Un robo permitió descubrir un acopiadero de marihuana

Juan Federico

Las señas de una mujer hacia un patrullero derivaron en el secuestro de al menos 37 ladrillos de marihuana y, sobre todo, en el inicio de una historia de narcotráfico en la ciudad de Córdoba cuyas derivaciones aún nadie puede imaginar.

Todo comenzó cerca de las 23 del domingo cuando el móvil que patrullaba por Chacabuco al 200 frenó ante las señas. La mujer le indicó que hacía unos minutos dos desconocidos habían ingresado en el edificio ubicado al 269 de esa arteria céntrica. 

Los efectivos subieron y en el séptimo piso se toparon con los sospechosos. A sus espaldas, la puerta rota de un departamento los delataba. Ante esto, los intrusos comenzaron a arrojar por una ventana lo que tenían encima.

Fue entonces que dos pequeñas cajas de seguridad y varios ladrillos de marihuana comenzaron a caer casi en el mismo momento en el que empezaba a llover. Las cajas aterrizaron en un patio interno, mientras que la marihuana se desperdigó en los techos de edificios y construcciones aledañas.

Uno de los sospechosos alcanzó a escapar, pero el otro fue detenido. Uno de los policías que lo capturó fue el sargento Marcos Arce, el mismo que meses atrás atrapó a los sospechosos de intentar un atraco en Tienda Los Ángeles y rechazó una coima millonaria de los ladrones a cambio de que los dejara huir.

De inmediato, se dio participación a la Justicia federal de Córdoba. En menos de siete días, la Policía volvía a encontrar droga por tercera vez en los barrios de la ciudad, pese a que no se trata de su competencia.

La investigación tiene varios desafíos por delante. Uno de ellos es establecer de quién era el departamento del que se robaron la droga. "Fue una mejicaneada, no hay dudas", apuntó una fuente.

Los informantes agregaron que de acuerdo a los primeros datos recabados, ese departamento figura alquilado desde hace unos meses por una mujer, a quien casi nunca la vieron allí. 

Los vecinos contaron que una vez apareció con un niño pequeño pero que prácticamente no se veía movimiento en ese departamento del séptimo piso. Un aguantadero en pleno Centro, es la hipótesis central.

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Durante toda la mañana, un grupo de policías comenzó a recorrer toda la manzana en busca de pistas.

Entre estos lugares, figura un gimnasio de calle Corrientes en cuyo patio cayó parte del botín.

En un primer momento, se informó del secuestro de 29 ladrillos de marihuana, por un peso total de 21 kilos. A media mañana, el comisario mayor Víctor Di Stéfano confirmó que al rastrillar otros techos aledaños se habían encontrado siete ladrillos más. Hasta ahora, son 36 los paquetes secuestrados.