Angelo Scola podría ser el próximo Papa de la Iglesia
Es amigo de Benedicto XVI desde hace 40 años, representa el sector más conservador y próspero. En 2011 fue nombrado como jefe de la Diócesis de Milán, la más importante, grande y rica de Europa.
12/02/2013 | 06:30Redacción Cadena 3
A poco de conocerse la sorpresiva renuncia del Papa Benedicto XVI, desde ya se están barajando los candidatos que bien podrían ocupar su lugar en la Iglesia Católica y el nombre que más suena es: Angelo Scola.
A mediados de 2011 fue nombrado por el Papa como jefe de la Diócesis de Milán, la más importante, grande y rica de Europa. Tiene 1.107 parroquias, más de 5 millones de habitantes, 3.000 curas y 800 párrocos.
En Italia, la Diócesis de Milán ha sido también fundamental en el campo político, pues en esa zona la Iglesia ha sido activa en la oposición a Silvio Berlusconi, quien precisamente nació allí también.
Scola nació el 7 de noviembre de 1941, es hijo menor de un conductor de camiones llamado Carlos Scola y de una ama de casa llamada Regina Colombo. Tiene dos doctorados: uno en filosofía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón (Milán) y uno en Teología de la Universidad de Friburgo (Suiza).
Conocedor de las lenguas italiana, alemana y francesa, Angelo Scola fue delegado cardenal en el Consistorio del 21 de octubre de 2003 e hizo parte del cónclave que en abril de 2005 eligió a Joseph Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II. Es miembro de la Congregación para el Clero y de los Pontificios Consejos para la Familia y para los Laicos.
Scola fue ordenado como sacerdote en 1970. En ese entonces era conocido como un integrante del movimiento Comunión y Liberación (CL). Éste, el Opus Dei y los Legionarios de Cristo, según el diario El País de España, son los más prósperos y conservadores de Italia, y con el tiempo se han ido volviendo aún más ricos y aún más conservadores a través de la Compagnia delle Opere, que reúne unas 30.000 sociedades.
Según citado periódico español, hace 30 años Scola fue expulsado del seminario de la Diócesis de Milán. Sus defensores aseguran que fue por su relación con el fundador del movimiento CL, el sacerdote y teólogo Luigi Giussani. Otros afirman que fue porque el, entonces, joven seminarista sufría de depresión.





