El debate, una gala de la política como espectáculo
10/11/2023 | 18:00Redacción Cadena 3
Estamos en la era de la política como espectáculo.
Todo debe ser convertido en un fenómeno mediático, uno de cuyos principales atributos debe ser la capacidad de viralización, es decir de trasponer los límites de audiencia que imponen los medios.
La figura del líder político adquiere una importancia central.
Los políticos se convierten en personajes mediáticos y sus vidas personales, estilos y apariencias a menudo son destacados en general mucho más que sus políticas.
Es decir, se torna más importante quién y cómo comunica que el contenido mismo de la comunicación.
La conversión de los dirigentes en personajes de esta puesta en escena es fundamental para que la política adquiera la condición de drama continuo.
Aquí es donde debemos situar los debates políticos, tanto en los parlamentos como en los medios de comunicación, porque a menudo se centran en el espectáculo en lugar de en el diálogo sustantivo y sustancioso.
La forma en que se presentan los argumentos y las interacciones siempre se ajustan a los cánones del entretenimiento.
Estamos a dos días de poder ver una de las máximas expresiones de la política como espectáculo: el debate final entre los dos candidatos a presidente, Sergio Massa y Javier Milei.
¿Cómo podría plantearse el debate en la hora 54 minutos que durará?
Todo indica que Massa hará lo que pueda para sacar a Milei de las casillas y mostrarlo con un carácter cuando menos inestable. O sea, irá por lo subjetivo.
Y se espera que Milei apunte sobre la responsabilidad de Massa en la crisis económica actual. O sea, va por lo objetivo.
¿Qué discutieron en los acuerdos previos los representantes de los candidatos?
Que si podían o no llevar apuntes. Se resolvió que no.
Y si debían quedarse detrás de los atriles o podían salir a caminar por el estudio, como esos abogados de película cuando hacen los alegatos. Se dispuso que sí.
Retórica y presentación visual, dos herramientas para captar la atención de la audiencia.
Vamos a ver si esta puesta en escena logra convencer a la masa crítica de los 9,5 millones de argentinos que no votaron antes por Massa ni por Milei, e incluso ni siquiera votaron.
O sólo serán dos horas más de un espectáculo pasatista, un show trivial que nos hunda un poco más en la decepción.





