Análisis de los periodistas de Cadena 3: ¿El día después, a dónde va el país?

Sergio Suppo (SS): ¿Cuál es el país que queda después de la elección? 

Sergio Berensztein (SB): Creo que el país ha cambiado notablemente en los últimos dos años, primero con la elección de 2023 y ahora con la ratificación del rumbo tras esta notable victoria de La Libertad Avanza. Esto le brinda una oportunidad extraordinaria a Argentina y al presidente Milei, no solo para debatir reformas necesarias como la tributaria, laboral y previsional. El presidente también necesita revisar otros elementos que generaron una crisis profunda en las últimas semanas, como la política cambiaria y monetaria. Argentina está en recesión y necesitamos salir rápido de eso. Miramos al futuro con mucho optimismo porque el país votó masivamente a favor de una economía equilibrada, sin inflación, y una economía moderna abierta al mundo. También se inclinó a favor de un vínculo estrecho con Estados Unidos. En conjunto, esto nos brinda una oportunidad realmente fabulosa al gobierno y, sobre todo, a Argentina.

SS: Hernán, ¿cómo percibiste la situación desde Rosario? 

Hernán Funes (HF): Me parece que todo lo que se vio y se recogió en IDEA será una realidad a partir del 10 de diciembre, que es el gobierno con esta nueva representación tanto en Diputados como en Senadores. Las reformas estructurales que el gobierno le planteará a Argentina en una segunda etapa. Va a conseguir el apoyo de los gobernadores dialoguistas que se enrolaron en Provincias Unidas, pero que le habían firmado al presidente Javier Milei el Pacto de Mayo, incluyendo a Llaryora y a Pullaro. Aún con un resultado electoral que de mínima los relegó o fue adverso en sus provincias, los gobernadores envían señales de estar dispuestos a dar dos o tres debates puntuales. Estos son la reforma laboral con la nueva composición de diputados, la reforma impositiva, y el Código Penal. Probablemente esas sean las próximas discusiones que veamos con la composición desde el 10 de diciembre en adelante. Los gobernadores dialoguistas estarán incluidos, muy probablemente, del lado del gobierno de Milei.

SS: Adrián, ¿cuál es tu mirada sobre este escenario? 

Adrián Simioni (AS): Se anticipó esta mañana lo que podría pasar con los activos argentinos: los bonos y acciones están subiendo, el dólar bajando, y el riesgo país podría quedar rondando hoy mismo los 600 o 700 puntos. Una baja muy grande le permitiría al gobierno sacarse de encima la preocupación de esperar vencimientos de la deuda y tener que usar reservas para pagarlos, porque podría ir renovándolos. Esto implica un cambio importante en el plazo inmediato. Respecto a las reformas que Argentina necesita, creo que existen grandes posibilidades de que se abra el panorama para un consenso. Sin embargo, me pregunto cómo influirá en los negociadores del otro lado de la mesa del gobierno el hecho de ir a sentarse a esa mesa en una posición de mucha debilidad, comparado con la posición de fortaleza que esos mismos gobernadores esperaban antes de las elecciones. Una cosa es ir a negociar para decirle a la sociedad: "Yo soy el que le salva la ropa a este gobierno". La otra cosa es ir pidiendo socorro, tratando de rasguñar algo, y ser un furgón de cola de Milei.

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SS: Con el nuevo escenario electoral planteado, ¿cuáles son las condiciones y posibilidades que tiene el gobierno de sacar adelante estas reformas? 

