Similitudes entre Minneapolis, Chaco y Tucumán

La otra mirada

Similitudes entre Minneapolis, Chaco y Tucumán

03/06/2020 | 09:22 |  

Fernando Genesir

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Similitudes entre Minneapolis, Chaco y Tucumán

Hoy voy a dejar por un rato la pandemia y la cuarentena para ocuparme de dos hechos gravísimos.

El primer caso ocurrió en Fontana, provincia de Chaco, donde una familia de la comunidad Qom denunció que fue violentamente golpeada dentro de su casa por la policía, que ingresó a su domicilio el domingo a la madrugada sin orden judicial.

Durante el operativo, cuatro jóvenes, entre ellos a dos mujeres, una menor de edad, fueron esposados y trasladados a la comisaría tercera de Fontana, cercana a Resistencia.

A las pocas horas, tras ser puestos en libertad, denunciaron torturas y abusos sexuales dentro de la dependencia policial: contaron que fueron rociados con alcohol y que los amenazaron con prenderles fuego. Y en la acusación realizada ante la Justicia se describe que recibieron una tremenda golpiza: terminaron con heridas en el rostro y en el cuerpo. Están las fotos.

Las jóvenes denunciaron que también fueron víctimas de violencia sexual.

Las imágenes de la feroz golpiza, que se viralizaron en las redes sociales, son realmente impactantes y dan cuenta de que la brutalidad policial y del racismo, en este caso contra la comunidad qom, no tiene límites.

Los policías implicados fueron separados de su cargo y denunciados penalmente por apremios ilegales, amenazas de muerte y abuso sexual.

El INADI chaqueño expresó su repudio a los violentos hechos y la discriminación.

Pero todavía no escuché ni leí ningún comentario al respecto de la titular del Inadi a nivel nacional, Victoria Donda.

Recuerdo cuando murió de coronavirus Ramona Medina, la referente social de la Villa 31, Donda escribió en Twitter que "el racismo estructural provoca muertes como la de Ramona" y culpó a la "gestión clasista que discrimina", en referencia a Rodríguez Larreta.

En cambio, cuando murió, también de coronavirus, Juan Resio, uno de los referentes de la comunidad Qom en el Chaco, no hubo ningún comentario de Victoria Donda.

Como vemos, Donda tiene diferentes criterios ante dos muertes por Coronavirus según ocurra donde gobierna Larreta o donde gobierna Capitanich.

De los referentes nacionales de los Derechos Humanos sólo leí a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, que repudió los hechos y exigió que el gobernador del Chaco se haga responsable.

Pero eso aún no pasó. Todavía Capitanich no salió a repudiar él mismo los gravísimos hechos a manos de su policía –parece que este aliado incondicional del Gobierno nacional prefiere mantenerse en silencio–.

Por otro lado, ayer identificaron al policía tucumano que mató a Luis Espinoza, el trabajador rural que desapareció durante un operativo realizado en Simoca y que fue hallado asesinado en Catamarca una semana después.

Por este crimen hay 8 policías detenidos y podrían ser enjuiciados por el delito de homicidio doblemente agravado, con lo cual les podría haber la pena máxima de prisión perpetua.

Recién 10 días después, el gobernador Juan Manzur rompió el escandaloso silencio que venía cultivando y dijo que “hay que caerle con todo el peso de la ley" a los autores y a los partícipes".

Manzur compara el asesinato de Espinoza por parte de la Policía con un homicidio cualquiera.

Cuando estamos hablando de la desaparición de su cuerpo seguida de muerte y un operativo de encubrimiento.

Incluso el juez de instrucción penal, Mario Velázquez, afirmó en una entrevista en Página 12 que el caso Espinoza “tiene todos los condimentos de la época más atroz de nuestra historia en manos del terrorismo de Estado”.

Por supuesto que ambos casos están en manos de la Justicia para su investigación y posterior resolución.

¿Pero la política no tiene nada para decir?

Aturde el silencio de las autoridades nacionales frente a la brutalidad policial en Tucumán y en Chaco.

No escuché que se hayan pronunciado sobre el terrible asesinato de Luis Espinoza en Tucumán ni sobre la golpiza y abuso de la Policía chaqueña.

Uno elije hablar o callar.

¿Por qué elijen el silencio?

¿Hablan espantados por el horror o se esconden en silencio según quien gobierne?

La policía de Capitanich tortura, la policía de Manzur desaparece y mata. ¿Y ningún político nacional tiene nada para decir?

¿Nos espantamos, con razón, por lo que hace la policía de Minneapolis y no nos espantamos por lo que hace la policía de Chaco o por lo que hace la policía de Tucumán?

¿Nadie se escandaliza? ¿Nadie marcha, nadie se concentra, nadie repudia? Diputados o diputadas, senadores o senadoras ¿no tienen nada para decir?

No es lo mismo callar que hablar.

¿A nadie le parece que hace falta una abierta condena pública como respuesta política de lo que no queremos y de lo que no vamos a dejar pasar en nuestro país?

En Buenos Aires y en Córdoba hubo manifestaciones pidiendo justicia por el asesinato de George Floyd. Y me parece bien reclamar ante tanto salvajismo.

Salvo la Izquierda, que marchó con carteles y se movilizó contra la casa de Tucumán, no vi a nadie pidiendo justicia por Luis Armando Espinoza o apuntando contra la represión a la comunidad Qom.

O acaso hay dos varas: tomo banderas según quien gobierne o según me convenga políticamente.

O acaso hay dos criterios: según se trate de los mapuches del sur o de lo qom del norte.

El racismo un problema mundial, que no conoce de fronteras.

La violencia no tiene nacionalidad. Pero sí tiene responsables.

Le prometí que no iba a hacer un desayuno sobre el coronavirus.

Pero viendo tanto cinismo, tanto descaro, tanta incoherencia, me parece que mañana vuelvo con la cuarentena.

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