La increíble historia del inventor del stent, que salvó su vida gracias a su propia creación

Hace 34 años, a sus 35 años, Julio Palmaz creaba lo que tiempo después sería asociado automáticamente a la salvación de miles de vidas: el stent. Su innovación despertó críticas en un comienzo y cosechó aplausos hasta hoy.

Palmaz es médico especialista en radiología vascular, nació en Argentina, se formó gracias a la educación púbica y desarrolló cientos de proyectos científicos en Estados Unidos, donde reside actualmente.

Sin diagramarlo como algo generalizado, Palmaz creó un dispositivo de múltiples usos que hasta salvó su propia vida: le colocaron tres stents en distintas ocasiones.

El paso a paso de un invento genial

“Fue un proceso muy lento. Yo nunca pensé que iba a tener el impacto que tuvo. Nunca pensé que el stent era una plataforma para otras cosas. Pensé que iba a ser algo especial pero no de un uso tan generalizado”, expresó Palmaz en Siempre Juntos, por Cadena 3 Rosario.

“La primera dificultad que tuve fue el rechazo. Fue algo disruptivo. A muchas personas les resultaba repulsivo. Había otras modalidades que no funcionaban”, recordó a 34 años de la creación.

Sin embargo, lo que primero fue un debate médico, luego se convirtió en una controversia judicial. “El problema de aceptación pasó a ser de plagio. La competencia desleal modificaba el stent un poco y lo consideraba su propia invención. Terminé en las cortes peleando por mi patente. Eso llevó entre 12 y 14 años hasta que se aprobó la patente por jurados”, rememoró.

La idea de crear estaba dentro de los planes de Palmaz, que además del stent fue el padre de muchísimas innovaciones. “Siempre estuve en el tema de los implantes cardiovasculares. Tenemos unas 450 patentes. Algunas relacionadas a ciencias básicas, otras a aparatos”, indicó.

“La idea principal era desarrollar algo. En Argentina era difícil. Me faltaba tiempo y subsidio para generar un laboratorio de investigación, por eso me fui a Estados Unidos”, sumó al explicar el porqué de su partida al exterior.

Con el tiempo, el uso del stent se fue haciendo masivo y salvó miles de vidas. En ese sentido, Palmaz precisó: “Las primeras aplicaciones fueron en arterias no coronarias. En el 90 comenzamos con miembros inferiores y en el 94 se aplicó en arterias coronarias”.

Años después el mismo Palmaz recibió de su propia medicina para seguir con vida. “Me colocaron tres stents”, comentó, y agradeció el reconocimiento en su país. “Veo con placer que en Argentina nos reconozcan y no nos olviden. Estoy muy vinculado a la Argentina”, cerró.