Investigación de la Universidad de Utah
13/11/2025 | 16:05
Redacción Cadena 3
La ansiedad es un trastorno que afecta aproximadamente a una de cada cinco personas en Estados Unidos, convirtiéndola en uno de los principales desafíos de salud mental. A pesar de su prevalencia, los científicos aún tienen muchas preguntas sobre su origen y control en el cerebro. Un nuevo estudio de la Universidad de Utah identificó dos grupos inesperados de células cerebrales en ratones que funcionan como "aceleradores" y "frenos" del comportamiento ansioso.
Los investigadores hallaron que las células responsables de regular los niveles de ansiedad no son neuronas, que normalmente transmiten señales eléctricas a larga distancia y forman circuitos en el cuerpo. En cambio, una clase específica de células inmunitarias, conocidas como microglía, parece desempeñar un papel central en determinar si los ratones exhiben comportamientos ansiosos. Un subconjunto de microglía aumenta las respuestas de ansiedad, mientras que otro las reduce.
"Este es un cambio de paradigma", afirmó Donn Van Deren, PhD, investigador postdoctoral en la Universidad de Pensilvania, quien realizó el trabajo en la Universidad de Utah. "Demuestra que cuando el sistema inmunológico del cerebro tiene un defecto y no está saludable, puede resultar en trastornos neuropsiquiátricos muy específicos".
Los hallazgos fueron publicados en la revista Molecular Psychiatry.
Microglía: un papel más complejo de lo esperado
Experimentos anteriores ya habían sugerido que las microglías influyen en la ansiedad, pero los investigadores inicialmente creían que todas las microglías funcionaban de la misma manera. Cuando interfirieron con un subconjunto específico conocido como microglías Hoxb8, los ratones comenzaron a comportarse como si estuvieran ansiosos. Sin embargo, cuando bloquearon la actividad de todas las microglías a la vez, incluidos los grupos Hoxb8 y no Hoxb8, los ratones se comportaron normalmente.
Estos resultados confusos llevaron al equipo a sospechar que los dos tipos de microglías podrían funcionar en direcciones opuestas. Las microglías Hoxb8 podrían ayudar a prevenir la ansiedad, mientras que las microglías no Hoxb8 podrían fomentarla. Para probar esta idea, necesitaron examinar cada tipo de microglía por separado.
Para aislar cada grupo, los investigadores diseñaron un experimento inusual que involucró el trasplante de diferentes tipos de microglías en ratones que carecían completamente de microglías.
Las pruebas mostraron que las microglías no Hoxb8 funcionan como un pedal de acelerador para la ansiedad. Cuando el equipo trasplantó solo microglías no Hoxb8 en los ratones sin microglías, los animales mostraron fuertes signos de ansiedad. Se acicalaron repetidamente y evitaron espacios abiertos, comportamientos que típicamente indican una ansiedad elevada en los ratones. Sin las microglías Hoxb8 presentes, el "acelerador" de ansiedad permaneció activo sin ninguna fuerza de equilibrio natural.
En contraste, las microglías Hoxb8 actuaron como el sistema de frenos. Los ratones que recibieron solo microglías Hoxb8 no mostraron comportamientos ansiosos. Es importante destacar que los ratones que recibieron ambos tipos de microglías tampoco mostraron signos de ansiedad. A pesar de que las células no Hoxb8 fomentaron el comportamiento ansioso, la presencia de células Hoxb8 neutralizó esos efectos.
"Estas dos poblaciones de microglías tienen roles opuestos", afirmó Mario Capecchi, PhD, profesor distinguido de genética humana en la Universidad de Utah y autor principal del estudio. "Juntas, establecen los niveles adecuados de ansiedad en respuesta a lo que sucede en el entorno del ratón".
Implicaciones para futuros tratamientos de ansiedad
Según los investigadores, estos resultados podrían cambiar la forma en que los científicos piensan sobre las raíces biológicas de los trastornos de ansiedad y cómo podrían ser tratados en el futuro. "Los humanos también tienen dos poblaciones de microglías que funcionan de manera similar", explicó Capecchi. A pesar de esto, casi todos los medicamentos psiquiátricos actuales se dirigen a las neuronas en lugar de a las microglías.
Comprender cómo estas células inmunitarias influyen en la ansiedad podría llevar a terapias que intencionalmente mejoren el efecto de frenado o reduzcan la actividad del acelerador. "Este conocimiento proporcionará los medios para que los pacientes que han perdido su capacidad de controlar sus niveles de ansiedad la recuperen", afirmó Capecchi.
Van Deren agregó una nota de precaución. "Estamos lejos del lado terapéutico", dijo, "pero en el futuro, probablemente se podría dirigir a poblaciones de células inmunitarias muy específicas en el cerebro y corregirlas a través de enfoques farmacológicos o inmunoterapéuticos. Esto sería un cambio importante en la forma de tratar los trastornos neuropsiquiátricos".
El estudio aparece en Molecular Psychiatry bajo el título "Las microglías Hoxb8 defectuosas son causativas tanto de ansiedad crónica como de acicalamiento patológico en ratones".
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