Bruno, el perro que fue clave en la búsqueda de Anahí
El can de la raza Weimaraner, que pertenece a la brigada canina de la Municipalidad de Escobar, detectó el domicilio donde había estado la joven asesinada y el lugar donde fue oculto su cuerpo.
09/08/2017 | 06:41Redacción Cadena 3
Bruno, un perro de la raza Weimaraner de 4 años, fue clave en la búsqueda de Anahí Benítez, la joven que fue encontrada muerta sin vida en el interior de la reserva natural Santa Catalina, en la localidad de Llavallol, en el sur del conurbano.
El perro, que pertenece a la brigada canina de la Municipalidad de Escobar, es famoso porque es el único can certificado en la provincia de Buenos Aires para rastro específico.
Hay perros entrenados en búsqueda de narcóticos o de pólvora; en cambio, el de rastro específico busca lo que se le haga oler en el momento.
En el caso del crimen de la adolescente de 16 años, tras oler sus prendas, Bruno fue quien marcó el rastro en la casilla del predio de Santa Catalina que está pegada a la estación del ferrocarril Roca, a tan sólo 300 metros de donde hallaron el cadáver de Anahí.
Diego Tula, dueño y adiestrador de Bruno, contó a Cadena 3: “Fue el que ayudó a seguir el rastro de Anahí hasta donde se la encontró sin vida”.
“Lo convocaron a través de fiscalía para realizar un trabajo, para corroborar olores en los lugares que se sospechaba que había estado la persona que estábamos buscando; fuimos la casa, levantamos la impronta, que es el olor de la persona buscada, y luego chequeamos los domicilios sospechados”, explicó.
Tula comentó que el perro tuvo un trabajo de entre un año y medio y dos de adiestramiento para aprender a rastrear, y se le fueron implementando las técnicas para trabajos periciales.
“Una amiga de mi señora se lo regaló; yo llevaba a otro perro a una asociación donde el capitán Néstor Páez de la Policía Científica de la Bonaerense le vio algo especial a Bruno y, junto a Mario Rosilla, especialista en Odorología forense del Ministerio de Seguridad de Corrientes, se lo preparó para rastro criminal", detalló.
Bruno ya tiene unos 80 operativos realizados de entre un 90 y un 95% de exactitud. Su récord fue en un caso resuelto en Chivilicoy (de una chica que había sido secuestrada), donde encontró un rastro a 30 kilómetros de distancia.
En ese sentido, detalló: “Tenés un tiempo (para seguir un rastro) que son 36 horas en vía pública; en domicilio podés tener más duración porque no hay viento, no de la el sol; lo que complica es la lluvia fuerte y la temperatura”.
“Yo soy el guía de Bruno y mi esposa el auxiliar, y tengo cuatro o cinco más, porque comenzás un rastro en una ciudad tranquila y podés terminar en un lugar donde hay perros que pueden atacarlo”, señaló.
Además, Tula comentó cómo es el entrenamiento de los perros, que no necesariamente deben ser de raza: “Venimos a la mañana, se relajan, salen a caminar, comenzamos con el juego, empezamos a asociar los olores al juego”.
“Ocultamos la muestra de un arma, por ejemplo, en diferentes lugares y el perro sale a jugar, asociamos ese juego a lo que queremos que busque; sabe que cuando le doy la orden tiene que salir a buscar lo que previamente ya le di a conocer el olor, le doy un premio y seguimos jugando”, describió.
Informe de Federico Albarenque.






