Lino Adillón, el turista que eligió quedarse en Ushuaia: una historia de vida

A veces el destino se disfraza de un curso de corta duración. Así fue para Lino Adillón, un sanjuanino que llegó a Ushuaia por unos meses y nunca más se fue. Hoy, dueño del reconocido restaurante Volver, es parte de esa Argentina silenciosa que, a fuerza de pasión, esfuerzo y convicción, construye todos los días una realidad posible.

“Siempre digo que soy un turista al que se le hizo larga la estadía”, bromea Lino. Su historia comenzó con un viaje fugaz, pero fue la gente, el rugby y la pesca deportiva lo que lo anclaron en el extremo sur del país. Con el tiempo, Ushuaia se volvió su hogar, su centro de operaciones y su refugio. “Hoy la casa está acá, en el fin del mundo”, dice con orgullo.

Lino no duda: vivir en Ushuaia es maravilloso. Destaca la seguridad, la naturaleza, la calidad del aire y la belleza inabarcable de sus paisajes cambiantes. “Todos los días hay una postal nueva. Sentís que el aire te toca”, describe. Pero también señala otra virtud clave del lugar: desde allí, se puede ir al mundo. “Nos proponen hacer cosas en cualquier parte, y las hacemos. Pero siempre volvemos.”

Más allá del paisaje, Lino apuesta a una idea: que los límites están en la cabeza de cada uno. En una Argentina con desafíos económicos y políticos, su mensaje es claro: “Sí se puede. Siempre se puede. Los que salen adelante van a seguir existiendo”. Para él, no hay recetas mágicas ni salvadores únicos. Cree en el trabajo constante, en la actitud frente a las dificultades y en una mentalidad más abierta y generosa.

Con una mirada crítica pero constructiva, Lino también reflexiona sobre la política. “Tenemos que cambiar la mentalidad. Si los gobernantes solo buscan mantener su silla y no piensan en el bien común, vamos a seguir igual. Hay que avanzar en el librito que tenemos todos: el bien común”, sentencia.

Desde su cocina en Volver, donde ofrece lo mejor de la gastronomía fueguina, Lino representa a esa Argentina posible que no aparece en los titulares pero que transforma, día a día, su entorno. Su historia es una invitación a mirar al sur, a creer en el cambio, y a recordar que a veces, quedarse es el acto más valiente.

Entrevista de Fernando Genesir