Ruth Morton revela su historia de espionaje

Impactante confesión

El secreto de una uruguaya de 97 años: fue espía en la guerra de Malvinas

23/12/2025 | 15:29

Ruth Morton, rompió el silencio y reveló cómo fue reclutada por la inteligencia británica para espiar movimientos navales desde Mar del Plata durante la guerra de 1982.

Redacción Cadena 3

Tiene 97 años, es alta y delgada, lleva el pelo corto dominado por canas y conserva unos intensos ojos azules. Nació en Uruguay, se define como anglouruguaya y durante décadas guardó un secreto que recién ahora decidió contar.

Su nombre es Ruth Morton y, por primera vez, reveló que en 1982 espió los movimientos navales argentinos durante la Guerra de Malvinas desde un edificio en ruinas en Mar del Plata, al servicio de la inteligencia británica.

La historia salió a la luz a partir de una conversación con el periodista Graham Bound, amigo de la familia y fundador del diario Penguin News, de las islas Malvinas.

En ese diálogo, Morton no solo describió las estrategias operativas que utilizó para transmitir información secreta, sino que también expuso el fuerte legado familiar de espionaje que marcó su destino desde la infancia.

Hija de Eddie Morton, empresario, y de Margaret, enfermera, Ruth creció en un entorno atravesado por la cultura británica. Sus padres, de ascendencia escocesa e inglesa, procuraban que se relacionara únicamente con inmigrantes de la colonia británica.

“Yo solía decir que era inglesa. Recuerdo que a mi madre no le gustaba que fuera amiga de los niños de al lado porque eran uruguayos”, relató en el podcast BBC Outlook. Tenía dos hermanas mayores, Rose Lily y Miriam, y nació una década después que ellas.

El vínculo con la inteligencia británica se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Según contó, su padre reclutó a sus hijas mayores para tareas de comunicación secreta cuando trabajaba en las Oficinas Centrales del Ferrocarril de Montevideo, que funcionaban como un brazo de la inteligencia británica.

Allí, interceptaban mensajes, los traducían y los transcribían. “Sabía que serían buenas en ese trabajo. El hecho de que hablaran ambos idiomas fue una gran ventaja”, explicó Ruth.

Las operaciones se realizaban en absoluto secreto, aunque, con el tiempo, se convirtieron en “el secreto peor guardado de Montevideo”. Un grupo de ocho personas seis de ellas mujeres se reunía en un café llamado Oro del Rin.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Uruguay se había transformado en un punto estratégico por su rol como proveedor de alimentos para Gran Bretaña. Con apenas once años, Ruth ya sabía que pertenecía a una familia de espías y que debía ser cuidadosa. Atendía el teléfono, anotaba indicaciones y transmitía mensajes palabra por palabra, muchas veces sin saber su contenido.

Décadas más tarde, la historia volvió a repetirse. Cuando Argentina inició el proceso de recuperación de las Islas Malvinas, en 1982, los servicios de inteligencia británicos retomaron contacto con la familia. Miriam, contadora de la embajada británica en Montevideo, fue reclutada nuevamente y convocó a Ruth, que entonces tenía 53 años, estaba casada y tenía una hija. “Sabía que yo sería menos sospechosa, así que me mandó”, recordó.

Ambas viajaron a Buenos Aires y Ruth recibió su misión: vigilar el movimiento de tres submarinos de la Armada Argentina el ARA Santa Fe, el ARA San Luis y el ARA Santiago del Estero en la base naval de Mar del Plata. El operativo era supervisado desde Montevideo por una agente con nombre en clave Claire.

Para cumplir su tarea, Morton se ocultaba bajo las tablas de un edificio parcialmente destruido, desde donde tenía una vista directa de la base.

“Era arenoso, sucio y sumamente incómodo. No había espacio ni siquiera para sentarse. Me salieron ampollas en las rodillas y los codos de tanto arrastrarme”, relató. Aun así, sostuvo que nunca actuó desde la emoción: “Solo debía tener mucho cuidado y transmitir la información palabra por palabra”.

La red de comunicación era compleja. Si detectaba movimientos relevantes, debía tomar varios autobuses hacia el interior y usar teléfonos públicos para contactar intermediarios, con números que cambiaban cada vez.

En medio del operativo, uno de esos contactos desapareció junto con los fondos destinados a sus gastos. Para sobrevivir, Morton comenzó a tejer gorros con la inscripción “Mar del Plata”, que vendía a través del portero de un hotel.

Uno de los episodios más impactantes de su relato ocurrió durante una noche bajo el edificio. Un disparo desde el mar impactó en el lugar exacto donde se encontraba, pero alcanzó a un carpincho con el que compartía alimento y refugio. “Me salvó la vida”, afirmó. Tras ese hecho, recibió la orden de abandonar el puesto. “No había nada que hacer. Me despidieron”.

Tiempo después, recibió un reconocimiento firmado por fuerzas británicas y un bol de plata, un gesto que la incomodó. “No quería ningún reconocimiento. Lo hice porque pensé que era lo correcto”, aseguró.

Durante más de cuatro décadas, Ruth Morton no contó esta historia, ni siquiera a su hija. Hoy, a los 97 años, su testimonio revela una trama desconocida del espionaje británico en el Atlántico Sur y suma una nueva dimensión humana y política a la memoria de la Guerra de Malvinas.

Lectura rápida

¿Quién es Ruth Morton? Es una mujer de 97 años, nacida en Uruguay, que espió los movimientos navales argentinos durante la Guerra de Malvinas para la inteligencia británica.

¿Cuándo reveló su secreto? Lo reveló recientemente, después de décadas de silencio sobre su papel en el espionaje durante la Guerra de Malvinas en 1982.

¿Dónde llevó a cabo sus actividades de espionaje? Sus actividades de espionaje se llevaron a cabo en Mar del Plata, Argentina, desde un edificio en ruinas.

¿Cómo se comunicaba con los británicos? Utilizaba una red compleja de autobuses y teléfonos públicos, transmitiendo información palabra por palabra.

¿Por qué decidió contar su historia ahora? A sus 97 años, siente que es el momento adecuado para revelar su testimonio sobre el espionaje británico en el Atlántico Sur.

Te puede Interesar

Controles en productos de limpieza

La medida alcanza a lavandinas, limpiadores, detergentes, suavizantes y desengrasantes, entre otros.

Detención en Lanús por un crimen

La mujer fue detenida en Lanús por efectivos de la DDI Quilmes.

Caminos de la historia

La primera batalla naval de la Segunda Guerra Mundial no ocurrió en Europa ni en el Pacífico: fue en el Río de la Plata. Y sus náufragos terminaron refugiados en las sierras cordobesas.

La heroína olvidada

Mientras Europa ardía en 1914, una argentina nacida en Francia convertía su casa en un hospital y se ganaba el título de heroína nacional. Su nombre era Pepita Balcarce.

© Copyright 2025 Cadena 3 Argentina