SB: En primer lugar, el gobierno tiene un mandato popular muy fuerte, ya que la sociedad lo ha respaldado de forma contundente. En segundo lugar, el presidente tiene elementos materiales importantes para seducir a los gobernadores en la negociación. Hay que discutir el presupuesto, que yo creo que hay que revisarlo (técnicamente tiene fallas lo que mandó el gobierno el 15 de septiembre), pero allí hay un margen de maniobra. Podrían venir fondos parecidos de otros organismos públicos que ayuden a financiar obra pública, como un crédito del BICE para la Ruta 12 y 14. También están los créditos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, aproximadamente $7.000 millones de dólares, que pueden servir para que muchos gobernadores lleven adelante obras que necesitan sus provincias. Lo más importante es la posibilidad de que Argentina vuelva a los mercados voluntarios de financiamiento. Las provincias en general están ordenadas fiscalmente y muchas de ellas pueden volver a los mercados a financiarse con proyectos específicos que mejoren la competitividad y la movilidad, lo cual es vital para la producción. Muchos gobernadores comprenderán que se abre un ciclo virtuoso en Argentina donde participar en estas reformas, mejorar la competitividad, y invertir en obra pública sensata (realmente crítica para mejorar las posibilidades de exportación y productividad del país) es lo más conveniente. Fíjense el impacto que ha tenido la infraestructura en Córdoba. Yo creo que se abre un juego distinto y muchos gobernadores se sentirían cómodos formando parte de él. Se abre la posibilidad de negociar una ampliación contundente y significativa de esta coalición, pero requiere reformas que le den estabilidad y sobre todo durabilidad a este esfuerzo. Argentina entra ahora en una dinámica que abandonó hace 30 años, cuando promediando la administración Menem abandonamos la senda de las reformas macro y micro.

SS: ¿Cómo creés que se reconfiguró la demanda de los empresarios, registrada en el Coloquio IDEA, de mantener el rumbo pero corregir y reactivar la producción, ante este nuevo dato político? 

HF: Habrá dos o tres debates que se reflejarán en la próxima discusión. Primero, ¿cuál será el rol del PRO en Argentina? Un PRO fragmentado y aliado a La Libertad Avanza. En la provincia de Santa Fe, el PRO está alineado dentro de Provincias Unidas, donde su presidenta fue candidata del gobernador Pullaro. Esto sucede mientras el socialismo santafesino es un férreo opositor a La Libertad Avanza, al punto que en 2023 se inclinó públicamente por Sergio Massa en el balotaje. Segundo, ¿cuál será el rol de la Unión Cívica Radical? No cosechó bancas (más allá de Martín Lousteau) y perdió bancas notoriamente en el resto de Argentina. Tercero, los debates que planteará el Partido Justicialista. ¿Podrá la Argentina de oportunidades y apertura al mundo, lograrlo en medio de todos estos debates políticos, como el planteo del exjefe de gabinete Agustín Rossi de llevar un proyecto de ley para el indulto a Cristina Kirchner?. La notoria mayoría que se llevó el presidente Milei en esta elección podría darle un ordenamiento más claro a estos escollos.

SS: Adrián, ¿creés que en la mesa de negociación, además de dinero, presupuesto y obras, habrá negociaciones estrictamente políticas e incluso electorales, por ejemplo, que Milei prometa a un partido provincial no presentar candidatos que lo desafíen en la próxima elección? 

AS: Lo veo perfectamente posible. La semana pasada, el ministro Luis Caputo dijo, como autocrítica, que no había atendido suficientemente bien a los gobernadores, porque en realidad muchos de ellos no necesariamente pedían dinero. Algunos, por ejemplo, solicitaban que los dejaran tranquilos en su provincia para buscar la reelección, a cambio de una ley o una lista de candidatos a diputados nacionales. Eso es una posibilidad.

SS: Hernán, ¿creés que el gobierno realmente conseguirá los acuerdos para las reformas? 

HF: Es probable que muchos de los gobernadores terminen sentándose nuevamente a la mesa que propusieron en su momento Guillermo Francos y "Toto" Caputo. Son esos gobernadores que se aglutinaron en Provincias Unidas y que hace no mucho planteaban quién iba a ser el próximo presidente de Argentina. Esos gobernadores van a tener que reconfigurar su objetivo o reconfigurar el camino. Lo que está claro es que La Libertad Avanza le arrebató a todos esos espacios la bandera del cambio. Es una bandera que se sostiene y que se impuso con el 40% de los votos en todo el territorio, incluso en el interior de las provincias, con candidatos desconocidos. En Santa Fe, por ejemplo, ganaron cuatro diputados nacionales en su primera elección, dos de ellos de 25 años. Esto demuestra que el cambio está con La Libertad Avanza.

