La caída del impuesto inflacionario y sus efectos en gobernadores y provincias
02/06/2025 | 15:58Redacción Cadena 3

En el Congreso de la República se presenta una mala noticia para los gobernadores: cae el impuesto inflacionario. Esto se discute en una reunión del Consejo Federal de Inversiones, donde los gobernadores expresan su preocupación por la caída de la recaudación por coparticipación.
En mayo, los recursos que reciben las provincias por coparticipación caen un 26%. En contraste, en los primeros cinco meses del año, la caída es de solo 2,1%. Esta diferencia se debe a un fenómeno ocurrido en mayo del año pasado, tras la mega devaluación de diciembre de 2023, que generó ganancias financieras para las empresas.
Las empresas liquidan ganancias en mayo, lo que el año pasado disparó la recaudación por impuestos a las ganancias en un 25%. Sin embargo, este año no se presenta el mismo aumento, lo que explica la caída en la recaudación. Además, el IVA también muestra una disminución en la recaudación, ya que los precios de los productos no han aumentado como antes.
La caída del impuesto inflacionario es una mala noticia para gobernadores e intendentes, quienes deben ajustar sus gastos. Sin embargo, no es una mala noticia para todos, ya que se deja de cobrar este impuesto que el Estado argentino ha utilizado para financiarse.
El Estado se acostumbró a vivir del impuesto inflacionario, emitiendo dinero para cubrir sus gastos. Esto generaba un ciclo en el que el sector privado debía correr para alcanzar al Estado. Ahora, ese ciclo se frena y se obliga a los gobiernos a adaptarse a una nueva realidad económica.
Este cambio es crucial, ya que todos los economistas advierten que si se estabiliza la economía, se dejará de cobrar el impuesto inflacionario. Algunos gobernadores ya han tomado medidas, como el cierre de la Agencia de Conectividad de Córdoba, pero es necesario un ajuste más significativo para poder afrontar esta nueva situación.
La caída del impuesto inflacionario representa un desafío para el Estado, que debe aprender a vivir con menos recursos. La adaptación a esta nueva realidad es fundamental para asegurar un futuro económico más estable.