Bukele intensifica la represión en El Salvador con el apoyo de Trump
El abogado crítico de Bukele, Enrique Anaya, fue arrestado en un contexto de creciente represión contra la disidencia. Autoridades persiguen a críticos y defensores de derechos humanos en el país.
12/06/2025 | 20:20Redacción Cadena 3
SAN SALVADOR (AP) — En días previos a su arresto frente al hogar de su hija, Enrique Anaya, abogado constitucional, llamó "dictador" y "sátrapa" al presidente Nayib Bukele durante una transmisión en vivo.
Durante la semana, Jaime Quintanilla, otro abogado, se presentó frente a un centro de detención en la capital salvadoreña con comida y ropa para su cliente, sin certezas sobre la posible liberación de Anaya.
El arresto de Anaya, un conocido crítico de Bukele, representa un nuevo episodio de lo que observadores consideran una ola de represión en el país. Esta situación ha sido exacerbada por la alianza del presidente salvadoreño con Donald Trump, quien elogió a Bukele y omitió críticas a sus acciones, vistas como autoritarias por defensores de derechos humanos y expertos jurídicos.
Las autoridades salvadoreñas han enfocado su atención en abogados como Anaya, periodistas que investigan nexos entre el gobierno y pandillas, y defensores de derechos humanos que solicitan el fin de un estado de emergencia que suspendió derechos fundamentales durante tres años. Este clima ha llevado a algunos a abandonar el país por temor a represalias.
"Ya empezó a callar a los que opinan: los profesionales, todos los ideólogos, todos los críticos... ahora están detenidos", denunció Quintanilla.
La oficina de Bukele no emitió comentarios tras la solicitud de información.
La creciente represión
Los analistas advierten sobre un aumento preocupante del autoritarismo bajo el mandato de Bukele, quien ostenta altos niveles de aprobación gracias a su combate contra las pandillas. Sin embargo, esta lucha ha llevado al encarcelamiento de 87.000 personas con acusaciones a menudo sin pruebas ni procesos adecuados, incluyendo a varios críticos del gobierno.
Bukele y su partido, Nuevas Ideas, han tomado control de los poderes del Estado, llenando la Corte Suprema con aliados. El año pasado, con un movimiento considerado inconstitucional, buscó la reelección y obtuvo una victoria arrasadora.
Este mes, el presidente afirmó: "Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero esa etiqueta antes que ver cómo matan a salvadoreños en las calles".
La represión ha llegado a niveles alarmantes, coincidiendo con la detención de cerca de 200 deportados venezolanos en una prisión construida para pandilleros, parte de un convenio con el gobierno de Trump.
El efecto del miedo
Anaya fue arrestado bajo acusaciones de lavado de dinero que no han sido comprobadas. Quintanilla, su abogado, argumentó que el arresto es una represalia por años de críticas al gobierno.
Días antes de su arresto, Anaya criticó abiertamente la detención de la abogada de derechos humanos Ruth López, quien había protestado por su arresto.
"Por supuesto que tengo miedo", comentó Anaya en una entrevista, añadiendo que aquellos que se atreven a hablar lo hacen con temor.
En un contexto de censura, algunos defensores de derechos humanos han dejado el país en busca de asilo, eludiendo brindar detalles por miedo a represalias.
Un ambiente opresivo
Recientemente, la policía reprimió una protesta frente a la casa de Bukele, arrestando a varios manifestantes. Además, se aprobó una ley que permite la criminalización de la disidencia, similar a normativas impuestas en países como Nicaragua y Venezuela.
Verónica Reyna, coordinadora de derechos humanos de una ONG salvadoreña, alertó que la presencia de vehículos policiales frente a sus oficinas ha aumentado, intensificando la sensación de amenaza.
La embajada de EE.UU. en El Salvador ha mantenido un perfil bajo durante estos episodios, sin emitir críticas a las acciones del gobierno y destacando el "importante socio" que representa Bukele en la región.
A medida que los periodistas enfrentan constantes riesgos, varios han salido del país para escapar del arresto, alertados sobre órdenes de detención basadas en sus reportajes críticos hacia Bukele.
A pesar de las amenazas, los defensores de derechos humanos y periodistas continúan su lucha, aunque con creciente temor por sus vidas y libertad.
[Fuente: AP]