Una condena que no deberíamos celebrar
11/06/2025 | 17:50Redacción Cadena 3

No hay dudas: la confirmación de la condena a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción marca un hito en la historia judicial argentina.
Una expresidenta, figura central del poder político, a la que el pueblo le concedió los más altos honores y representa el pensamiento de una parte de la sociedad argentina, enfrenta las consecuencias de sus actos ante la Justicia.
Y esto está bien. Muy bien.
Sin embargo, este no es un momento para festejos.
Ni para construir una épica de un hecho delictivo.
Que un líder de tal relevancia sea condenado por malversar la plata que es nuestra no debería llenarnos de orgullo, sino de reflexión.
Es cierto que la sentencia demuestra que la democracia, a través de su Poder Judicial, tiene la capacidad de autocorregirse.
Este sí es un signo de fortaleza institucional para demostrarnos que nadie, sin importar su cargo, esté por encima de la ley.
Pero el verdadero motivo de celebración no debería ser la condena, por más justa que sea, sino la ausencia de corrupción.
Por favor, aspiremos a un país donde la honestidad en la gestión pública sea la norma, no la excepción.
Esta condena es un recordatorio: la lucha contra la corrupción no termina en los tribunales, sino en la construcción de una cultura de transparencia y responsabilidad.
Solo entonces podremos celebrar de verdad.