Un millón de personas, a los pies de Francisco en Copacabana

Un millón de personas acompañaron anoche al papa Francisco en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, en el primer encuentro del Sumo Pontífice con los jóvenes de todo el mundo.

“¡Qué feo es un obispo triste! He venido a contagiarme con el entusiasmo de ustedes”, les dijo Jorge Bergoglio a los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

“Bienvenidos a esta fiesta de la fe”, exclamó el Santo Padre, que remarcó la resistencia de la gente ante el clima lluvioso de Río de Janeiro.

Un impactante y emotivo espectáculo musical, lumínico y artístico se desarrolló sobre un escenario montado sobre la playa más popular de la ciudad carioca.

Francisco, el "papa de los pobres", fue aclamado bajo la lluvia por cientos de miles de personas al recorrer en papamóvil descubierto la avenida que bordea la playa de Copacabana, tras visitar más temprano una favela donde reclamó la inclusión social de los marginados.

Al igual que en sus anteriores paseos en papamóvil, el primer papa latinoamericano de la historia rompió el protocolo y se mostró llano y accesible: estrechó manos, besó niños, cambió su solideo (el casquete de seda blanco) por el que le entregó un fiel, y hasta tomó un mate que le ofrecieron.

"La fe de ustedes es más fuerte que el frío y la lluvia. ¡Felicitaciones! (...) Esta semana, Río se convierte en el centro de la Iglesia", dijo el papa en su saludo de bienvenida a los peregrinos de la JMJ, en un inmenso escenario instalado en la arena.

Atendiendo un pedido del pontífice, el alcalde de Río envió a una monja una canasta con una docena de huevos para ser colocada a los pies de Santa Clara, pidiendo que el tiempo mejore.

Algunos jóvenes, en representación de los cinco continentes, saludaron al Papa y lo homenajearon con palabras afectuosas y regalos.

Francisco llegó al Fuerte de Copacabana a las 17.15, a bordo de un helicóptero, para comenzar la ceremonia de recibimiento que los jóvenes le hicieron a lo largo de la playa más famosa de Brasil.

A bordo del "papamóvil", Francisco recorrió unas 30 cuadras a lo largo de la avenida Atlántica, que se mostró colmada de jóvenes de todo el mundo, hasta el escenario donde se realizó la ceremonia, que incluyó el mensaje de Francisco a los peregrinos que participan de la JMJ.

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