Ciudades sin sombra: por qué necesitamos más árboles en nuestras veredas
El ingeniero ambiental Marcelo García explica cómo los árboles urbanos mitigan el calor, regulan el clima y hasta mejoran la salud. ¿Qué pasa en Córdoba, por qué faltan y cómo revertir esto?
21/05/2025 | 14:31Redacción Cadena 3
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La Argentina Posible
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En pleno verano, cuando el asfalto arde y el aire parece inmóvil, una cuadra arbolada puede ser la diferencia entre una caminata posible y una tortura. Sin embargo, en muchas ciudades argentinas, los árboles brillan por su ausencia. ¿Por qué no los plantamos, si están los espacios, las normas y la necesidad?
Marcelo García, ingeniero civil especializado en medio ambiente, lo tiene claro: “Los árboles son reguladores naturales del clima, del tiempo meteorológico y de variables que nos afectan directamente como la temperatura, la humedad o el viento”. Su presencia en el espacio urbano no solo mejora el confort térmico inmediato —como brindar sombra o refrescar el aire—, sino que también incide en cuestiones estructurales, como la captación de carbono, la regulación de napas freáticas y hasta la generación de lluvias.
“Un árbol captura carbono. Todo ese tronco de madera es carbono que ya no está en la atmósfera. Son aliados clave para mitigar los efectos del cambio climático”, enfatiza García en diálogo con Cadena 3. Además, señala que su ausencia profundiza problemas como las “islas de calor”, zonas urbanas que registran temperaturas más altas que el promedio debido a la falta de vegetación y sombra.
La ciudad de Córdoba, es un caso paradigmático. En barrios como Villa Páez o Alto Alberdi, algunas cuadras no tienen ni un solo árbol. Allí, junto a estudiantes de Ciencias Médicas y Sociales, se miden los impactos directos en la salud: golpes de calor, deshidrataciones y afecciones respiratorias, que luego saturan hospitales públicos.
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El problema, como suele ocurrir en las ciudades, no es la falta de diagnósticos, sino la implementación de soluciones. García apunta a una respuesta multidisciplinaria: “Urbanistas, biólogos, ingenieros y vecinos tienen que participar. Cada decisión sobre qué árbol plantar y dónde, debe surgir de una política pública basada en evidencia”.
A veces, las excusas abundan: que los árboles interfieren con los cables, que rompen veredas, que tapan locales comerciales. Pero como dice García, “todo eso se puede planificar si se piensa con lógica y con participación comunitaria”. Incluso podría pensarse en incentivos: descuentos impositivos para frentistas que mantengan árboles sanos y adecuados.
“Necesitamos árboles. No dentro de diez años, sino ahora”, porque en un país golpeado por el calor, la sequía y el deterioro ambiental, plantar árboles no es solo una cuestión estética: es una urgencia climática y social. “Un árbol cada cinco metros debería ser una regla urbana básica. Cuarenta árboles por cuadra. Hoy, en muchas, hay cero”, remató García.
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¿Por qué faltan árboles en Córdoba?
La pregunta parece simple, pero la respuesta revela una combinación de desidia, falta de control estatal y escasa conciencia ciudadana. Elisa Caffarati, presidenta del bloque de concejales de la UCR en la ciudad de Córdoba, describió en Cadena 3 un panorama preocupante sobre el arbolado urbano.
"Faltan árboles, y no es una percepción: es una realidad que confirman distintos estudios, incluso realizados por la Universidad Nacional de Córdoba", señaló Caffarati. Según los relevamientos, en algunos barrios la ausencia de árboles alcanza el 40%. Y lo más grave: el problema también se extiende a los espacios verdes, donde deberían abundar.
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Desde el Concejo Deliberante han intentado tomar cartas en el asunto. “Hicimos pedidos de informe y recibimos a funcionarios del área de espacios verdes. Pero se minimiza el problema. Nos llegaron a decir que era más probable que se cayera un avión que un árbol", relató la concejala, destacando que sólo el año pasado se contabilizaron más de 30 árboles caídos que provocaron accidentes.
Uno de los ejes del reclamo es la falta de un censo actualizado y preciso del arbolado urbano. “Ciudades como Mendoza nos llevan ventaja: allí el arbolado es considerado patrimonio y tienen un sistema digital de monitoreo”, comparó Caffarati.
El problema no pasa por una falta de normativa. La ciudad cuenta con una ordenanza que establece con precisión qué especie se puede plantar en cada calle. Además, es obligación del frentista mantener los árboles frente a su propiedad; si no lo hace, la municipalidad debería actuar, plantar el ejemplar y cobrarle la multa. Pero eso, según Caffarati, no sucede: “Lo que falla es la acción del Ejecutivo. Hay mucha propaganda verde, pero poca efectividad en cuestiones básicas como plantar un árbol”.
En cuanto a las causas del fenómeno, la lista es variada: desde la excusa de que los árboles interfieren con los servicios públicos, hasta cuestiones de seguridad o simplemente la resistencia de comerciantes que no quieren que un árbol tape sus carteles. “En barrios como Nueva Córdoba, donde la gente se mudó atraída por el arbolado, hoy se tiran abajo casas con árboles para hacer edificios que luego no quieren ni uno solo en la vereda”, explicó.
Consultada sobre posibles soluciones, Caffarati insistió en la necesidad de controles más firmes y políticas activas por parte del municipio. “Hay más de 72 especies permitidas. Se podría incluso adaptar la normativa para favorecer árboles con copas más altas que no tapen escaparates. Pero nada de esto tiene sentido si no se controla su cumplimiento”, concluyó.
En una ciudad donde el verano se vuelve cada vez más extremo, la sombra no puede seguir siendo un lujo. Plantar un árbol no debería ser una utopía. Es, quizás, la acción más elemental hacia una Córdoba más habitable. Una ciudad posible.
Entrevista de Adrián Simioni