Zuleta: “Milei no se adueñó con el PRO; el macrismo se quedó con el gobierno”

¿Encontrás similitudes o referencias en el pasado para este proceso político que encabeza Javier Milei o realmente creés que es un proceso completamente nuevo, diferente y hasta cierto punto revolucionario, que requiere nuevas herramientas de lectura para periodistas y analistas? 

La característica principal del gobierno actual es que está en permanente construcción. Es un gobierno con pocas realizaciones; anuncia proyectos que no se concretan, y propone cosas que luego revierte. Es muy parecido a Trump: dice cosas para negociar y después desanda el camino y vuelve atrás. Sin embargo, la característica fundamental de este proceso no es Milei, sino el sistema político argentino. A mi juicio, es uno de los más sólidos de la región y quizá del occidente europeo, ya que asegura la alternancia de gobierno de distintos signos en paz, lo que llamamos democracia. Argentina cumple 42 años de democracia. Milei es presidente por sorteo, producto de una "carambola de tres bandas". 

El verdadero fenómeno es la crisis de la dirigencia de las dos grandes familias políticas argentinas —la conservadora (de la cual el peronismo es vicario) y la radical/social demócrata/liberal— que se han repartido el 80% del electorado por más de cien años. Este sistema político estable ha aguantado gobiernos débiles del siglo XXI, como los de Duhalde, Kirchner y Alberto Fernández. La implosión de estas dirigencias (como el desastre del gobierno de Alberto y Massa, o la mala candidatura de Bullrich) ocasionó el acceso de Milei. 

No creo que Milei se haya quedado con el PRO; más bien el PRO y el macrismo se han quedado con el gobierno, al menos en términos ideológicos y de gestión, proveyendo ministros, equipos y autores de decretos como Sturzenegger. El electorado peronista (cercano al 40%) y el no peronista (cercano al 30%) siguen unidos e íntegros; los que están en crisis son sus dirigentes. Milei aprovechó esta doble crisis de conducción. El que interpreta a estas familias políticas en crisis gana, como ocurrió con De Narváez en 2009 o Alberto Fernández en 2019.

Considerando el acuerdo con Estados Unidos y el crecimiento de los libertarios en el Congreso, ¿éste es el mejor momento político de Milei para llevar adelante reformas estructurales? ¿O creés que lo más difícil viene ahora, a pesar de este buen momento? 

El problema de Milei es la interpretación del momento político y de la naturaleza del sistema. Comete el mismo error que Macri y Cristina: creer que va a monitorear su sector desde afuera. Milei representa el consenso del electorado de los grandes distritos de Argentina, que apoya una agenda de economía más abierta y desregulada, con menos deuda, sin subsidios, libertad de circulación y menor peso del Estado. Esta agenda fue defendida por cuatro de los cinco candidatos presidenciales en la primera vuelta de 2023. Su triunfo se basó en los 40 puntos de Cambiemos, cuyo electorado se mantiene fiel. 

Niego la hipótesis de que Trump lo salvó y tampoco creo en la desaparición del peronismo. La gestión del gobierno también está en crisis. El gobierno logró sacar adelante lo que pudo en el Congreso gracias a dos políticos a los que repudió: Juan Carlos Romero en el Senado, quien desalojó al kirchnerismo de la Cámara y creó el grupo de los 39, y Miguel Pichetto en Diputados, quien fue clave para la Ley Bases y para mantener el DNU 70. El gobierno demuestra una incomprensión de la oportunidad que tiene para gobernar con normalidad, a pesar del consenso social. No lo hace, creo yo, porque si lo hace tiene que compartir poder. Los gobiernos débiles argentinos prefieren la gobernabilidad a la gestión. El velo del equilibrio fiscal está basado exclusivamente en no pagar las cuentas, postergando deudas con provincias, fondos previsionales, universidades, salud y corporaciones internacionales. La conciliación de esas deudas se convertirá en un problema como lo fue la crisis de los subsidios o de la deuda en otros gobiernos.

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¿Qué hará el peronismo para recuperar un liderazgo o un nuevo líder? ¿Hacia dónde crees que se dirigirá la conducción del peronismo en esta crisis: hacia el centro, posiciones moderadas, o hacia una versión renovadora o de derecha, como Menem? 

Tanto el peronismo como el no peronismo deberán buscar un intérprete de sus demonios. El público de Cambiemos y de los grandes distritos no es fascista, homofóbico, ni cree que el Papa sea el emisario del maligno. Milei sólo interpreta a ese país cuando el peronismo amenaza las libertades públicas, como ocurrió con el autoritarismo durante la pandemia. La deuda de las dos grandes familias es encontrar líderes que los interpreten, y creo que lo lograrán. Al peronismo le ha ido bien cada vez que ha impulsado la renovación; Cafiero, Menem y Kirchner fueron hombres de la renovación. El no peronismo tiene la deuda de encontrar a alguien que vuelva a interpretar, como lo hizo Cambiemos en 2015, a ese electorado de la burguesía moderada, que no es de extrema derecha ni de extrema izquierda.

Para contribuir a la biblioteca virtual de Cadena 3, ¿podrías recomendar un libro que hayas disfrutado y que te gustaría que nuestros oyentes lean? 

Recomiendo la última lectura que me ha llegado, la cual se está distribuyendo en estas horas: “En la cuerda floja”, las memorias de Virginia Gamba. Ella es una estratega argentina especialista en Malvinas y hasta julio ocupó el cargo más alto en las Naciones Unidas como encargada del Consejo de Seguridad para atender a los niños y adolescentes en zonas de guerra. Gamba, quien ahora volvió a vivir en Argentina, es una experta en desarme nuclear y fue candidata a la secretaría general de la ONU, compitiendo con Grossi. Su libro relata su experiencia como funcionaria internacional y sus lazos con Argentina. Entre sus experiencias, fue parte del equipo que organizó la policía de la Ciudad de Buenos Aires durante el gobierno de Macri, y fue quien llevó adelante el programa de desarme de la sociedad civil en Sudáfrica, trabajando estrechamente con Mandela. Es un libro de unas 150 páginas que se lee muy rápido.

Entrevista de Sergio Suppo.