SS: Adrián, ¿creés que viene una reversión o reconfiguración ideológica dentro del peronismo, o seguiremos teniendo el mismo kirchnerismo de los últimos 20 años? 

AS: Me parece inevitable la reconfiguración. El kirchnerismo no habla o finge demencia ante la inflación. Ellos la trajeron, la hicieron crecer, y es lo que la gente votó en contra. La inflación es una señal de decadencia social y transferencia de ingresos de los pobres a los no pobres. Es inusitado que el kirchnerismo, que pretende representar a esos sectores, no reflexione sobre por qué cuando ellos ganan una elección Argentina se deprecia, y cuando ellos pierden, nos valorizamos. Un partido con vocación de gobernar debe plantearse esto, o será condenado y suplantado. No puede haber un partido con aspiración de poder que todos los días diga que las deudas del Estado argentino no se pueden o no se deben pagar. Eso no sucede en los países vecinos (Lula, Boric, los uruguayos). Creo que Axel Kicillof, que sigue siendo la alternativa electoral del kirchnerismo, en algún momento lo va a hacer porque le va a convenir para diferenciarse y terminar de sacarse de encima a La Cámpora y a Cristina Fernández de Kirchner.

SS: ¿Estamos frente a la reconfiguración de un sistema político para hacer más consistente un Congreso que no cambie el rumbo según cada elección? 

SB: Yo creo que están dadas las condiciones por este nuevo balance de poder. El 25% de la Argentina es kirchnerista, más un 4% de la izquierda que tiene una visión anacrónica y no comprende la necesidad de que el país compita en el mundo. Pero hay un 70% de Argentina que sí busca esto, y con ese 70% se puede construir esta coalición amplia, versátil, plural, heterogénea y poderosa para pensar un país a 50 años. El peronismo es necesario como oposición y debe modernizarse, como pasó con el partido laborista de Tony Blair o el Partido Demócrata de Bill Clinton. Argentina necesita otro peronismo, uno que defienda la justicia social y la distribución del ingreso, pero dentro de la lógica de una economía capitalista, estable, en crecimiento, sin inflación, y con los motores de la innovación y la productividad al máximo para poder competir. Si bien podemos crecer en energía y minería, eso no genera suficiente empleo. Argentina necesita proyectos amplios que tengan en cuenta a las pymes y a la industria, sectores que no están jerarquizados en la narrativa oficial. El peronismo tiene un rol fundamental, y ojalá lo asuma.

SS: ¿Cuál es su recomendación de un libro para nuestros oyentes? 

SB: Creo que tenemos que revisar qué significa el desarrollo en Argentina. Quiero recomendar al gran autor Albert O. Hirschman, que tiene varias obras muy buenas, pero especialmente "Salida, voz y lealtad" ("Exit, voice and loyalty"). Explica mucho de lo que vimos estos días en Argentina.

HF: Estoy leyendo algo mucho más nuestro: Sin armas ni rencores, el relato de Rodolfo Palacio sobre el robo al Banco Río de Acassuso. El título podría resumir la idea de que si hay un espacio para salir adelante en nuestro país, debe ser "sin rencores".

AS: Yo recomiendo cualquier libro del historiador británico Niall Ferguson. Como argentinos hemos estado demasiado tiempo mirándonos el ombligo. Somos muy ignorantes de lo que pasa en el mundo, y Ferguson es una buena puerta de entrada para empezar a empaparnos de lo que pasa afuera, que es mucho más determinante de lo que pensamos.

Entrevista de Sergio Suppo.