Pfizer o Perón
03/05/2021 | 13:56Redacción Cadena 3

Al mundo le faltan vacunas. Es obvio. Los países que más vacunaron a su población son los ricos, mientras los países más pobres deben seguir esperando su turno. Entonces empieza una presión global. Sudáfrica y la India piden que se liberen las patentes: que las vacunas se puedan fabricar sin pagar patentes, como pasó en Sudáfrica con las para el Sida. Y el presidente de EE.UU. George Biden, ya dice que están estudiando cómo hacerlo.
Hay una especie de recriminación al mundo desarrollado: repartan las vacunas, les exigimos, como si tuvieran la obligación de hacerlo, o como si no estuvieran compartiendo ya generosamente sus hallazgos con donaciones, con el fondo Covax de Naciones Unidos, con convenios de coproducción.
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El planteo es simplista. Estados Unidos, Europa, China, Rusia han invertido miles de millones para desarrollar la vacuna, y lo hicieron en sistemas científicos y tecnológicos eficientes que mantienen desde hace décadas. Gracias a eso la humanidad tuvo una vacuna en tiempo récord y todo el planeta quedará vacunado en un tiempo récord para la historia, aunque haya demoras.
El pago de patentes es la forma de retribuir esas inversiones y de garantizar que esos mismos aparatos formidables existan cuando la Humanidad los vuelva a necesitar.
En particular, el reclamo es hacia los laboratorios con base en Estados Unidos. Las vacunas rusas y chinas son aparentemente tan buenas como las occidentales, pero China y Rusia no tienen por ahora la capacidad de producir tantos millones de dosis. Pfizer, Moderna y Astrazeneca son las vacunas más usadas porque ya se fabrican en forma masiva.
Así la que crítica tiende a focalizarse, como siempre, sobre Estados Unidos. Cuando no. Sobre todo en países que desde hace demasiadas décadas culpan de todos sus males a ese país, como Argentina.
Da la impresión de que acá podría usarse tranquilamente el eslogan “Pfizer o Perón”, parafraseando al famoso “Braden o Perón” que usó Perón para ganar las elecciones de 1946 identificando a los opositores con traidores a la Patria.
Antes de reclamar y exigir tanto, deberíamos aprender a dar un poquito las gracias. A China, a Rusia, a Europa y también a los Estados Unidos. Es gracias a ellos, que han hecho las cosas bien, que hay vacunas. No es un invento. Si fuera por nosotros, por ejemplo, lo más concreto que tendríamos a esta altura sería el“barbijo del Conicet”, que empezó a venderse cuando la pandemia ya estaba en su décimo mes.
Un poquito de humildad. A ver si dejamos el resentimiento, nuestro proverbial complejo de inferioridad y aceptamos que, en esta pandemia, estos países hasta ahora nos están dando, con mucha generosidad, mucho más de lo que nosotros les hemos dado a ellos.