El momento del ataque mortal en el club de barrio Yapeyú.
Silvana Fernández, fiscal del caso de asesinato de Gabriela Pérez en Yapeyú.
Silvana Fernández, fiscal del caso de asesinato de Gabriela Pérez en Yapeyú.
Franco Saillen.
Sergio Fittipaldi.
Gabriela Pérez fue asesinada el 9 de septiembre pasado en un encuentro del Soelsac.

Atentado en Soelsac

El nudo atroz detrás del atentado que se cobró la vida de Gabriela

26/10/2023 | 11:53

La detención del hermano de la víctima, sindicado de ser el supuesto sicario, no agota la investigación, sino que supone nuevos interrogantes claves para entender una densa trama.

Redacción Cadena 3

Juan Federico

Transformar los indicios en pruebas sólidas. Este es el gran desafío al que ahora se enfrenta la fiscal Silvana Fernández tras firmar el lunes último la orden de detención contra Gustavo Herrera, al que acusó de ser el sicario que mató a su propia hermana, Gabriela Pérez (24), al desatar una balacera en medio de un asado que el líder del gremio de la limpieza, Soelsac, Sergio Fittipaldi, encabezaba el pasado sábado 9 de septiembre en el club Yapeyú de la ciudad de Córdoba.

Se trató de un acto más en medio de una disputa electoral tan agresiva como inédita en Córdoba entre el sector de Fittipaldi (fue electo como legislador provincial en las últimas elecciones, dentro del oficialismo) y otro que representa Franco Saillén, del poderoso gremio de la basura.

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Desde hacía varios días, la fiscal cavilaba sobre qué iba a hacer. Al expediente lo había ido cerrando cada vez más en torno a las miradas ajenas. Eran contados con los dedos de una mano los investigadores policiales que tenían acceso. 

La funcionaria judicial es consciente de que está ante el mayor desafío criminal de su carrera. Justo un año después de que le quitaran el sumario incipiente por las aún inexplicables muertes de bebés del Neonatal.

Al nombre de Gustavo Herrera lo recibió horas antes de disponer el allanamiento de una cédula de La Fiel, la poderosa barra del club Talleres que suele tener aceitados contactos con los principales sindicatos de Córdoba. Un grupo hoy marginal que hace tiempo pugna por recuperar el lugar central que supo tener en la hinchada.

El pasado 5 de este mes, junto cuando se estaba por realizar la caótica e inédita asamblea de Soelsac en Villa Allende, la fiscal ordenó diferentes allanamientos en domicilios de estos barras. Uno, incluso, ya no estaba en la ciudad. Mientras movía estas piezas en el tablero de la investigación, comenzaba a anotar el nombre del propio hermano de Gabriela.

La coincidencia podía ser atroz. Se sabe que ese sábado a la siesta, un sicario llegó hasta la vereda del frente al ingreso del club Yapeyú, se escondió detrás de un auto estacionado y en pocos segundos, descargó el cargador de una pistola nueve milímetros en contra de la fachada. 

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Dos balazos pasaron a pocos centímetros de las cabezas de dos personas que custodiaban el acceso. Varios más impactaron contra la pared. Y uno sólo –según los peritajes- se coló por un lateral, desde un ángulo más que difícil. 

El proyectil ingresó en el salón donde se realizaba el asado e impactó en el cuello de Gabriela. A esa hora, había casi un centenar de personas en la reunión que encabezaba el propio Fittipaldi. 

“Que ese tiro haya ingresado por ahí sólo se da una vez en un millón”, graficó un avezado investigador.

“Y que justo haya sido el hermano el que tiró, creo que es una casualidad que se debe dar una vez en 10 millones”, agregó.

Semejante casualidad generó mucho ruido en torno a la hipótesis que más convenció a la fiscal. Ella confió en el dato. Incluso, quienes estaban en contacto diario con ella le sugirieron que se tomara el tiempo necesario, que lo pensara bien antes de resolver cualquier detención.

Herrera finalmente fue detenido el lunes último a la siesta, cuando el país aún discutía los resultados de las elecciones generales. El cimbronazo fue notable. Desde entonces, la familia de Gabriela lo defiende y ataca la resolución judicial. Aluden a que se trata de un “perejil”. Los investigadores saben que están ante el eslabón más pobre de toda esta trama. Y que por ahora, hay más indicios que pruebas.

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La escena del crimen no fue preservada de manera eficiente y las cámaras policiales aportaron muy poco, pese a que en los alrededores del club hay al menos tres domos oficiales.

La imagen del sicario disparando no es nítida y no arroja ningún rostro concreto. Hoy, un gabinete especial de la Policía Judicial está trabajando en una serie de comparaciones. A la fiscal le indicaron que la persona que dispara “camina” de la misma forma que lo hace Herrera, según el cotejo con otro video, según confiaron fuentes de Tribunales 2. 

Con este sospechoso ya detenido, ahora se avanza en un análisis más fino sobre las características físicas.

La antena del celular aporta y no aporta al mismo tiempo. Lo ubica a Herrera en la zona, pero tampoco es una prueba reveladora: vive a pocas cuadras.

El arma utilizada no apareció hasta ahora.

Sí figuran en el expediente comentarios que surgen de los fondos del propio barrio, un sector que hace tiempo ha sido tomado por el narcotráfico y las organizaciones violentas, y que señalan a Herrera como el supuesto sicario.

Hace poco más de 20 días en esa zona se instaló el rumor de que alguien, que respondería a alguno de los bandos sindicales en pugna, habría ofrecido 300 dólares para quien se animara a atacar a tiros el acto que Fittipaldi encabezaba ese mediodía en el club Yapeyú.

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Los sabuesos son cautos: saben que los intereses cruzados abundan en toda esta historia.

