Fanáticos de Furia en el Obelisco

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Fanáticos

23/03/2024 | 08:18

 

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

Cada vez que alguien quiere hablar bien de la pasión y el fanatismo apela a alguna imagen de los argentinos durante los festejos de la última copa del mundo.

Hay dos películas que usaron los registros de ese día. Cuesta creer que las calles y las plazas hayan podido alojar a semejante marea humana y también que envueltos en los colores patrios unos hayan trepado a la punta del obelisco y otros se hayan encaramado peligrosamente en el extremo de postes de la luz nada más que para hacer flamear la bandera.

Esa celebración coronó un esfuerzo de décadas en el deporte más popular del país. No hace falta explicarlo. A partir de esa colectiva demostración de amor por la selección, ganaron espacio en los medios y en las redes, argentinos considerados en todo el mundo como la representación perfecta del fanático modelo.

Celebraciones por Argentina Campeón del Mundo

El diccionario define al fanatismo como "apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones", una cuestión que le ha ocasionado a la humanidad más dolores de cabeza que beneficios, sobre todo cuando se experimenta en relación a principios políticos o religiosos.

La gente tiende a justificar cualquier expresión, por desmedida que sea, si el objeto de adoración es un deportista, un cantante o un artista.

Lo que cuesta un poco más entender es la devoción súbita por personajes que poco tiempo atrás eran perfectos desconocidos. Ni siquiera los 20 puntos de rating que suele promediar Gran Hermano alcanzan para comprender qué extraño fenómeno tuvo que ocurrir para que unas 10 mil personas se reunieran en torno al obelisco para cantarle el feliz cumpleaños a una participante del programa.

La convocatoria se hizo a través de las redes y los medios acudieron cuando empezó a llamar la atención el número de asistentes.

La tele eligió al que gritaba más fuerte para explicar las razones de su locura por la destinataria del festejo.

"Furia despierta una pasión porque es única, inigualable, lo más. A mucha gente la hace salir adelante con su energía y todas las cosas que le pasaron... ¡Furia, te amo!"

Otros se raparon en homenaje a la agasajada y hasta hubo una mujer que exhibió un tatuaje con el nombre de la cumpleañera.

Es probable que la presencia de las cámaras haya removido algún sentimiento oculto y profundo porque los fanáticos gritaron, lloraron y manifestaron su amor por la mujer encerrada en el set de televisión, como si ese fuera el último día de su vida o si estuviera a punto de partir hacia el espacio exterior.

Fanáticos de Furia en el Obelisco

Argentina tiene en Mariano De La Canal una clase de fanático que ha trascendido las fronteras nacionales. Lo suyo es pura impostación. Estaba en el momento justo y en el lugar indicado la noche que en el programa de Tinelli necesitaban la participación de un tercero para apuntalar el debut de Wanda Nara.

Y el muchacho fue imaginativo. Recordaría años más tarde que ni siquiera lo dejaron entrar al estudio pero encaró con decisión el micrófono que le tendieron a los que esperaban en la calle, detrás de la valla, y se destacó.

Aulló un “Wandaaaaa” larguísimo mientras lloraba y respiraba agitado como si estuviera en presencia de un ser mitológico. Y lo incorporaron al programa. Después agregaría la vincha con el nombre de su amada. Esa rara mezcla de histeria y decadencia pegó fuerte. Lo han llamado a hacer presencia en boliches, ha sido panelista y sonríe cada vez que cuenta que hasta lo convocaban para que asistiera a velorios.

Han pasado 17 años y consiguió mantenerse durante todo ese lapso como el “fan de Wanda”. El “trabajo” -de algún modo hay que llamar a la interpretación- le permitió adquirir su casa, realizar viajes y hasta conducir un programa televisivo en Bolivia.

Mariano De la Canal, el "fan de Wanda"

De La Canal armó, como pudo, un fan que le parecía atractivo. Lorna Gemetto, la mujer que consagró su vida a alentar a Susana Giménez, dice que era una niña cuando la diva tuvo aquel problemita con el Mercedes que había escondido en una granja, y decidió que sería abogada para defenderla.

La adoración le dio un propósito -ahora es abogada y periodista- y además le sirvió para vincularse con la gente, algo que siempre le resultó complicado por su Asperger. Lorna es una fan auténtica, probada y con antigüedad; capaz de permanecer estoicamente seis horas de pie para ver a Susana detrás del vidrio de un auto que pasa raudo hacia la cochera.

Lorna Gemetto, la fan de Susana Giménez

Nadie puede saber, en cambio, si dentro de dos meses los miles que se juntaron en el obelisco para vivar a Furia. estarán en condiciones de recordarla. Es probable que ella sea menos importante que las ganas de juntarse y de festejar que tienen algunos. El motivo es lo de menos.

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