Israel permitirá que organizaciones humanitarias gestionen asistencia no alimentaria en Gaza
Bajo presión internacional, Israel podría permitir que organizaciones en Gaza manejen la ayuda no alimentaria, mientras los alimentos se distribuirían por un nuevo organismo con apoyo de EE.UU.
24/05/2025 | 14:33Redacción Cadena 3
TEL AVIV, Israel (AP) — Ante el incremento de la presión para enviar más ayuda a Gaza, Israel parece modificar su estrategia. En un cambio significativo, el gobierno israelí podría autorizar a organizaciones humanitarias que operan en el devastado enclave a gestionar la distribución de asistencia no alimentaria. La entrega de alimentos permanecería, sin embargo, a cargo de un nuevo grupo respaldado por Estados Unidos, según revela una carta obtenida por The Associated Press.
Este movimiento sugiere que Israel podría estar retrocediendo en su enfoque estricto de controlar toda la ayuda que ingresa a Gaza, buscando evitar que las agencias humanitarias presentes en el territorio manejen la logística como lo han hecho anteriormente.
Israeles denuncia que Hamás desvía la ayuda, aunque la ONU y diversas organizaciones humanitarias contradicen esa afirmación, asegurando que no se han reportado desvíos significativos. La ONU ha expresado su oposición al plan propuesto por Israel, argumentando que este permite al país utilizar alimentos como arma, infringe principios humanitarios y no logrará ser efectivo.
Durante casi tres meses, Israel bloqueó el ingreso de alimentos, combustible y medicinas a Gaza, intensificando una crisis humanitaria para los 2,3 millones de palestinos que habitan en la región. Expertos advierten sobre un alarmante riesgo de hambruna, generando un creciente descontento y críticas a nivel internacional hacia las operaciones israelíes.
Con fecha del 22 de mayo, la carta redactada por Jake Wood, director de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), fue aprobada por Israel y dirigida a la COGAT, la agencia militar encargada de gestionar la entrega de asistencia. En este documento se establece un acuerdo que permitiría que la ayuda humanitaria no alimentaria —incluyendo suministros médicos, artículos de higiene y materiales de refugio— sea administrada y distribuida bajo un sistema existente, monopolizado por Naciones Unidas.
La GHF mantendría la supervisión de la distribución de alimentos, pero se anunció un período de transición con las organizaciones humanitarias en activo. Según la carta, “la GHF reconoce que no poseemos la capacidad técnica ni la infraestructura de campo para gestionar tales distribuciones de manera independiente, apoyando plenamente el liderazgo de estos actores establecidos”.
La carta ha sido confirmada como auténtica por la fundación. Un portavoz expresó que el acuerdo con Israel fue resultado de una negociación prolongada. A pesar de las objeciones de muchos grupos de ayuda, se aseguró que se seguiría presionando para facilitar el incremento de la ayuda en Gaza y continuar permitiendo la labor de las organizaciones en la región.
Por su parte, la COGAT se ha abstenido de hacer comentarios sobre la carta y ha derogado las consultas a la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien no brindó respuestas. Las autoridades de la ONU tampoco han respondido a las solicitudes de comentarios.
Dentro de un marco de acuerdo, se ha establecido que la GHF se responsabilizará de la administración de la ayuda alimentaria desde unos pocos centros inicialmente, con apoyo de contratistas privados armados que garantizarán la seguridad en la distribución. Las proyecciones apuntan a la inauguración de más sitios distribuidos en todo Gaza en un plazo de un mes, incluso en el norte.
A medida que los grupos de ayuda federales se oponen al plan, han expresado que la implementación de los mismos podría desplazar a un gran número de palestinos obligándolos a reubicarse a los centros de recepción de alimentos que aún no tienen la infraestructura adecuada para cubrir satisfactoriamente las necesidades de la población.
Así mismo, persiste la incertidumbre de quién financia a la GHF, que asegura contar con el compromiso de un donante gubernamental extranjero que ha prometido destinar más de 100 millones de dólares. En este contexto, el análisis sobre las medidas de ayuda ha sido crítico, con voces que resaltan que la manipulación de Israel en la distribución podría socavar la independencia y la neutralidad inherente en el proceso. Parafraseando a Ahmed Bayram, portavoz del Consejo Noruego de Refugiados, sugiere que el estado israelí no debería interferir en la distribución de la ayuda, dado que su influencia puede ser perjudicial.
La carta ha añadido más tensión, declarando que Israel y la GHF intentan establecer un mecanismo de ayuda que funcione, aunque los críticos advierten que tal estructura aún no está capacitada para satisfacer las necesidades de la población gazatí. El analista Mairav Zonszein reafirma esta preocupación mencionando la situación como un intento de implementar ayuda funcional, a pesar de los graves peligros que enfrenta la población.
[Fuente: AP]