Robo de celulares, la raíz de un brutal tiroteo

Homicidio en Córdoba

Robo de celulares en una fiesta, la raíz de un brutal tiroteo

25/04/2022 | 08:47 | La investigación por la balacera que el domingo a la madrugada dejó un joven muerto y un policía malherido puso al descubierto una dinámica violenta en los barrios de Córdoba.

Redacción Cadena 3

Juan Federico

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Robo de celulares, la raíz de un brutal tiroteo

A poco más de 24 horas de la balacera entre un policía y un supuesto ladrón en medio de una fiesta ilegal que se desarrollaba en barrio Parque Las Rosas, en el oeste de la ciudad de Córdoba, la investigación ya comienza a revelar algunos datos que trascienden el expediente criminal. Se trata de una descripción que vuelve a desnudar una dinámica social violenta y ajena a la ley, a la vista de todo... el que quiera ver.

Un joven de 21 años muerto de cuatro balazos.

Un policía internado en grave estado, herido de tres tiros.

Un adolescente de 17 años baleado en un glúteo.

Una fiesta clandestina que de clandestina no tenía nada: se hacía en un predio al aire libre, con entrada, guardias, barra a menos de 100 metros de una base policial.

Un grupo de jóvenes que se acercaron al policía baleado, cuando ya estaba en el suelo, y le revisaron los bolsillos para robarle la billetera.

Todo sucedió minutos antes de las 5 del domingo en Bucarest al 4200. Allí, en una esquina, una tapia y un portón de chapa encubren lo que en realidad es un descampado al aire libre. En ese predio, cuentan los vecinos, hace tiempo que se realizan fiestas ilegales. Clandestinas ya no por el coronavirus y la prohibición de reunirse, sino porque se cobran entradas, se venden bebidas, se hacen negocios por fuera de cualquier control estatal. Una clandestinidad llamativa: a la vista de todos.

A esa hora, el policía Mario Rosa (27) llegó al lugar. El hijo de su pareja, un adolescente de 14 años, le había avisado que le acababan de robar su celular.

Otra vez, la industria del robo de celulares en la noche cordobesa. Una modalidad delictiva en auge, que cada fin de semana acumula decenas de denuncias y muchos otros casos más en los que las víctimas ya ni se toman el tiempo para pedir auxilio a la Justicia.

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De acuerdo a las fuentes consultadas, Rosa se acercó a los guardias y les avisó que adentro estaban robando celulares. En segundos, dos patovicas llevaron hasta la puerta a Alejandro Oroná (21), al que sindicaron como el presunto ladrón.

Fue entonces que todo se desbordó. Cuando intentaban revisarlo, el joven habría extraído un revólver que llevaba en la cintura. Ante esto, el policía que estaba de civil se identificó y también sacó a relucir su pistola nueve milímetros. A esta altura, poco importa quién disparó primero.

No hay dudas de que hubo tiros cruzados, allí, en medio de la calle, entre los jóvenes que iban y venían. Oroná sufrió cuatro balazos que le dejaron siete orificios en el cuerpo: en el tórax, en una axila y dos en las piernas.

Sus amigos alcanzaron a llevarlo hacia un dispensario ubicado a unos 150 metros de allí: ya no había nada que hacer para devolverlo a la vida.

Se le secuestraron tres teléfonos celulares que ahora serán peritados para intentar establecer si eran robados o no. Oroná, según trascendió, no habría tenido antecedentes penales.

El policía Rosa también cayó malherido: tres balazos impactaron en su cuerpo. Dos de los proyectiles ingresaron por el abdomen y obligaron a una intervención de emergencia. Lo internaron primero en el Policlínico Policial y luego lo derivaron al Hospital de Urgencias. Los médicos ya avisaron que estas son horas claves para determinar su evolución y, sobre todo, si va a tener alguna secuela irreversible. Es que uno de los balazos se alojó muy cerca de la médula.

Cuando Rosa estaba en el piso, malherido, un grupo de jóvenes que estaba en la fiesta se acercó a él, pero no para ayudarlo: le robaron la billetera de uno de sus bolsillos. Luego, le quitaron el dinero y la arrojaron.

Horas después, en un descampado próximo, un perro rastreador de la Policía halló tirado un revólver calibre 32. No está claro todavía si fue esta el arma que utilizaron para balear a Rosa, ya que aún no se ha cotejado con qué proyectiles lo hirieron.

A todo esto, un adolescente de 17 años que también participaba de la fiesta fue alcanzado por el fuego cruzado. Llegó con una herida de bala en un glúteo al Hospital Misericordia, donde fue asistido.

Lo hasta aquí descripto forma parte del núcleo central de la investigación que lleva adelante el fiscal Víctor Chiapero junto a investigadores de Homicidios.

El funcionario judicial imputó al policía Rosa por homicidio agravado. Fuentes de Tribunales 2 y de la Policía de Córdoba apuntaron a que se trata, por ahora, de un formalismo. Para la fiscalía, por el momento, no existen motivos para pensar que Rosa haya actuado de modo ilícito. Por eso, continúa en libertad, más allá de que esté internado.

No obstante, el fiscal aguarda para las próximas horas los informes de la autopsia de Oroná más otros peritajes realizados por Policía Judicial en la escena del crimen.

Pero más allá del expediente, la descripción vuelve a revelar algo más profundo que una figura penal: una descomposición social brava en los barrios de Córdoba.

Una porción importante de la ciudad en la que los caminos institucionales parecieran haberse extraviado hace tiempo.

Hace sólo 10 días, tres policías de civil que habían acudido a un baile en Forja golpearon y torturaron a un joven al que ellos acusaron por robarles un celular, algo que finalmente no se comprobó.

Los tres oficiales aún permanecen presos acusados de lesiones leves y, además, de haberle robado su propio teléfono a la víctima. 

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Otra vez, un relato de lo insólito: policías que decidieron ejecutar la mal llamado "justicia por mano propia" en busca de un celular robado en medio de la noche cordobesa.

Si bien el caso del fin de semana presenta algunas particularidades que lo diferencia de aquel, la raíz violenta vuelve a presentarse: un teléfono robado y la decisión de ir a recuperarlo allí mismo, sin esperar la intervención judicial.

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