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El Papa León XIV celebró Pentecostés enfatizando el mandamiento del amor

Ante miles de fieles de diversas nacionalidades, el líder de la Iglesia Católica exhortó a los presentes a superar los muros, divisiones, egoísmos y prejuicios.

08/06/2025 | 09:41Redacción Cadena 3

FOTO: El Papa León XIV durante la Santa Misa de Pentecostés. (Foto: Redes)

En una radiante Plaza de San Pedro, el Papa León XIV presidió este Domingo de Pentecostés la ceremonia religiosa ante miles de fieles provenientes de diferentes nacionalidades. Durante su homilía, el Sumo Pontífice instó a los asistentes a poner en práctica "el mandamiento del amor" y a abrirse a la acción transformadora del Espíritu Santo, centrándose en un mensaje que promovió la superación de muros, divisiones, egoísmos y prejuicios.

Inspirado en los relatos de los Hechos de los Apóstoles, el Papa recordó que, al igual que en el Cenáculo, hoy "desciende sobre nosotros el don del Espíritu Santo como un viento impetuoso que sacude". Subrayó que esta sacudida impulsa a abrir fronteras, en línea con lo expresado previamente por Benedicto XVI, quien afirmaba que "el Espíritu Santo supera la ruptura iniciada en Babel y abre las fronteras. [...] La Iglesia debe llegar a ser siempre nuevamente lo que ya es: debe abrir las fronteras entre los pueblos y derribar las barreras entre las clases y las razas".

León XIV delineó una hoja de ruta para una Iglesia sin muros ni despreciados, buscando una comunidad de hermanos y hermanas libres en Cristo. Para ello, destacó tres dimensiones esenciales de la acción del Espíritu Santo: su capacidad de abrir fronteras en nuestro interior, en nuestras relaciones y entre los pueblos.

El Espíritu abre las fronteras dentro de nosotros

El Papa enfatizó que la primera obra del Espíritu Santo radica en romper las barreras del egoísmo, el individualismo y el miedo, creando espacio para el amor.

"El Espíritu Santo viene a desafiar, en nuestro interior, el riesgo de una vida que se atrofia, absorbida por el individualismo", explicó el Santo Padre. Con tristeza, denunció que en un mundo hiperconectado, millones de personas siguen estando solas y desorientadas: "Es triste observar cómo en un mundo donde se multiplican las ocasiones para socializar, corremos el riesgo de estar paradójicamente más solos, siempre conectados y, sin embargo, incapaces de 'establecer vínculos', siempre inmersos en la multitud, pero restando viajeros desorientados y solitarios".

Ante esta realidad, el Pontífice recordó que "el Espíritu de Dios nos hace descubrir un nuevo modo de ver y vivir la vida". Por un lado, "nos abre al encuentro con nosotros mismos, más allá de las máscaras que llevamos puestas", y por otro, "nos conduce al encuentro con el Señor, enseñándonos a experimentar su alegría y convenciendo de que solo si permanecemos en el amor recibimos también la fuerza de observar su Palabra, y por tanto, de ser transformados por ella".

El Espíritu abre las fronteras en nuestras relaciones

El Espíritu Santo también promueve en nosotros los frutos que favorecen la vivencia de relaciones auténticas y sanas. "Cuando el amor de Dios mora en nosotros, somos capaces de abrirnos a los hermanos, superar nuestras rigideces y vencer el miedo hacia quienes son distintos", aseguró el Pontífice, recordando que el Espíritu actúa entre las personas, transformando aquellos peligros ocultos que contaminan nuestras relaciones, como los malentendidos y los prejuicios. 

Denunció con firmeza las formas de violencia y dominación, citando con dolor los recientes casos de feminicidio: "Pienso también -con mucho dolor- en los casos en que una relación se intoxica por la voluntad de dominar al otro, una actitud que frecuentemente desemboca en violencia, como desgraciadamente demuestran los numerosos y recientes casos de feminicidio".

Finalmente, el Papa rememoró que en Pentecostés las lenguas no dividieron, sino que unieron: "El caos de Babel es apaciguado por la armonía del Espíritu". Recordó que hoy las divisiones "no son ocasión de división y conflicto, sino un patrimonio común del que todos podemos beneficiarnos, y que nos pone a todos en camino, juntos, en fraternidad".

La homilía concluyó con un llamado del Papa a poner en práctica "el mandamiento del amor", recordando que "el Espíritu rompe las fronteras y abate los muros de la indiferencia y del odio" en un mundo desgarrado por guerras y migraciones forzadas.

[Fuente: Noticias Argentinas]

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