"20.000 especies de abejas": ficción y realidad enlazadas dramáticamente

La actriz española Sofía Otero, de ocho años, se  alzó  con el Oso de Plata a Mejor interpretación protagonista en la 73 edición de la Berlinale por "20.000 especies de abejas " ópera prima de la directora  Estíbaliz Urresola. 

Otero encarna a una niña trans de ocho años que se traslada junto a su familia de Bayona (Francia) a un pueblo del País Vasco español para visitar a su familia materna. Allí se enfrentará a las miradas de adultos que solo la reconocen con su nombre de nacimiento.

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El tema es que la premiación ocurrió un par de días después de que España toda se viera fuertemente conmovida por lo ocurrido con las gemelas argentinas que se arrojaron desde el balcón del tercer piso en el que vivía su familia en Sallent, desesperadas por el bullying que, al parecer, aumentó cuando una de ellas manifestó su deseo de ser tratada como un chico. Exactamente el tema de la película.

La directora de la cinta explicó, en una entrevista con Europa Press, que la historia de "20.000 especies de abejas" surgió a partir de un suceso que conmocionó a la sociedad, especialmente al País Vasco, puesto que un niño trans se quitó la vida en 2018.

Uno de los productores del film  explicó que  el nombre lo tomó prestado del poeta y dramaturgo, además de experto apicultor, Maurice Maeterlinck. Con esa expresión se trataría de describir "esa fuerza todopoderosa, enigmática y paradójica a la que las abejas parecen obedecer, y que la razón de los hombres jamás ha llegado a comprender". 

En la película  Lucía (Patricia Otero)  tiene ocho años. Durante el verano acude al pueblo de los abuelos. Y ahí empiezan las dudas, los miedos y hasta los abismos. Cada miembro de la familia reaccionará de un manera, pero ninguno, y esto es lo importante, volverá a ser el mismo. La transición no es tanto de la  nena  que pelea por adaptarse al mundo como del mundo que, de repente, pierde el pie cuando ella manifiesta que se siente distinta

En el colegio, sus compañeros se siguen dirigiendo a ella por su antiguo nombre, Aitor. Para escapar de este angustioso ambiente, espera con ansias la llegada del verano. Junto a su madre, Ane, que se encuentra en plena crisis existencial, viajará hasta el pueblo de su familia materna. Durante unos días, convivirá con su tía abuela Lourdes (Ane Gabarain), que se dedica a la cría de abejas y la producción de miel.

Cuando se inició el rodaje de la película hubo quienes objetaron su temática  por  extraña. No podían siquiera suponer que la realidad iba a actualizar dramáticamente  el guión y que , casi contemporáneamente con la exhibición  de "20.000...." en el Festival de Cine de Berlín , se apagaría la vida de  una pequeña con una problemática  similar a la del personaje.

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