Panes y Delicias: la panadería que revive tradiciones en Córdoba
En Córdoba, Luciana y Rubén transforman el legado familiar en Panes y Delicias. Su pasión por la panadería combina tradición e innovación, ofreciendo delicias que atraen a los clientes día a día.
21/04/2025 | 15:12Redacción Cadena 3
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Audio. Historias de esfuerzo y pasión: la Argentina posible se construye día a día
La Argentina Posible
En el corazón del Barrio Pueyrredón, en la ciudad de Córdoba, en una esquina de la calle Buchardo y Madre Ana María Janer, una panadería no solo hornea pan: hornea sueños, historia y pasión. Se llama Panes y Delicias, y detrás del mostrador, entre criollitos y alfajores, están Luciana y Rubén, una pareja que decidió apostar todo por la tradición panadera familiar.
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Luciana es tataranieta de panaderos. La historia de su familia en la panadería comenzó hace generaciones con La Blanca, el local fundado por su bisabuelo, quien se destacó por tamizar harina hasta lograr un pan blanco que le dio nombre a la panadería original. “Se lleva en la sangre”, dice Luciana con orgullo, y no es una metáfora vacía: los cinco hermanos trabajan en panaderías, todos formados en distintas disciplinas, pero unidos por un legado que los atraviesa.
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Sin embargo, el camino de Luciana no fue lineal. Se recibió de odontóloga, y Rubén, su compañero de vida, estudió Ciencias Económicas. Cuando la situación económica se complicó, decidieron comenzar desde cero. “Nos mudamos juntos y dijimos: tenemos que hacer algo. Y arrancamos. Empezamos atendiendo los dos solos”, cuenta ella. Hoy, Panes y Delicias es un punto obligado en el barrio, con filas de clientes y una oferta que va desde medialunas con Nutella hasta alfajores cordobeses y roscas de Pascua rellenas de dulce de leche.
El secreto, según Luciana, está en la pasión. “Si no hay algo que te tire muy fuerte, no lo podés mantener en el tiempo. Es muy difícil. Se pierden cosas: cumpleaños, juntadas, tiempo con amigos… Pero si lo hacés con amor, el éxito está asegurado”. La suya es una historia de sacrificio, pero también de convicción. No se trata solo de seguir una tradición, sino de reinventarla, de innovar constantemente para ofrecer algo nuevo y mejor.
¿Dudaron alguna vez? “Jamás. Siempre fue buscarle la solución a los problemas. Nunca flaqueamos”, dice sin titubear. Su mensaje es claro: sí hay una Argentina posible. “El que quiere, puede”, remata. Y su historia lo prueba.
Luciana y Rubén no solo mantienen vivo un legado centenario. Lo reversionan, lo actualizan y lo convierten en una fuente de inspiración para quienes creen que, con esfuerzo y pasión, sí se puede construir un país mejor. Como ellos, desde una panadería, cada madrugada, amasando futuro.
Entrevista de Fernando Genesir