Investigación de la Universidad de Columbia
12/11/2025 | 00:37
Redacción Cadena 3
Científicos de la Universidad de Columbia y McGill identificaron un químico cerebral que parece impulsar la depresión y el pensamiento suicida en individuos que enfrentaron traumas o dificultades durante la infancia. Este descubrimiento se centra en una proteína relacionada con el estrés llamada SGK1, que se asoció estrechamente con la depresión en personas que sufrieron adversidades en su niñez.
Los estudios revelaron que aproximadamente el 60% de los adultos en los Estados Unidos diagnosticados con depresión mayor y alrededor de dos tercios de quienes intentaron suicidarse experimentaron algún tipo de trauma durante su infancia. El autor principal del estudio, Christoph Anacker, profesor asistente de neurobiología clínica en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia, expresó: "Los antidepresivos actuales son a menudo menos efectivos para las personas con un historial de adversidad infantil, quienes representan una gran proporción de adultos con depresión".
El equipo de Anacker había descubierto hace aproximadamente diez años niveles inusualmente altos de SGK1 en la sangre de pacientes no medicados con depresión. En la investigación más reciente, los científicos examinaron los cerebros de adultos que se habían suicidado y encontraron niveles elevados de SGK1, siendo los que habían sufrido trauma infantil quienes mostraron las concentraciones más altas, hasta el doble que otros que también habían muerto por suicidio.
Además, los investigadores estudiaron a niños expuestos a adversidades tempranas y hallaron que aquellos con variantes genéticas que aumentan la producción de SGK1 eran más propensos a experimentar depresión en la adolescencia. Estos hallazgos apuntan a SGK1 como un impulsor biológico de la depresión y el comportamiento suicida, especialmente entre quienes fueron afectados por traumas en su infancia.
Basándose en estos resultados, Anacker y su equipo sugirieron que los medicamentos diseñados para bloquear SGK1 podrían ayudar a prevenir o tratar la depresión en individuos con un historial de trauma. En experimentos con ratones, los inhibidores de SGK1 administrados por vía intravenosa evitaron que los animales desarrollaran comportamientos similares a la depresión durante el estrés crónico.
Los inhibidores de SGK1 ya están siendo evaluados para su uso en otras condiciones, incluyendo la fibrilación auricular. El equipo de Anacker espera comenzar ensayos clínicos en personas que padecen depresión y tienen antecedentes de adversidad en la infancia. También proponen que el cribado genético podría identificar a los individuos que más probablemente se beneficiarían de un antidepresivo dirigido a SGK1.
"Hay una necesidad urgente de identificar y tratar a las personas con mayor riesgo de depresión y suicidio tras la exposición a adversidades en la infancia, y SGK1 es una vía prometedora para explorar", concluyó Anacker. La investigación, titulada "Hippocampal SGK1 promotes vulnerability to depression: the role of early life adversity, stress, and genetic risk", fue publicada en Molecular Psychiatry.
¿Qué descubrieron los científicos?
Identificaron el SGK1 como un químico cerebral que conecta el trauma infantil con la depresión y el suicidio.
¿Quiénes realizaron el estudio?
Científicos de la Universidad de Columbia y McGill.
¿Cuándo se publicó la investigación?
El estudio fue publicado el 10 de noviembre de 2025.
¿Dónde se encontraron altos niveles de SGK1?
En los cerebros de víctimas de suicidio y en personas con antecedentes de trauma infantil.
¿Por qué es importante este hallazgo?
Podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para la depresión en personas con antecedentes de trauma.
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