La Generación Z impulsa la moda personalizada en un mercado en declive económico
El consumo de ropa y calzado cayó 30%. Las marcas compiten en precios y promociones. Los más jóvenes viran hacia la impresión digital y el comercio electrónico.
13/06/2025 | 20:58Redacción Cadena 3
La Generación Z, que incluye a los nacidos entre mediados de los años 90 y principios de la década del 2010, ha comenzado a transformar la forma en que se consume la moda. Esta generación, que no se deja influenciar por modas pasajeras ni estadísticas de consumo, ha encontrado en el ámbito digital una oportunidad para crear y vender ropa de manera innovadora. A través de plataformas en línea, están lanzando marcas de moda sin necesidad de contar con tiendas físicas, fábricas o stocks tradicionales.
La imprenta digital y el comercio electrónico están forjando un ecosistema propicio para que surjan marcas independientes, ágiles y en sintonía con el consumidor. Según un informe de Mordor Intelligence, se prevé que este mercado, que ya alcanzó los US$ 6.84 mil millones, escale a US$ 11.93 mil millones para 2030. La producción bajo demanda se vuelve clave, ya que permite tiradas a medida y un enfoque en la exclusividad.
Uno de los segmentos más dinámicos es el de la impresión de remeras personalizadas. Esta tendencia permite a los jóvenes experimentar con variados estilos, tipografías y colores vibrantes. Según Jaume Carrera, gerente en Roland DGA, la impresión digital está revolucionando la producción, ofreciendo la posibilidad de realizar tiradas cortas sin comprometer la calidad, lo que resulta en una enorme adaptabilidad a las tendencias del momento.
Impresión digital
Las herramientas de impresión digital, incluida la tecnología DTF (Direct to Film), posibilitan crear diseños complejos con alta definición que pueden aplicarse en diferentes tipos de textil, abarcando desde remeras hasta gorras, mochilas y calzado. Entre sus ventajas, se destacan la alta calidad de producción en tiradas pequeñas, la agilidad para reaccionar ante cambios en las preferencias del consumidor, así como la reducción de desperdicios y el impacto ambiental del proceso.
En medio de un panorama en el que las grandes marcas se ven presionadas a competir en precio debido a la creciente apertura importadora y la competencia con productos de ferias populares, las nuevos actores del sector están cambiando la dinámica comercial. En este contexto, las cadenas de moda infantil, las marcas aspiracionales y las etiquetas de moda urbana están buscando recomponer su volumen de ventas mientras atraviesan un mercado que presenta indicios de retroceso.
En este sentido, los precios de la indumentaria y el calzado están experimentando ajustes como respuesta a las importaciones, así como a una caída de las ventas del 30% interanual en abril y mayo, como evidenció el evento Hot Sale. Estas caídas han obligado a las marcas a establecer promociones atractivas para estimular las compras.
Promociones, descuentos, bonificaciones
Para atraer a los consumidores, las marcas han implementado descuentos del 30% a 40%, así como bonificaciones y promoción de 2x1 o 3x2, que se han vuelto habituales. Cadenas como Carrefour han lanzado remeras para adultos a menos de $20.000, disponibles en diversos modelos y colores. Otros hipermercados han seguido esta línea, ofreciendo remeras estampadas y de calidad por menos de $12.000.
La creciente competencia por las ofertas se presenta en un momento en que muchos hogares ya no pueden seguir el patrón de gastos que dedicaban, aproximadamente el 7% de sus ingresos totales, a la compra de indumentaria y calzado. En cuanto a la oferta, es destacable que cerca de dos tercios de las prendas se fabrican y comercializan a través de dos circuitos mayoristas informales: La Salada y Flores.
En el megacomplejo de Ingeniero Budge, las tres ferias que lo componen han permanecido clausuradas por tres semanas, bajo custodia policial tras la detención de Jorge Omar Castillo y 15 líderes del complejo. Aunque están por reabirse, la competitividad en las ofertas se ha intensificado, especialmente en los paseos de compra que permanecen abiertos, donde una remera básica cuesta alrededor de $5000, mientras que un buzo de marcas como Adidas o Nike oscila entre $10.000 y $20.000.
El empobrecimiento del consumo ha elevado el nivel de exigencia en términos de calidad, lo que ha llevado a una creciente circulación de ropa importada de marca falsificada entre los canales alternativos. Los comerciantes adquieren productos en países vecinos como Perú y Bolivia para su posterior venta en La Salada y otros puntos de venta alternativos. Las réplicas, que suelen ser de menor calidad, se convierten en una opción más asequible para el consumidor.
En este contexto, la Generación Z se desmarcó, al demandar productos que verdaderamente reflejen su identidad y su estética, así como su compromiso con valores en auge como la sostenibilidad y la diversidad.
[Fuente: Noticias Argentinas]