Las palabras tampoco son ingenuas: a fines de una acusación legal, no es lo mismo encargar un “susto” que un homicidio. El video del ataque es revelador: quien dispara lo hace a media altura, de frente, con el brazo extendido… o sea, en posición de matar.

La fiscal también valoró como un dato importante el prontuario del ahora detenido, un joven con varios antecedentes por robos a mano armada que hace sólo unos meses había recuperado la libertad.

Ahora, le urge trepar en la escalera de responsables para poder sostener la hipótesis.

Aún no están identificados los autores intelectuales y la acusación en contra de Herrera tampoco se sostiene desde un presunto móvil sólido. ¿Por qué disparó? ¿Para qué? ¿Para quién? 

El detenido no forma parte de la barra La Fiel ni tenía vínculos estrechos con las facciones sindicales en pugna. Tres de sus hermanas eran empleadas de limpieza y denunciaron que ellas iban a esos actos obligadas.

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Casi desde el momento en que se conoció el asesinato de Gabriela, los investigadores tuvieron la certeza de que se topaban con una densa telaraña en la que la disputa sindical se entremezclaba con la interna de La Fiel.

Para entender esta madeja, es necesario detenerse en el análisis de la barra. Una organización que tiene varias capas de poder y cuyos líderes suelen mimetizarse en empleos municipales y provinciales, sobre todo alrededor de la basura y el sindicato Surrbac.

En las próximas semanas va a comenzar el juicio en los Tribunales Federales contra el líder de La Fiel, Darío Cáceres, acusado de un fenomenal contrabando de marihuana hacia Córdoba. Preso desde comienzos de 2022, Cáceres continúa moviendo los hilos invisibles de la hinchada.

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Se trata de la misma barra que en 2020 filmó un video que estremeció a Córdoba: 17 personas encapuchadas y con armas largas, emitiendo amenazas a quienes golpearon en un establecimiento penitenciario a Walter "Toro" Aguilera, uno de los cabecillas de "La Fiel".

Aguilera fue guardaespaldas del titular del gremio de recolectores (Surrbac), Mauricio Saillén, y junto a otros miembros de "La Fiel" supo figurar como empleado del Ente de Obras y Servicios (Esop, hoy denominado Córdoba Obras y Servicios -COyS).

Cuando fue detenido en marzo de 2022 acusado del millonario tráfico de marihuana, Cáceres nombró como abogado al concejal oficialista Diego Casado.

Otro abogado histórico que ha tenido La Fiel es el penalista Alfredo Ciocca, quien semanas atrás fue detenido por orden del fiscal Enrique Gavier, en el marco de una investigación por una serie de presuntos delitos adentro de las cárceles de la provincia de Córdoba.

Junto a Ciocca quedaron imputados el subdirector del Complejo Carcelario N° 1 Reverendo Francisco Luchesse de Bouwer, Sergio Guzmán, y un antiguo empleado estatal, Ramón Alberto Salas, quien en los últimos años figuraba como empleado en el organigrama de la Subsecretaría de Coordinación y Planificación del Ministerio de Gobierno y Seguridad de Córdoba.

El 10 de agosto del año pasado, con Cáceres ya preso, ocurrió un atentado a tiros contra su casa particular cuyo recuerdo ahora resuena fuerte en la investigación por el asesinato de Gabriela.

La misma noche en la que Talleres disputaba contra Vélez un partido clave de la Copa Libertadores, dos personas en moto llegaron hasta el frente de la vivienda de barrio Maipú 2 y sin darle mayor importancia las cámaras de seguridad que tiene la casa, el que iba atrás se bajó y disparó 10 balazos (la misma cantidad que los peritos contabilizaron en el club Yapeyú) que impactaron contra la fachada y contra un auto estacionado en la calle. Adentro, se celebraba un cumpleaños. Los atacantes nunca fueron identificados por la Justicia.

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La Fiel es una organización todoterreno. Si bien construye su poder desde la tribuna Willington, en realidad su presencia territorial es notable: aglutina "células" de diferentes barrios (José Ignacio Díaz, Urquiza, Yapeyú, Villa Urquiza, San Pablo, Las Violetas, Ituzaingó, Cooperativa Los Andes y Villa El Libertador, entre otros) y suele mover flotas importantes de ómnibus no sólo para ir a la cancha, sino a otros actos también.

Su poder de fuego, como grupo de choque, hizo que los diferentes sindicatos los reclutaran entre sus filas. 

Pero otro de los grupos internos, encabezado por un sujeto conocido como "el Ciego" comenzó a hacer custodia informal a Sergio Fittipaldi, en el marco de su disputa con Franco Saillén por la conducción de Soelsac.

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El propio Fittipaldi, que también es presidente del club Argentino Peñarol, de Argüello, suele ser un abonado en el paco VIP del Kempes cada vez que juega Talleres en Córdoba.

O sea, en esta lucha de facciones sindicales hay al menos dos coincidencias: ambos grupos se reportan al mismo poder político, el peronismo gobernante, y los dos tienen a miembros de La Fiel entre sus laderos.

Negociar con La Fiel significa, en suma, tener una vía para lograr acceder al Surrbac o al Soelsac.

O, escrito a la inversa: trepar adentro de estos sindicatos también puede ser visto, por estos barras, como una manera de ganar lugares al interior de La Fiel.

Por eso, la caótica asamblea que Soelsac organizó en los primeros días de octubre en el club Quilmes de Villa Allende, y que generó un inusitado despliegue policial fue seguida muy de cerca por sectores que, a simple vista, ningún interés deberían haber tenido en su resolución.

Es en este nudo en el que los investigadores se detienen para intentar entender el absurdo asesinato de Gabriela. Desatarlo es el gran desafío.

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