Agustín Montañés, de la fundación Manos a la Mente

Diversidad mental

Bipolaridad en primera persona: entre la depresión y la manía

30/03/2023 | 06:45

Agustín Montañés de la fundación Manos a la Mente cuenta cómo es convivir con este diagnóstico, cuáles son las señales de alerta y cómo buscar contención. "Hay muchísimos prejuicios", afirma.

Redacción Cadena 3

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Bipolaridad en primera persona: entre la depresión y la manía

Bipolaridad en primera persona

Agustín Montañés Rouviere tiene 42 años, es de Córdoba Capital y tiene trastorno bipolar. Aunque a partir de los 14 años se dio cuenta de que algo pasaba, recién recibió su diagnóstico 10 años después.

Ahora es presidente de su fundación Manos a la Mente, un espacio donde busca sensibilizar y ayudar a otros casos similares a tener una red de contención, recibir un tratamiento adecuado y sobre todo mejorar la calidad de vida y la aceptación de la sociedad.

En diálogo con Diversidad, Agustín explica que el trastorno bipolar es un desequilibrio químico que afecta a la depresión y a la manía.

La primera involucra al quiebre absoluto de la voluntad y lleva a las personas a tener días, semanas, en los que no se puede bañar, cambiarse, ni salir de la cama. En la punta opuesta están los episodios de “manía” que es la inversa de la depresión y son días donde está con sobreenergía, y que si bien son momentos lindos porque se pueden traccionar cosas, cuando se pasa el límite es tan malo como la depresión.

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“La luz roja es sentirte muy mal anímicamente y saber que el contexto tuyo no lo está entendiendo. Es muy importante conocer el quiebre de la voluntad, porque eso nos pasa a todos, porque un sábado tenemos ganas de cortar el pasto y al siguiente no, pero en este caso es un quiebre de la voluntad totalmente diferente: podés llegar a pasar de estar 3 meses en cama, dos semanas sin bañarte, dos semanas sin la fuerza para abrir un armario, cambiarte la remera y eso es un claro alarmante, aunque sea duro”, explicó.

Como cuenta Agustín, “lo ideal es tener el equilibrio y para ello son necesarias las herramientas que son valederas como la red de contención, ejercitar la voluntad y tratar sobre la personalidad de uno”. “También es clave el acceso a los medicamentos, a las terapias y la red de contención que es uno de los pilares fundamentales de esto”, subrayó.

A Agustín como a muchos le costó muchísimo asumir su bipolaridad y poder revelarla a los demás. “Hay muchísimo, prejuicios de personas externas y eso es lo que más ruido me ha hecho en la vida”, confiesa.

“Me costó recibirme, sostener un trabajo y siempre está el prejuicio de que el enfermo psiquiátrico es una mala palabra y de chico nunca lo blanqueé a la gente”, contó.

Si bien asegura que trata de llevar una vida lo más parecido a “lo normal”, y actualmente se encuentra desde hace un par de años en pareja, en lo afectivo los siempre temió lastimar a otra persona.

“En algún momento tuve miedo de lastimar a la otra persona y personalmente me ha afectado en tomar la decisión de estar con alguien de manera prolongada por esto de poder estar con un desequilibrio o inestabilidad muy grande. La parte emocional es muy cambiante, te vas hacia arriba o hacia abajo y esto es muy difícil para uno mismo y para el entorno que tiene que comprender y entender el contexto”, remarcó.

“Estas bipolar”, un calificativo muy usado entre la sociedad

Le preguntamos a Agustín cómo se siente cuando escucha que otros usan este término para indicar que alguien es cambiante de ánimo y reflexionó: “La verdad que no tengo ningún problema, la enfermedad en sí tiene matices de colores y la gravedad de uno u otro tiene colores. La gente lo usa como ahora estoy de buen humor y ahora no. Lo acepto, pero no tienen idea de lo que es ser bipolar o depender de los medicamentos y de lo que es luchar el minuto a minuto”.

Para Agustín ningún día es igual a otro y su situación implica un esfuerzo diario. “Hay que ser un gladiador de la vida para poder enfrentarlo”, agregó.

Como consejo personal, recomienda hablarlo con la familia, la gente cercana y los profesionales psicólogos y psiquiatras.

“La contención es importante, los medicamentos y el tratamiento psicológico”, concluyó.

La Organización Mundial de la Salud considera este trastorno como la sexta causa de discapacidad a nivel mundial. Su causa a nivel cerebral es una falla química de neurotransmisores, por ejemplo, el exceso de dopamina que podría estar relacionada con la manía.

La Fundación Manos a la Mente, funciona en la Ciudad de Córdoba y se pueden contactar al teléfono 351 5164216/3518123389 o al mail fundacionmanosalamente@gmail.com.

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