosenberg. “Como bien mencionó Gabriel Rolón, toda relación es una elección: al optar por A, excluimos a B. Esta elección abre la puerta a la libertad, pero sin la capacidad de elegir no hay verdadera libertad”.
La psicóloga mencionó que se percibe una creciente resistencia a la incomodidad y a los desafíos que surgen en la convivencia. “Al relacionarme con otro, siento una fragmentación, ya que el deseo ajeno me confronta con mis propias carencias. Me recuerda que no soy completo, que la plenitud permanente es una ilusión. En una época que idolatra esta completitud, resulta insoportable”, agregó.
Otro aspecto que destacó Orellana Rosenberg es el impacto del discurso del empoderamiento, en su versión más estricta, en las relaciones. “Hay que reflexionar sobre el sentido del empoderamiento actual, que implica una imagen de total completud. Decir que puedo sola y que no necesito nada de nadie suena alarmante. Presentamos una fachada de autosuficiencia, pero si no necesitamos a nadie, ¿cuál es el propósito de estar con otro?”
Este enfoque lleva a una soledad disfrazada de autonomía, una soledad que a menudo está lejos de ser deseada: “Está muy de moda disfrutar de un café sola un martes a la mañana, pero esta búsqueda de autocuidado puede aislarnos. El otro puede incomodar, pero su presencia es necesaria, no solo para amar, sino también para crecer”, argumentó.
“En una relación, cuando el otro expresa ‘esto me duele’, es fundamental que reflexiones sobre ti mismo. Es un proceso de evolución, aunque resulta incómodo. No estamos dispuestos a lidiar con la incomodidad actualmente”, estableció la especialista.
Orellana Rosenberg también reflexionó sobre cómo se ha patologizado la dependencia emocional: “Hoy se considera dependencia si te importa lo que hace tu pareja. Sin embargo, es natural necesitar del otro, ya que somos seres humanos y podemos lastimarnos mutuamente. Debemos aprender a relacionarnos a pesar de estos riesgos”.
Un cambio notable en las dinámicas de género se ha presentado en tiempos recientes. “Muchos hombres se muestran más sensibles y buscan afecto, pero a menudo no saben exactamente lo que quieren. En contraposición, algunas mujeres han adoptado posturas más rígidas y autoritarias”, observó. Al igual que antes el macho proveedor mantenía su distancia emocional, hoy muchas mujeres empoderadas, exitosas e independientes muestran una falta de vulnerabilidad.
Desde su experiencia, la terapeuta agregó que muchos hombres se sienten desubicados en esta nueva realidad. “Algunos hombres se sienten fuera de lugar porque las mujeres son menos dependientes. Aunque buscan afecto, a menudo no saben cómo ni qué quieren. Esta sensación equivale a lo que nos sucedió a nosotras antes. Demandamos, pero sin comprender lo que realmente buscamos”.
Ante esta situación, Orellana Rosenberg sugiere un cambio radical en nuestra comprensión del amor, el empoderamiento y el deseo: “A pesar de que podamos sentirnos más dignos y completos que nunca, seguimos lidiando con una sensación de falta de cariño. Se espera que todo fluya y sea perfecto, y esa presión se vuelve insoportable”.
Desde su perspectiva, el amor exige elecciones, incomodidad, pérdidas, renuncias y la necesidad de los demás. Sin embargo, esto no debe tomarse como resignación, sino como un aspecto de la humanidad misma: “Nunca podemos con todo”, concluyó.
“Por eso necesitamos vínculos: afecto, comprensión y discusión. Es imprescindible contar con el otro, quien será distinto a nosotros. Esa es la esencia del desafío y la belleza que caracteriza al amor”.
Por último, se resalta que para experimentar amor, es necesario aprender a estar incómodos. Al rechazar el diálogo y la crítica, podemos caer en la búsqueda de conexiones vacías, incapaces de enfrentar los conflictos que nos hacen más vulnerables en la experiencia del amor.
[Fuente: Noticias Argentinas]





