Starmer logra apoyo en plan de bienestar social tras hacer concesiones cruciales
El primer ministro británico Keir Starmer superó una votación en el Parlamento sobre el recorte de bienestar social, diluyendo medidas ante la presión de su partido y la oposición. La reforma enfrenta más desafíos.
01/07/2025 | 16:27Redacción Cadena 3
LONDRES (AP) — El primer ministro británico, Keir Starmer, logró el martes una votación crucial en el Parlamento sobre sus propuestas para recortar el gasto en bienestar social, aunque lo hizo tras suavizar algunas de las medidas en respuesta a la fuerte oposición de su propio partido.
Considerada como una victoria insuficiente, el proyecto de ley pasó su primera gran prueba en la Cámara de los Comunes con 335 votos a favor y 260 en contra, luego de que el gobierno se vio obligado a calmar a los disidentes dentro del Partido Laborista posponiendo los recortes a los beneficios para personas con discapacidad.
Este resultado representa un duro golpe para la autoridad de Starmer, justo cuando se aproxima a su primer año en el cargo, enfrentando una economía estancada y bajos índices de aprobación.
El primer ministro está muy lejos de la aplastante victoria que su partido logró el 4 de julio de 2024, cuando el Partido Laborista, bajo su liderazgo, obtuvo 412 de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes, poniendo fin a 14 años de gobierno conservador.
En el último año, Starmer ha navegado por las complicadas aguas de la geopolítica, recibiendo elogios por su apoyo a Ucrania y por conseguir que el presidente estadounidense Donald Trump firmara un acuerdo comercial que beneficia a productos británicos. Sin embargo, su agenda interna parece estar peliaguda, y su desafío radica en convencer a los votantes británicos, así como a su propio partido, de que está cumpliendo con el cambio prometido.
John Curtice, politólogo de la Universidad de Strathclyde, señaló que Starmer ha tenido “el peor comienzo para cualquier primer ministro recién elegido”. Reformar el sistema de bienestar en Gran Bretaña y disminuir su costo es una promesa clave de Starmer, pero sus planes de recorte de los beneficios para discapacidad suscitaron gran preocupación entre los legisladores laboristas.
Muchos rechazaron la idea de elevar el umbral para los pagos, condicionándolo a una discapacidad más severa, un ajuste que, según el Instituto de Estudios Fiscales, podría afectar a 3,2 millones de personas para 2030.
Tras más de 120 legisladores laboristas amenazaron con votar en contra, lo que bien podría haber derrocado el proyecto, el gobierno se vio forzado a ofrecer concesiones, asegurando que ningún beneficiario existente se verá impactado por los cambios.
No obstante, la oposición continuó, con varios miembros del Partido Laborista expresando su desacuerdo en el Parlamento. La legisladora Rachel Maskell describió los recortes como “dickensianos”, afirmando que “están muy lejos de lo que representa este Partido Laborista: un partido para proteger a los pobres”.
Menos de dos horas antes de la votación, el gobierno retrocedió aún más, prometiendo que los cambios no se implementarán hasta que haya una revisión, realizada en colaboración con grupos de discapacidad.
El legislador laborista Ian Lavery lo criticó como un “desastre absoluto”, calificando la legislación, tan modificada, como “un revoltijo que no significa nada para nadie”.
Este cambio en materia de bienestar es la tercera ocasión en poco tiempo en que el gobierno ha retrocedido bajo presión; anteriormente había abandonado un plan para eliminar los subsidios de calefacción invernales a millones de jubilados y también había accedido a realizar una investigación sobre el abuso sexual infantil organizado tras las protestas de políticos opositores y la presión pública.
Rob Ford, profesor de política en la Universidad de Manchester, opinó que “es un fracaso de liderazgo para un primer ministro con una mayoría tan amplia no poder llevar adelante su agenda”. Añadió que el gobierno ha olvidado la “primera regla de la política: necesitas saber contar”.
Los retrocesos complican la posibilidad de que el gobierno invierta en servicios públicos sin incrementar los impuestos. Se esperaba que las reformas de bienestar ahorraran 5.000 millones de libras (7.000 millones de dólares) anualmente, aunque ahora se carece de claridad sobre si esto se logrará.
La votación del martes habilita la aprobación del proyecto de ley en principio, aunque enfrentará una escrutinio adicional y oposición antes de ser convertido en ley. El gobierno sostiene que ha logrado mucho en su primer año: incremento del salario mínimo, fortalecimiento de derechos laborales, proyectos de vivienda social y financiación del sistema de salud pública.
A pesar de ello, la inflación se mantiene alta y el crecimiento económico es lento, lo que frustra los intentos de aliviar el costo de vida. Los índices de aprobación personal de Starmer son comparables a los de la primera ministra conservadora Liz Truss, quien estuvo en funciones solo 49 días en 2022.
Starmer responsabiliza a los gobiernos conservadores por la necesidad de tomar decisiones difíciles, un planteamiento que no ha favorecido su popularidad. Recientemente, confió al Sunday Times que se había centrado demasiado en asuntos internacionales, descuidando la rebelión de bienestar social que se gestaba en casa, reconociendo que debería haber actuado antes para solidificar el apoyo entre sus colegas.
Las dificultades que enfrenta Starmer son notables, considerando que el Partido Conservador sufrió su peor resultado electoral en 2024, reduciéndose a solo 121 legisladores. Sin embargo, los cambios en apoyo político en el Reino Unido son impredecibles; un importante segmento del apoyo conservador y parte del laborista se canalizó hacia el nuevo partido Reform U.K., liderado por el político Nigel Farage, que frecuentemente lidera las encuestas.
El tiempo es el principal activo de Starmer en este momento, ya que no deberá convocar elecciones hasta 2029. Sin embargo, los desafíos persisten. Ford advirtió que “hay mucho tiempo para que las cosas cambien”, pero la rebelión de los legisladores laboristas complicará la toma de decisiones en el futuro. “A menos que ocurra un evento económico mágico e inesperado... habrá muchas más polémicas por venir”, concluyó.
[Fuente: AP]




