El nuevo boom histórico de Talleres

Talleres recuperó el protagonismo de sus mejores épocas en el fútbol argentino. Después de tocar fondo durante una larga década, los Matadores viven un nuevo boom histórico y vuelven a ser la sensación nacional como en los 70.

Siete años atrás, un domingo 16 de noviembre de 2014, 1406 socios de Talleres volvieron a votar después de casi dos décadas. El club había salido de la quiebra y entre los candidatos aparecía el nombre de uno muy mencionado, pero poco conocido: Andrés Miguel Fassi.

Hacía tiempo que Fassi sobrevolaba el mundo albiazul, pero por distintos motivos nunca había encontrado una puerta de ingreso hasta que se presentó y ganó las elecciones. Lo primero que le tocó ver como presidente electo fue una victoria en Rosario contra Tiro Federal.

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Con menos de un mes en el cargo, Fassi sintió la crueldad del momento que atravesaba Talleres. El domingo 17 de diciembre de 2014 se fue a dormir después de perder una final que terminó con incidentes. A las 7 de la mañana del lunes siguiente empezó su verdadera gestión.

El 2015 fue el año del despegue definitivo para Talleres, que ascendió a la B Nacional después de perder solo uno de los 31 partidos que jugó en la temporada. A las 17:04 de un martes a la tarde en Formosa, Victorio Ramis mandó a la red la pelota que terminó con los sufrimientos.

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De la mano de Kudelka, que cambió dudas por elogios, Talleres ganó de punta a punta, invicto, el campeonato de la B Nacional para volver a Primera después de 12 años. El gol del Cholo Guiñazú en Floresta fue el desahogo más grande de la historia de la T.

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Desde que volvió a la máxima categoría del fútbol argentino, Talleres está entre los cuatro equipos que más puntos sumaron detrás de Boca, Racing y River. Esa tabla, esa foto, tiene una película detrás, una serie de capítulos en los que el club nunca paró de crecer.

En la primera temporada cumplió con el objetivo de la permanencia. Después de un arranque flojo, encadenó 8 partidos sin perder —con 5 victorias consecutivas— y 5 fechas antes del final del campeonato ya tenía los puntos necesarios para quedarse en el círculo mayor.

Para la campaña 2017/18 empezarían a verse los trazos de lo que sería la gestión de Fassi, especialmente en las contrataciones. Llegaron jugadores como Tenaglia, Medina, Samuel Sosa, Olaza y Soñora, las famosas apuestas con valor de reventa.

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En su último campeonato como técnico de Talleres, Kudelka dejó al club clasificado para la Copa Libertadores. Después de una docena de años sin jugar en Primera, tras sufrir dos descensos a tercera, y padecer seis años en esa categoría, la T volvía a ser internacional.

La noche del martes 6 de febrero de 2019 está guardada en la memoria de los Matadores, que coparon el Kempes para ver cómo la T le ganaba al poderoso Sao Paulo de Brasil, en lo que era la cuarta participación internacional del club, segunda en Libertadores.

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Al equipo que dirigía Vojvoda no le alcanzó para entrar a la fase de grupos y después del tropiezo contra Palestino, en Chile, nunca pudo levantarse. Quedó lejos en el campeonato, no clasificó para ninguna copa y empezó el recambio.

La primera decisión que tomó Fassi en el invierno del 2019 se confirmó el 6 de junio: Alexander Medina era el nuevo técnico de Talleres. La mayoría de los hinchas no lo conocían, hasta que empezaron a descubrir su historial: uruguayo, Nacional, España, Arsenal; le dicen “Cacique”.

El arranque de Medina en el banco de la T fue bueno y tuvo su primer gran golpe cuando le ganó a River en el Monumental, cortando una racha de 29 años sin ganar en ese estadio. Sería la primera de muchas rachas que se romperían.

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Curiosamente, hace dos años, a fines de septiembre de 2019 Medina atravesaba su peor momento en Talleres con 5 derrotas consecutivas, incluyendo una eliminación de la Copa Argentina en octavos de final.

La mano empezó a cambiar justo con la llegada de la pandemia. En medio del parate, Fassi vendió jugadores en cifras millonarias: entre Medina, Cubas, Bustos y varios préstamos, le dejaron al club más de 15 millones de dólares. Una cifra inédita en la historia albiazul.

La tendencia se profundizaría en el 2021, otra vez Talleres vendió por más de 15 millones sumando los pases de Hincapié, Pochettino, Giménez, Fragapane y Navarro. En el balance global, Fassi invirtió alrededor de 20 millones de dólares en jugadores y vendió por más de 40.

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Las ventas generaron polémica, pero hay un ejemplo contundente: el de los volantes centrales. Salió Burgos, llegó Guiñazú, trajo a Gil, jugó Fernando Godoy, no convenció. Vino Cubas, se fue. Surgió Navarro, lo vendieron, y ahora están Villagra y Méndez. La rueda nunca se detuvo.

El 2020 parecía un año de transición para Talleres, pero terminó siendo un trampolín. Con un plantel renovado, Medina armó un equipo competitivo que fue capaz de ganarle a Boca y San Lorenzo de visitante y tuvo contra las cuerdas a Colón, que sería campeón.

Después, la política de ventas provocó algunas rispideces entre Medina y Fassi. El propio presidente trató de bajarle el tono al asunto cuando dijo que le gustan las exigencias del entrenador, pero hubo un momento bravo después de la derrota contra Central Córdoba.

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Luego del traspié en Santiago del Estero, cuando parecía que el Cacique se iba de un momento a otro, los penales le dieron vida en la Copa Argentina y encadenó cinco triunfos en fila para llegar a la punta del campeonato. Algo que Talleres no disfrutaba desde hacía 17 años.

Fecha más, fecha menos, número más, número menos, venta más, venta menos, Talleres vive un gran momento, el mejor desde que volvió a Primera, y como en la década del 70 se convirtió en el boom, el fenómeno futbolístico, que hace hablar al país.