Herrera se va queridos por los fanáticos de Talleres, tras un buen paso por el club

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Guido Herrera, el último dueño del arco de Talleres

30/08/2020 | 14:16 | El portero logró la nada fácil tarea de ganarse el cariño de los hinchas de la "T" a pesar de venir de su clásico rival. Ahora, emprende una nueva etapa en el Yeni Malatyaspor de Turquía.

Mauricio Coccolo

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Herrera se va queridos por los fanáticos de Talleres, tras un buen paso por el club

Hallar un arquero que se adueñe de su puesto en el equipo no es una tarea simple. Al talento para defender el arco, condición obvia e indispensable para el rol, hay que agregarle personalidad, voz de mando, algo de locura y un toque de suerte. Durante los últimos 6 años, Talleres encontró todas esas cualidades en las manos de Guido Herrera. Ahora, la institución dirigida por Andrés Fassi tendrá que pensar en su reemplazo.

A sus 28 años, Herrera continuará su camino en el fútbol de Turquía, y un poco más acá, en barrio Jardín, ya lo están extrañando. Es que a pesar de sus orígenes en Belgrano, se convirtió en un referente indiscutido para los hinchas, y se despidió declarando que su corazón ya era albiazul. Tras su salida, el pueblo “Matador” le deseó lo mejor y reconoció que el salto a Europa era un premio merecido para alguien que la peleó desde bien abajo.

Ni astronauta, ni veterinario, ni superhéroe: el pequeño Guido soñaba con atajar, volar de palo a palo y amargarle el festejo de los rivales. En ese puesto de la cancha jugaba su hermano mayor, Franco, y decidió desde chiquito que él también iba a jugar ahí. Iba al arco en cada picadito con sus amigos, los mismos que lo acompañan hasta hoy, y allí juntó una colección de raspones y moretones varios.

Tenía apenas 15 años cuando se fue de su Río Cuarto natal para perseguir el gran objetivo de su infancia, convertirse en un arquero de Primera. Se sumó con ilusión a las inferiores de Belgrano y sacrificó su adolescencia con la idea de ser, algún día, el sucesor de Juan Carlos Olave en el arco “Pirata”. Llegó a ser su suplente en el plantel profesional, pero todo se derrumbó de manera inesperada cuando el club lo dejó libre antes de su debut.

Herrera no tuvo más opción que masticar bronca y empezar de nuevo. El humilde Defensores de Belgrano de Villa Ramallo, que militaba en el Torneo Federal A, lo introdujo a la dura realidad del ascenso argentino. Con un sueldo de 6 mil pesos mensuales, que cobraba cuando se podía, pasó una etapa complicada desde lo económico, pero encontró su recompensa dentro de la cancha. Se consolidó como titular con 23 años y sus atajadas le permitieron dar un salto en su carrera tan atractivo como arriesgado.

Aunque la idea de jugar en Talleres le cerraba por todas partes, sabía que la hinchada no iba a pasar por alto su historia en el “Celeste”. Su mamá, atenta al clima que se había generado en las redes sociales, le recomendó que tomara otra oferta para estar más tranquilo. Guido, que había recibido llamados de Quilmes y Newell's, eligió vestirse de albiazul. El 11 de enero de 2016 fue presentado como refuerzo del “Matador” y tal como le había dicho su mamá, sus primeras semanas en barrio Jardín fueron muy complicadas.

Se mantuvo lo más lejos posible de micrófonos y redes sociales, pero tenía que irse de los entrenamientos por la puerta de atrás de la cancha, para evitar los insultos de la gente. Encontró un aliado en Mauricio Caranta, otro recién llegado que no contaba con la aprobación popular por su historia en Instituto. Caranta, que era el arquero titular para Kudelka, le aconsejó que usara ese rechazo como una motivación extra, y cuando Herrera tuvo la chance de reemplazarlo bajo los tres palos, dejó que sus guantes hablaran por él.

Con el correr de las fechas, su rendimiento le permitió cambiar silbidos por aplausos. Se destacó como uno de los mejores en su puesto en la B Nacional y, casi sin darse cuenta, se ganó un lugar en la historia de la “T”. Mantuvo su valla invicta durante 701 minutos, cifra inédita en la institución, y lo celebró a lo grande: se quedó con el récord el 5 de junio de 2016 en cancha de All Boys, el día que Talleres volvió a Primera.

Ser una de las figuras del ascenso borró definitivamente cualquier reproche por su pasado “Pirata”, y su confianza estaba por las nubes. Terminó su primer semestre en Primera con la valla menos vencida del campeonato, y su apellido empezó a sonar en clubes como Boca y River. Guido, que poco a poco se fue encariñando con el club, decidió quedarse y seguir escribiendo su legado. No conforme con lucirse con las manos hizo valer sus pies, y convirtió de penal el gol agónico contra Olimpo que le dio al “Matador” la clasificación a la Copa Libertadores tras 17 años de espera.

El 7 de octubre de 2018 festejó la victoria por 3 a 0 contra Belgrano y un ratito más tarde, mientras se iba del estadio Kempes, un integrante del cuerpo técnico de Lionel Scaloni lo llamó para avisarle que lo esperaban en la Selección. Un par de semanas después alcanzó los 80 partidos en la “T”, cifra que nadie en su puesto había alcanzado tras la salida de Mario Cuenca en el 2002. Cuando llegó a los 100 partidos en el club, en una noche en la que tapó dos penales contra San Martín de San Juan, ya no quedaba ninguna duda: Guido Herrera era el arquero más importante de Talleres en la última década.

Consolidado como uno de los favoritos de la hinchada, Fassi le prometió que escucharía las ofertas que llegaran por él, pero le pidió paciencia. Finalmente, la pandemia aumentó la urgencia por generar ingresos y su salida se hizo realidad. Tras 116 partidos con la camiseta albiazul, Herrera se suma al Yeni Malatyaspor de Turquía, cedido a préstamo por un año y con opción de compra. Su transferencia le deja al club 530 mil dólares y un interrogante a responder en las próximas semanas. ¿Quién tiene que ser el arquero titular?

Mauricio Caranta, quien perdió el puesto con Herrera en el 2016, aparece como la primera opción. El ex arquero de Boca tiene 42 años y es una garantía de experiencia bajo los tres palos, pero no permite pensar en un proyecto a largo plazo. Otra posibilidad es apostar por algún pibe del club, teniendo en cuenta que no habrá descensos. La tercera salida es ir a buscar un refuerzo, con las dificultades que eso implica a nivel gastos.

Se fue el arquero del ascenso a Primera, el de la eliminación a San Pablo en el Morumbí, el que tiene el récord histórico de minutos sin recibir goles y el que salió de Belgrano y se ganó el cariño del rival de toda la vida. Guido Herrera es el hombre que está en las fotos de todos los momentos importantes en la historia reciente de la “T”. Sea quien sea el elegido para ocupar su lugar, tiene un gran desafío por delante.

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El arquero albiazul seguirá su carrera en el Malatyaspor de ese país. Fue cedido a préstamo por un año con un cargo de 550 mil dólares y con opción de compra. Ascendió con la "T" en 2016 y se consolidó en Primera.

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Su representante, Luis Grillo, dijo a Cadena 3 que ya está todo acordado entre Talleres y el Yeni Malatyaspor. "Con el jugador, restan ver detalles. Queremos viajar con la documentación firmada", acotó.

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