Sin alternancia, no hay democracia saludable
La Legislatura de Buenos Aires habilitó reelecciones indefinidas para legisladores.
25/06/2025 | 14:43Redacción Cadena 3
La reciente decisión de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires de avanzar en la eliminación de la limitación a la reelección indefinida de legisladores y concejales es un golpe directo a la democracia. Falta aún el paso por el Senado —que de "Cámara alta" no tiene nada— para que esta norma se concrete, pero el mensaje ya está claro: una clase política que vive en un barrio cerrado, desconectada de los problemas reales de la gente, ha decidido blindarse en el poder.
No es un tema menor. La alternancia es uno de los pilares de una democracia saludable. Sin ella, el sistema se estanca, se corrompe, se convierte en una maquinaria al servicio de unos pocos.
Esta reforma, que tuvo su origen en una de las pocas iniciativas valiosas del PRO durante su gestión en la provincia, buscaba garantizar que el poder no se eternizara en las mismas manos. Pero ahora, con descaro, los legisladores votaron por perpetuarse. Y no se detendrán ahí: los intendentes están en la mira, y pronto podríamos ver cómo también sus cargos se vuelven indefinidos. ¿Qué sigue? ¿Cargos hereditarios por apellido, por casta, por feudo electoral?
La mayoría de estos políticos no conoce tus problemas. No saben lo que es llegar a fin de mes con el aguinaldo justo para cubrir impuestos, la cuota del colegio o el alquiler. No enfrentan el desafío de mantener un negocio a flote o de levantarse cada día para un trabajo que apenas alcanza. Ellos tienen el partido, la estructura, el barrio asegurado. Y ahora, con esta media sanción, se garantizaron quedarse en el poder todo el tiempo que quieran. Levantan la mano, votan, se ríen. La democracia, para ellos, es un juego en el que siempre ganan.
Es impactante el nivel de desentendimiento con el que actúan. En las últimas elecciones, la gente habló claro, pero ellos parecen no haber escuchado. Viven para sí mismos, para sus cargos, para sus privilegios. En esa legislatura hay personas que, en 20 o 30 años, no resolvieron un solo problema de los bonaerenses. Son profesionales de la política, no del servicio público.
Nosotros, los que vivimos el día a día, los que enfrentamos la inflación, los impuestos, la inseguridad, no podemos mirar para otro lado. Este no es un tema abstracto: es el robo descarado de la alternancia, de la posibilidad de que nuevas voces y nuevas ideas lleguen al poder. Sin alternancia, no hay democracia saludable. Y mientras estos legisladores corren desnudos por el patio de sus privilegios, riéndose de nosotros, la pregunta es: ¿hasta cuándo lo permitiremos?
Es hora de exigir que el Senado frene esta aberración. Es hora de recordarles que el poder no les pertenece, que la democracia no es suya para manipularla a gusto. Porque si no, un día nos despertaremos en un país donde el voto no significa nada, y el poder será de ellos, para siempre.




