La mística de Atenas viaja a Boedo a buscar la heroica

Ignacio García Iturriza

Contra todos los pronósticos, Atenas empató la serie contra San Lorenzo y demostró que tiene atributos para creer en la salvación. La defensa, volvió a ser la llave para resolver el cuarto juego de la serie y dejar todo abierto para definirlo el próximo martes en Boedo.

La mística de Atenas jugó un papel fundamental. Su gente copó el Cerutti y alentó hasta llenarse de lágrimas los ojos. Muchos recordaron aquellas noches doradas, cuando la hinchada rugía al compás de los protagonistas e invadía la cancha para fundirse en un abrazo. Hoy, la noche volvió a tener esos condimentos.

Es que sus jugadores dieron la talla. No solo los experimentados como Federico Mariani, sino también los pibes del club como Octavio Sarmiento, Matías Stanic o Maxi Araujo. Todos aportaron su grano de arena para que “El Griego” saque adelante un partido más complejo, peleado y cambiante, que el anterior.

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Fue una guerra de estilos. Por un lado, Atenas presentó un elenco alto, con Omar Cantón o Deion McClenton de pivotes (incluso jugaron juntos en varios tramos), mientras que San Lorenzo apostó por un quinteto bajo, con tiradores, para castigar desde el perímetro.

Durante un segmento del primer tiempo, el conjunto azulgrana impuso condiciones desde el triple, pero con el correr de los minutos comenzó a perder eficacia para terminar el juego con un 39% (9/23) desde tercera dimensión. Por eso, San Lorenzo se mantuvo en partido gracias a su intensa defensa en la pintura, tratando de prohibir los pases profundos a los hombres grandes.

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En parte, esa estrategia dio resultado, pero lo que no tenían en sus planes era la agresividad del “Griego” para buscar rebotes. En ese rubro, Atenas logró capturar 14 rebotes ofensivos y un total de 43 (el registro más alto de la serie) que significaron segundas oportunidades para convertir. Abajo del aro, Atenas terminó con un 61% de efectividad, poniendo en jaque la apuesta de jugar con hombres bajos de San Lorenzo.

Parecía que la victoria estaba cerca, pero la aparición del base Lucas Pérez (19 puntos) en el último cuarto le devolvió la ventaja a los porteños y puso a prueba el temple del equipo local. Con el partido 63-62 abajo y menos de cuatro minutos por jugar, Castiñeira decidió mantener en la cancha a McClenton y a los experimentados Mariani y Konstandt de bases. La apuesta no le salió mal, ya que Mariani se puso el equipo al hombro y anotó dos conversiones que le devolvieron la ventaja al “Griego”: 68-65.

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El final fue un resumen de este San Lorenzo. Con 17 segundos de posesión, la jugada preparada terminó con un tiro incómodo del "Pájaro” Marín con casi 10 segundos en el reloj. La pelota quedó corta y McClenton se adueñó del rebote para ponerle fin a una noche sufrida, pero necesaria.

La gente de Córdoba volvió a sentir lo que es Atenas. Ese amor incondicional que se fue perdiendo en los últimos años y que en este momento límite volvió a florecer con más fuerza. Ahora, todo se define en Boedo y Atenas viaja con su mística, para lograr la heroica.