Nuevas leyes obligarán a plataformas de streaming a invertir en contenido local

Esta semana, el gobierno del Partido Laborista de Australia anunció que está listo para presentar un proyecto de ley en el parlamento que impondrá obligaciones regulatorias a los principales servicios de video bajo demanda por suscripción (SVOD) que operan en el país. La legislación requerirá que plataformas como Netflix, Disney+ y Prime Video, que cuenten con al menos un millón de suscriptores australianos, apoyen la producción de nuevos dramas locales, así como programación infantil, documentales, artes y educación.

Las plataformas podrán cumplir con esta obligación de dos maneras: invirtiendo al menos el 10% de su gasto total en Australia o el 7.5% de sus ingresos generados en Australia en el año anterior. En 2024, Netflix, líder del mercado, reportó ingresos locales de A$1.3 mil millones y gastos de A$1.25 mil millones. Esto significaría que tendría que gastar A$125 millones a través del modelo de gasto o A$97.5 millones a través del modelo de ingresos. Sin embargo, aún no está claro cómo se determinará el método a utilizar.

El nuevo requisito también se aplicará a Stan y Paramount+ si cumplen con el umbral de suscriptores, a pesar de que estos servicios tienen vínculos de propiedad con las emisoras comerciales Nine y Ten, que ya tienen sus propias obligaciones de contenido.

Un largo camino hacia la regulación

Los principales servicios de streaming han operado sin regulación en Australia durante más de una década. La Unión Europea impuso en 2018 una cuota del 30% de contenido europeo en los servicios de streaming que operan en la UE, permitiendo a los estados miembros imponer obligaciones adicionales de inversión y promoción.

De manera similar, las regulaciones de transmisión canadienses fueron actualizadas en 2023 para requerir que los servicios de streaming en línea contribuyan y promuevan contenido canadiense. En Australia, ha habido ocho investigaciones oficiales sobre si y cómo regular los servicios de streaming, así como una promesa electoral del Partido Laborista en 2022 para actuar al respecto.

Durante estos largos períodos de incertidumbre, los servicios de streaming se unieron para hacer lobby en contra de múltiples modelos propuestos. En lugar de regular los servicios de streaming, desde 2016, los gobiernos federales sucesivos optaron por reducir las tarifas de licencia y las obligaciones de contenido local para los broadcasters comerciales, lo que ha resultado en un declive significativo en el sector de producción audiovisual de Australia.

Esperanza para un sector en crisis

El anuncio de esta semana brinda seguridad sobre cuánto dinero tendrán que inyectar consistentemente los gigantes del streaming en la industria local. Se estima que la legislación podría garantizar contribuciones de más de A$300 millones por año. Además, es positivo que la legislación identifique y apoye explícitamente géneros clave de contenido producido localmente, en lugar de dejar que los streamers decidan.

Sin embargo, aún quedan preguntas por resolver. No se sabe exactamente cuánto contenido deberán producir los servicios SVOD. ¿Tendrán que realizar un número mínimo de producciones locales o cumplir con ciertas horas de contenido? Actualmente, no está claro si Netflix y sus competidores podrían cumplir con sus obligaciones con solo unos pocos títulos al año.

Finalmente, aunque esta regulación tan esperada es una buena noticia, sin duda dejará a los broadcasters en una situación complicada. El año pasado, Free TV, el organismo principal para las estaciones comerciales de televisión, argumentó que la introducción de tal legislación podría crear costos imprevistos para los broadcasters locales.

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