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El último sincericidio de Bergoglio

 

11/03/2024 | 11:41Redacción Cadena 3

FOTO: El último sincericidio de Bergoglio

  1. Audio. El último sincericidio de Bergoglio

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El Papa Bergoglio no puede consigo mismo. Este fin de semana quedó expuesto cuando, entrevistado por un canal suizo, instó a Ucrania a sacar la “bandera blanca” y negociar con Rusia la cesión de parte de su territorio. Las críticas fueron inmediatas y demoledoras.

El Vaticano se apuró a aclarar que “bandera blanca” había sido un término usado por los entrevistadores que Bergoglio simplemente continuó usando pero que de ninguna manera se refería a que Ucrania se rindiera.

Hay un pequeño detalle: en la entrevista está claro que el Papa considera que Ucrania está derrotada. Por ejemplo cuando dijo: “Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, debes tener el valor de negociar. Te da vergüenza, pero ¿con cuántos muertos acabará? Negociar a tiempo, buscar algún país que medie. Hoy, por ejemplo, en la guerra de Ucrania, hay muchos que quieren mediar. No te avergüences de negociar antes de que empeore”.

Para los países europeos, está claro. Por eso están lloviendo las críticas. Y no sólo de Ucrania. El más duro fue el presidente de Letonia, Edgers Rinkevics, que se burló el Papa: “No se puede capitular ante el diablo, hay que luchar contra él y derrotarlo, para que el diablo levante la bandera blanca y capitule". No hace mucho el propio Bergoglio había dicho: “No se dialoga ni se negocia con el diablo”.

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Justamente, la cuestión es quién es el diablo aquí. Para los europeos lo que hizo el Papa fue lavarle la cara a Putin, ignorar que él es el agresor que originó esta guerra. Pone en el mismo plano a Ucrania, el agredido, y a Rusia, el agresor, como si hubiera una disputa entre ambos, cuando no hay disputa posible: Rusia se metió de prepo y sin derecho en territorio ucraniano. El Vaticano está convalidando que de ahora en más sea normal que un país invada a otro y luego el país invadido “negocie” y acepte ceder territorio. Por eso muchos compararon la actitud de Bergoglio a la que tuvo el papado con Hitler cuando éste invadió Checoslovaquia y Polonia y disparó así el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

¿El Papa dijo lo que todos piensan? Puede ser. ¿O en realidad fue un sincericidio, reveló su pensamiento más básico y profundo. Esta lavada de cara que le regaló a Putin y a Rusia no parece sólo un error. Al menos es coherente con lo actuado hasta ahora por Bergoglio. El Papa siempre le erra para el mismo lado. Así les lavó la cara a dictadores como Fidel Castro, su hermano Raúl, o el venezolano Nicolás Maduro, que sigue encarcelando políticos y violando derechos humanos para no tener competidores en las elecciones de su país.

De hecho, en la entrevista Bergoglio dijo que detrás de las guerras “está la industria armamentística”. El cura repite así un viejo y simplista dogma de los años 70, cuando muchos atribuían la guerra fría al interés de la industria bélica. Es un sutil modo de decir que el responsable de invadir Ucrania no es Putin sino Occidente, como si fueran los fabricantes de armas de Estados Unidos y Europa los que hubieran dado las órdenes a los ejércitos rusos y no Putin.

Hay algo que no cambia y es siempre coherente en Bergoglio: su enemigo es siempre el capitalismo democrático y liberal de Occidente, representado por Europa y, sobre todo, por Estados Unidos. Es lo que Bergoglio verdaderamente odia, que es lo que Ucrania representa precisamente ahora frente al régimen autocrático de Putin.

Aunque cada vez que las papas quemaron, ya sea frente al fascismo anticlerical o ante el comunismo que prohibía las religiones, el Vaticano tuvo que ir corriendo a tocarle el timbre y a pedirle socorro a ese mismo Occidente que ha garantizado la libertad religiosa como parte de los derechos humanos. La impresión que deja es pésima, porque parece que, al final, Bergoglio siempre le clava el aguijón a la rana que le ayuda cruzar el río.

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